El sueldo de los fijos discontinuos es ya un 70% inferior al de los empleados a tiempo completo

Los contratos fijos discontinuos, la fórmula elegida por la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, para reducir de forma artificial la temporalidad, siguen manteniendo un gran protagonismo en el mercado laboral. El pasado marzo, último dato disponible, hasta 897.326 afiliados tenían este tipo de contrato, muy vinculado a la precariedad. Del total, casi la mitad tenían una jornada laboral a tiempo parcial.

El sueldo medio, en el caso de los fijos discontinuos a tiempo completo, se sitúa en 1.445 euros, según las datos de la Seguridad Social a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. Esta retribución es un casi un 70% a la de un trabajador con contrato indefinido ordinario a tiempo completo. Mientras, el sueldo medio de los afiliados es de 2.160 euros.

Mientras, la diferencia salarial entre los indefinidos ordinarios -1.209 euros- y los fijos discontinuos a tiempo parcial -725 euros- se sitúa en un 66%. La brecha supera los 480 euros. La inestabilidad salarial es una constante en esta modalidad contractual, lo mismo que no poder trabajar las horas necesarias. Trabajar solo de vez en cuando -sin saber cuándo- y recibir sueldos muy inferiores a los trabajadores indefinidos ordinarios hace casi imposible para estos empleados asuntos como pedir un préstamo, planificar la economía familiar o solicitar una hipoteca.

Precariedad y temporalidad

Según destacaba recientemente la Unión General de Trabajadores-Euskadi (UGT), es indispensable entre otras cuestiones abordar cuanto antes la precariedad laboral de los fijos discontinuos o de las personas trabajadoras con jornadas a tiempo parcial, que a menudo son involuntarias. Para UGT, resulta evidente que ambas suponen el principal motivo de la pobreza laboral que soportan miles de hogares, al contar con unos ingresos bajos.

Aunque se hayan logrado avances, como contabilizar el tiempo de inactividad para calcular la indemnización por despido, dos años después de su estreno hay más incógnitas que avances reales. La realidad es que este tipo de contrato ha absorbido buena parte de los temporales, aunque también es cierto que ya crecen proporcionalmente menos que los afiliados totales.

Fijos discontinuos inactivos

En 2022, antes de la reforma laboral de Díaz, apenas había 361.736 bajo la modalidad de fijos discontinuos. En el tercer mes de 2024 suman casi 900.000, cifra muy similar a la de un año antes. Por su parte, los temporales se han reducido radicalmente, pasando de 3,9 millones a solo dos millones en dos años. Más de un tercio de los fijos discontinuos -323.000- trabajan en actividades relacionadas con la hostelería y la educación.

El ministerio que capitanea Yolanda Díaz asumió el compromiso de publicar periódicamente el dato de los trabajadores fijos discontinuos inactivos. Sin embargo, algo más de un año después no se han mostrado. Como excusa señala la complejidad de encajar los datos. El único dato conocido se hizo público en marzo de 2023. Se hizo a través de una respuesta parlamentaria a una pregunta del Grupo Popular. El Gobierno certificaba que en diciembre de 2022 había 443.078 personas inactivos, de los que 175.000 no recibían prestación alguna.

Tribunales y fijos discontinuos

Los tribunales, por si surgían dudas, se han pronunciado desde finales de 2019 sobre la figura del fijo discontinuos y claramente a favor de estos empleados. Un porcentaje elevado había acudido a los juzgados antes de la reforma la para reclamar sus derechos. En los últimos años, las diferentes instancias de Lo Social se vieron obligadas a lidiar con un aluvión de demandas de estos trabajadores. Estos entendieron vulnerados derechos laborales y las condiciones de su despido, entre otros asuntos. Empresas y organismos públicos, universidades, ayuntamientos, comunidades autónomas y compañías privadas de todos los tamaños no se han librado de los incumplimientos. Sin embargo, los tribunales no se pronunciaron siempre a favor del trabajador.

El giro judicial se produce a partir del auto del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) de 15 de octubre de 2019. Tras responder a una cuestión prejudicial, el TJUE obligaba al Tribunal Supremo a modificar su doctrina hasta la fecha. El auto concluía que la legislación laboral española discriminaba a los fijos discontinuos en el cálculo de la antigüedad. Además, instaba a que la inactividad de estos trabajadores computase a efectos de trienios. En la práctica estos cambios convertían a los fijos discontinuos en indefinidos aunque con una relación intermitente con la empresa.

Según ha podido comprobar THE OBJECTIVE en distintas bases jurídicas, hasta 3.500 sentencias que tenían como asunto los fijos discontinuos se han dictado tras el auto europeo. Mayoritariamente los fallos suponen un aval a estos empleados. Señalan que tienen derecho a que su antigüedad se calcule teniendo en cuenta toda la duración de la relación laboral. Estas decisiones tienen efecto en trienios, en algunos despidos e incluso en la pensión.