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El déficit energético se agrava en Cataluña por el rechazo a las renovables

Mientras vuelve el debate de las nucleares, los empresarios piden desbloquear los grandes parques eólicos y solares

El déficit energético se agrava en Cataluña por el rechazo a las renovables

Un edificio cubierto por un techo fotovoltaico. | EFE

Décadas de retrasos han dejado Cataluña a la cola en el despliegue de las energías renovables en España. La oposición local y de asociaciones ecologistas a proyectos eficientes en la generación eléctrica como la eólica o la hidroeléctrica, sumada a la falta de apoyo del Gobierno autonómico, muy sensible a este tipo de críticas, han provocado una parálisis en la transición ecológica en una comunidad donde la nuclear, producida únicamente en Tarragona (Ascó y Vandellòs), se erige como principal fuente de energía.

En paralelo, el déficit de energía en algunas regiones, como la provincia de Gerona, dejan el suministro a expensas las líneas de alta tensión que transportan la luz a largas distancias, con proyectos en marcha para traerla incluso desde Aragón. Sin embargo, la resistencia local y ecologista ha arremetido ha tenido como blanco tanto a iniciativas renovables como centrales nucleares y alta tensión, para desesperación del empresariado catalán, que exige a la Generalitat que lidere y adopte una decisión; de lo contrario, advierte, la insuficiencia en el suministro se cronificará y acabará lastrando la economía.

«En Foment del Treball, estamos preocupados por la política energética que se está desarrollando en Cataluña, por el retraso en la implantación de las renovables y la transición energética que nos impedirá cumplir con los objetivos europeos», lamenta Salvador Sedó, director de Desarrollo Sostenible de la patronal catalana. Recuerda que la comunidad ya está «por debajo de la media española y europea en la implantación renovable» y que «no se está promoviendo la implantación de grandes parques fotovoltaicos y eólicos».

Una central nuclear en una imagen de archivo

La nuclear, predominante

El representante empresarial critica las contradicciones que han marcado la política energética -o su ausencia- de la región: «No queremos centrales nucleares ni líneas de muy alta tensión desde otros territorios, pero a la vez queremos descarbonizar los sectores productivos e industriales de grandes capacidades energéticas». Un problema que inquieta a las compañías: «Nos preguntamos cómo podremos hacerlo y con qué energía deberá trabajar la industria en el futuro», plantea.

«Teniendo en cuenta que el 58% de la energía eléctrica que se generó en Cataluña en 2023 procedió de las tres centrales nucleares, Foment del Treball pide que se amplíen en diez años las operaciones de las centrales nucleares», reclama Sedó. «Si queremos garantizar el suministro de energía eléctrica para los sectores productivos e industriales, necesitamos mantener las nucleares y apostamos por la prolongación de su ciclo productivo«, concluye.

Gerona, sin luz propia

Oriol Xalabarder, presidente de la Asociación de Empresas Eléctricas (Aseme), considera que «las nucleares han tenido más oposición de los ecologistas que de la gente del territorio, que son los menos preocupados». «Es evidente que lo primero que hay que hacer es garantizar el suministro y las patronales están con miedo, porque si la industria tiene cortes eléctricos, tendrán un problema, y quieren tener el suministro garantizado», explica a THE OBJECTIVE el empresario, que cree que el problema de la energía atómica se reduce a los «residuos» y a la «contestación social».

Podemos propone limitar los precios de la energía nuclear y la hidroeléctrica para abaratar la luz
Una central hidroeléctrica en un embalse. | Archivo

«A nivel energético, las centrales nucleares dan una base de potencia bastante bien, con las renovables no tienes esta generación de forma continua», admite Xalabarder, aunque apostilla que «se podrían cerrar si somos capaces de gestionar bien la producción fotovoltaica». «En Cataluña, parece que estamos en contra de todo y es un problema que nos tendríamos que hacer mirar, porque la gente al final quiere tener electricidad», subraya, y añade que en Gerona ha existido una dependencia energética de la conexión con Francia: aunque se ha reducido el transporte de electricidad desde el país vecino, la provincia sigue sin producir de forma autónoma la cantidad necesaria para abastecer la demanda de todos sus habitantes y empresas.

«Las Administraciones no han ayudado demasiado a las renovables en Cataluña», coincide el delegado de Autoconsumo Industrial de Quantica Renovables en esta comunidad, Xavier Olivella, que aun así celebra que «el autoconsumo ha venido para quedarse y, como la resta de territorios, Cataluña está cogiendo independencia energética gracias al autoconsumo solar», que se traduce en paneles solares en las azoteas de los edificios residenciales o corporativos. «El gran problema para desarrollar este tipo de proyectos es que nos encontramos resistencia», enfatiza Olivella, que opina que «la concienciación de los ciudadanos es un reto cultural, pero que la ciudadanía no se termina de creer sus enormes ventajas».

El Ejecutivo reclama «agilidad administrativa» y «más recursos y medios hacia el autoconsumo», que «reduce la necesidad de comprar energía fósil o nuclear en el mercado eléctrico». De hecho, este tipo de instalaciones junto con la tendencia hacia una mayor eficiencia energética en las edificaciones se encuentran entre los principales factores que explican que la demanda total en la red eléctrica se encuentre en su punto más bajo de las últimas dos décadas.

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