Exceltur pide un pacto de Estado para un turismo «más empático» ante la 'turismofobia'
«No podemos ser ajenos a las demandas de los residentes», ha asegurado su presidente, Gabriel Escarrer
La alianza turística Exceltur ha pedido este miércoles un pacto de estado por el turismo, que luego se traslade a los niveles regional y local, para un futuro turístico «más sostenible y empático» con la ciudadanía local y como fórmula para luchar contra la creciente ‘turismofobia’.
«No podemos ser ajenos a las demandas de los residentes», ha defendido el presidente de Exceltur, Gabriel Escarrer, al presentar el «Manifiesto por un turismo responsable, inclusivo y regenerativo. El turismo que todos queremos», en un momento en el que crecen las manifestaciones en contra el turismo especialmente en los destinos masificados.
Con este movimiento, Exceltur pretende impulsar un proceso colectivo empresarial y de colaboración público privada de redefinición del sector, que cuenta con el respaldo de algunas de las principales asociaciones sectoriales.
Entre ellos figuran los hoteleros de CEHAT, las agencias de viajes agrupadas en CEAV, Hostelería de España, la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) y la Federación Nacional Empresarial de Alquiler de Vehículos Con y Sin Conductor (Feneval).
Las sugerencias
El manifiesto recoge 80 sugerencias, en cinco ejes, como la saturación, la gentrificación, el empleo, el entorno y la gobernanza, y es la base del proyecto «Turismo Bien», para promover las mejores prácticas que ayuden a un turismo más sostenible, con mayor valor añadido y cada día más cercano a los ciudadanos.
El documento señala que es «preceptivo» escuchar cada día más la opinión de los residentes en los destinos para incorporar su visión y evitar la «ilegalidad e intrusismo», en especial la gentrificación en los barrios, provocada por el difícil acceso a la vivienda que genera la «explosión galopante» de las viviendas de uso turístico (VUT).
Para ello, una de las vías que apuntan es la creación de «Consejos Turísticos Ciudadanos», formados por representantes de las comunidades de vecinos, autoridades locales y diferentes operadores del sector en zonas tensionadas.
Asimismo, critican la imposición de tasas turísticas porque tienen los «mínimos efectos disuasorios» para reducir afluencias, y se limitan a ser una «mera penalización empresarial» que resta competitividad a las empresas del sector, además de que «no puede ser compensatoria del pésimo sistema de financiación para los municipios turísticos».
Defienden que es imprescindible avanzar en ofrecer condiciones laborales que tengan en cuenta el «salario emocional» para dar prestigio al sector mediante programas de formación dual y cualificación que impulsen la carrera profesional y mejoras en las políticas de conciliación, equidad, inclusión y reducción de la estacionalidad.
El vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, ha hecho un llamamiento a las administraciones públicas para asumir las responsabilidades que el sector empresarial no podrá afrontar para contrarrestar lo que sufre la ciudadanía, como la saturación y la gentrificación.
Erradicar el «turismo de excesos»
Por su parte, el presidente de la organización -y también titular ejecutivo de Meliá-, Escarrer, ha manifestado la necesidad que ve el sector de erradicar el «turismo de excesos, que no aporta nada», así como los «viajes de estudios, que no tienen nada de estudios».
De acuerdo al manifiesto de Exceltur, también es clave integrar y situar los valores singulares de la cultura local y el patrimonio natural en el centro de las nuevas estrategias turísticas, así como apoyar planes de protección urbanística para el patrimonio artístico.
Recuerda Exceltur que en 2023 el turismo generó 187.000 millones de euros en actividad, por encima de los 168.000 de la industria manufacturera y casi el triple que los 73.000 millones de la construcción, y avanza que en 2024 esa cifra de actividad por el turismo superará los 200.000 millones.
Pide igualmente trabajar en pro de una desestacionalización que sea realmente factible y crecer no tanto y solo por volumen, sino mediante nuevas propuestas «atractivas y diferenciales», del mayor valor añadido, en especial en los destinos más tensionados.
Escarrer ha resaltado que la medicina que necesitan las poblaciones que sufren problemáticas como la gentrificación por el turismo es distinta a las necesidades en las zonas rurales.
Apela de nuevo a reconvertir los destinos maduros, que bordean «la obsolescencia», en especial los pioneros de sol y playa (las «grandes fábricas turísticas») sin desestimar el potencial de destinos de interior más incipientes, que sean viables.