Calviño pacta con Macron elevar la inversión en su nuclear pese a promover el cierre en España
La presidenta del BEI quiere apostar de forma decidida por esta fuente de energía
La presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Nadia Calviño, se reunió el pasado miércoles 15 de mayo con el presidente francés, Emmanuel Macron, en el Palacio del Eliseo. Una reunión en la que Calviño -que defendió como vicepresidenta del Gobierno de España el cierre programado de la energía nuclear en nuestro país- aseguró ante el dirigente francés «que comprometería cada vez más inversión en el sector de la energía nuclear» en su objetivo de transformar el BEI en un «banco del clima».
En un comunicado del Eliseo, Francia mostró su apoyo a las orientaciones estratégicas del BEI, y resaltó el compromiso del banco europeo con su principal fuente de energía (la nuclear). Por otro lado, el organismo que preside Calviño envió una nota informativa donde resumió la reunión, pero en la que no concretó de forma específica la energía que apoyaba. «Se habló del importante y creciente papel del BEI en la financiación de los proyectos estructurales de alta prioridad de Europa, que incluyen el apoyo a la transición verde, la energía limpia y renovable y la descarbonización industrial», sentenciaron.
El aterrizaje de Calviño en la presidencia del brazo inversor de la UE llegó tras diversas negociaciones con los países miembros. Pero la más sonada fue la que tuvo con los franceses, un actor clave. Así, al mismo tiempo que Calviño recababa los apoyos para su candidatura (después de lograr la aquiescencia de los alemanes), España ocupaba la presidencia del Consejo de la Unión Europea y tenía como gran objetivo aprobar la reforma del mercado eléctrico. Esta negociación la lideraba la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que necesitaba un acuerdo inminente entre el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE.
Primero, Ribera insistió con los contratos por diferencia (CfD por sus siglas en inglés) como «un elemento clave» en la futura reforma eléctrica. Una herramienta con la que Francia buscaba regular los precios de su energía nuclear y ser más competitiva, y que finalmente se incluyó pese al recelo de los países del norte. Más tarde, se propuso la nuclear como una tecnología estratégica en la Unión Europea. Un movimiento que se entendió como un nuevo ‘pago’ a Francia para conseguir el BEI para su compañera Calviño. Sin embargo, fuentes financieras también apuntaron a la complejidad de la ministra de desligar la energía nuclear del alcance de la ley Net Zero Industry, después de que esta fuese considerada verde por el Parlamento Europeo un año antes.
Tras la reunión, Macron celebró el compromiso del BEI con Francia, «que contribuye significativamente a financiar proyectos en los ámbitos de la transición energética y ecológica, la innovación y la transición digital». El pasado año, el BEI financió proyectos a Francia por valor de 12.000 millones de euros, que convirtió al país galo en el segundo territorio más beneficiado por la financiación del BEI.
La nuclear en España
En España, Naturgy, Iberdrola, Endesa y EDP cuentan con participaciones en las cinco centrales nucleares que hay en activo. Fuentes del sector aseguran que ellos «mantienen un diálogo sosegado con el Gobierno, pero que no pueden hacer nada si el Ejecutivo dice que no quiere ampliar la vida útil de las centrales. Ellos esperan llegar a un acuerdo para evitar el cierre programado de algunas centrales o espaciar su clausura para no tener un cementerio de nucleares. Sin embargo, el Ministerio de momento sigue pensando que esto no es posible».
Por otro lado, las mismas empresas buscan solucionar los frentes que el Gobierno les impone. El último, un aumento de la tasa de Enresa del 30%, que sirve para financiar la gestión de residuos radiactivos, incluyendo el combustible nuclear gastado, el desmantelamiento y el cierre de las instalaciones nucleares.
«No existe contradicción»
Mientras tanto, el Gobierno se siente cómodo en apoyar fuentes de energía en otros países que, en cambio, no quiere en España por «no ser verdes». De hecho, el Ejecutivo, en un escrito en el Congreso de los Diputados del pasado mes de enero, aseguró tras una respuesta al Partido Popular que no existía una contradicción por este tipo de actuación.
«No existe contradicción alguna ni falta de certidumbre, ya que cada Estado miembro puede decidir respecto a la combinación de energías que considere oportuna en su suministro energético con arreglo a su política en esta materia. En este sentido, en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC), aprobado por el Gobierno, se establece la contribución de la energía nuclear al mix energético y se contempla un cierre ordenado de las centrales nucleares españolas en el horizonte temporal 2027-2035, tras el consenso alcanzado entre los diferentes actores implicados», sentenciaron.