Plantón empresarial al primer contrato de la agencia espacial impulsada por el Gobierno

La agencia espacial española (AEE), que nació de forma oficial el 20 de abril de 2023 cuando se formó su primer consejo rector, está sumida en el caos apenas un año después de su creación. El nuevo organismo, que absorbió la división espacial del CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial) de Madrid para afincarlo en Sevilla, no solo continúa sin director (después de cuatro meses del cese del primero y único) y sin la mitad de empleados, sino que ahora también ha recibido un duro revés al quedarse desierta su primera licitación para que se gestione el sistema informático del centro.

El contrato, que tenía un presupuesto base de 88.000 euros, se dividió en seis lotes, para distintos programas: sistemas para la ejecución y desarrollo de aplicaciones, la gestión de la infraestructura, la analítica de datos, la ciberseguridad y la aplicación para la administración digital y para la productividad y colaboración. Un plantón de las empresas que tuvo lugar a mediados del pasados mes de abril, y que nubla el estreno de la agencia en el portal de contratación del Estado.

La incertidumbre en el sector es máxima, y muchas voces siguen cuestionando la decisión de haber fragmentado el CDTI, sobre todo en un momento en el que se deben canalizar cientos de millones de euros del Perte Aeroespacial (el proyecto estratégico de los fondos europeos). Mientras tanto, desde la Agencia Espacial Española se excusan y aseguran que su proceso de implantación puede durar varios años. Así, a finales de febrero, subrayaron los años que tardó la agencia espacial australiana en crear su estructura. Desde la salida de Miguel Belló al frente de la agencia, no ha habido ningún sustituto (y sigue de forma interina el general de brigada del Ejército del Aire y de Espacio, Juan Carlos Sánchez Delgado), pese a que hay tres nombres sobre la mesa.

Para optar a los programas industriales de la Agencia Espacial Europea (AEE), los distintos miembros, a través de sus empresas, buscan los contratos del organismo europeo, que previamente han financiado. Pero, para ello, es necesario conseguir antes un permiso (o apoyo) por parte de la delegación nacional de la agencia europea en ese país. En España, esa tarea era antes del CDTI, que tenía esa delegación, pero ahora ha pasado a formar parte de la Agencia Espacial Española (AEE). Una agencia que, según sus últimos datos oficiales, apenas cuenta con el 50% de trabajadores (tienen 32 y faltan 31).

Este permiso o apoyo mencionado -conocido como proceso de habilitación- se ha criticado en innumerables ocasiones por sus trabas administrativas en nuestro país. Un escenario que, desde el sector, se quejan porque argumentan que en Europa es «mucho más ágil». A esta situación se le añade que ahora la Agencia Espacial Española (AEE) no cuenta con un sistema informático para ejecutar esos procesos de habilitación. «Antes los pocos procesos de habilitación anuales eran realizados por el CDTI con su sistema de gestión de convocatorias online desde su sitio web que permitía certificar y registrar la entrada de las propuestas. Ahora no tenemos ni eso», apuntan.

Fuentes del sector aseguran a este medio que «al quedar vacío este contrato, ya se asumir que no habrá infraestructura al menos durante todo 2024 y parte de 2025». Las mismas fuentes sostienen que en 2023 solo hubo habilitaciones para dos programas, ESA BIC (la incubadora de empresas de la Agencia Espacial Europea en España) y PRODEX (un programa de la Agencia Espacial Europea para misiones con objetivos científico-tecnológicos). La solución, apuntan desde el empresariado espacial, «es clara»: «O irse de España para incorporarse a los programas de la Agencia Espacial Española de otros países o quedarse y negociar con los políticos las ayudas relacionadas con el perte».

El Perte Aeroespacial

El fin último de los programas industriales de la Agencia Espacial Europea es luchar contra sus principales competidores en este sector, como son Estados Unidos, Rusia y China. Por otro lado, el Perte Aeroespacial, que busca ser una herramienta para impulsar el sector en España, se definió en lo que se denominó la Alianza por el Perte Aeroespacial, una comisión de trabajo constituida por el Ministerio de Ciencia e Innovación en junio de 2022, y que estuvo dirigida por la ministra Diana Morant, el jefe del perte por entonces, Miguel Belló, y la secretaria general de Innovación, Teresa Riesgo.

Una alianza compuesta por delegados institucionales de los ministerios involucrados (Innovación, Industria y Fomento), representantes de instituciones profesionales y científicas del sector aeroespacial, así como delegados de asociaciones sectoriales y donde también participaron una serie de empresas del sector. Un detalle, este último, que no pasó desapercibido por una parte del sector empresarial. «Es una anomalía. Otras comisiones de los perte no incluyen empresas individuales, ya que ya están representadas por las asociaciones industriales, y aún es más chocante si esas empresas podrían ser candidatas a postularse a los proyectos y actividades definidas por la comisión», sentencian.