Estupor entre los consultores con Puente: «Lo normal es que Ouigo pierda los primeros años»
El ministro de Transportes desea conocer las cuentas de la operadora francesa para subrayar su competencia desleal
El ministro de Transportes, Óscar Puente. | Europa Press
La compañía francesa Ouigo está en la diana del Ministerio de Transportes. El pasado viernes 19 de abril, el ministro Óscar Puente desveló sus cartas: «Estamos deseando conocer las cuentas de la empresa de este año». El titular de Transportes cree que unos hipotéticos resultados negativos, como consecuencia de su política de precios bajos, servirá de prueba sustancial para acudir a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y denunciar competencia desleal. Una estrategia que causa estupor, según ha podido comprobar este medio, entre las consultoras de este país por el desconocimiento de Puente: «Lo normal es que Ouigo en los primeros años pierda dinero».
La filial de la empresa pública de Francia, SNCF, comenzó a operar en España en mayo de 2021 con la línea Madrid-Barcelona. Desde entonces, han ido desplegando rutas por diferentes puntos del territorio, principalmente por el sur y el este del país. La empresa dirigida por Hélène Valenzuela presentó unos resultados negativos en 2021, con la pérdida de 31,7 millones de euros. La tendencia no varió en las cuentas de 2022 y sus números rojos aumentaron, con pérdidas de 36 millones de euros.
De momento, la compañía francesa no tiene fecha para presentar sus resultados de 2023, pero confían en que estos sean positivos. Fuentes de diversas consultoras de prestigio comentan a este periódico que registrar pérdidas es una consecuencia normal cuando se rompe un monopolio y exculpan a la operadora francesa por si vuelve a registrar un resultado negativo este año. «En un plan de negocio de 10 o 15 años es normal que en los tres o cuatro primeros años una compañía esté en pérdidas. Y después, si has generado demanda y consolidado el negocio, ya vas recuperando. A esto se le llama de ramp up, que consiste en ir entrando en el mercado, generando demanda, atrayendo clientes y estabilizando operaciones. Y esperar a que los beneficios lleguen».
Incredulidad con el ministro
Fuentes del mundo financiero subrayan que les «sorprende» las declaraciones del ministro Puente. «Esto es como cualquier negocio. Aquí no estamos hablando de que Ouigo viene a quitarle clientes a Renfe. Eso no ha pasado. Renfe mantiene los mismos clientes que tenía y el mismo tráfico. Lo que pasa es que ahora lo tiene que vender a un nuevo precio de mercado y, como tiene los mismos costes, esto le lleva a pérdidas», apuntan.
«Es un business case de manual. En cualquier proceso, cuando entran nuevos operadores en un mercado, es normal que irrumpan para generar demanda. Que es lo que se está produciendo. Aquí no se trata de repartir la tarta que había (el número de pasajeros que viajaban en alta velocidad en España con Renfe), que además era muy escasa, sino que consiste en bajar los precios para que más gente viaje en tren. O bien porque lo consideran más económico que el coche (que es el principal competidor), o bien creando demanda inducida, es decir, aquellos viajes que no se habrían producido si no se hubiese lanzado esa política de precios», señalan los consultores.
Renfe y Telefónica
El ministro Puente, en una entrevista radiofónica el 1 de abril, también acusó a la compañía francesa de estar haciendo dumping porque el Estado francés era quien realmente estaba detrás del capital de la empresa. Fuentes financieras lamentan esta postura del titular de Transportes y aseguran que «Ouigo necesita músculo financiero para aguantar estos primeros años. Si luego no sale la suficiente demanda, pues habrían fracasado en el plan de negocio. Pero no es un tema de competencia desleal. De hecho, el Estado español también puede apoyar a Renfe durante ese proceso de transformación. Es beneficioso para todos que Francia invierta dinero en nuestro país y genere tráfico».
Un escenario, el que sufre Renfe, que tiene un símil parecido al que vivió Telefónica. «Ouigo lo que está haciendo es aplicar una lógica de mercado típica de un nuevo entrante. Entro, creo mercado, genero demanda y aplico una política de precios agresiva. Hace daños a Renfe, pero como pasó en otros procesos de liberalización, como en el sector de las telecomunicaciones. Telefónica también sufrió mucho al principio y tuvo que crear Movistar y salir fuera de España en busca de oportunidades. Seguramente Renfe tenga que seguir un proceso similar», apuntan expertos del mercado.
