Las pymes se declaran hartas del Gobierno y claman «basta ya» ante sus injerencias

La patronal Cepyme ha elevado este miércoles una denuncia dialéctica frente al «hartazgo y la radicalidad de las políticas del Gobierno de Pedro Sánchez por el daño que está acometiendo sobre las pequeñas y medianas empresas». Es decir, al 99% de las pymes que representa esta Confederación que dirige Gerardo Cuerva, y que hoy le ha llevado a pronunciar un manifiesto en el que eleva un «basta ya a las injerencias» del Ejecutivo.

La lectura de ese manifiesto, por La pyme y la libertad de empresa, ha tenido lugar durante la celebración de la Asamblea General anual de Cepyme, cuya inauguración ha estado a cargo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y que ha sido clausurada por el presidente de CEOE, Antonio Garamendi.

Aprobado por los órganos de Gobierno de la Confederación, en el texto hacen hincapié la defensa de la libertad de empresa reconocida en el artículo 38 de la Constitución Española. Con este gesto, Cepyme quiere responder a las demandas que le han hecho los empresarios y las organizaciones empresariales.

Celebrado en la sede del Banco de Santander, la pequeña y mediana empresa ha pedido en su manifiesto el cese de la injerencia del Gobierno sobre la actividad empresarial, con una lectura que ha dado voz a pequeños empresarios de toda España. Desde esta tribuna, han expresado el hartazgo y a la preocupación por las consecuencias de las políticas gubernamentales.

La voz de las pymes: «Hablar claro y alto»

Ya en su discurso, el presidente de Cepyme Gerardo Cuerva, ha denunciado «la situación de ataque que estamos sufriendo, porque es injusta, porque lesiona nuestros legítimos derechos amparados en la Constitución y porque es objetivamente mala para nuestro país».

Ha comenzado su alegación Cuerva afirmando que ha llegado el momento de «hablar alto, claro y justo, ahora cuando el escenario de ataque a la libertad del empresario es extremo». «Para eso estoy aquí -ha afirmado-, para eso me elegisteis y me respaldáis. Y, por eso, ante vosotros, en esta Asamblea -ha remarcado-, yo también me declaro harto y denuncio la situación de ataque que estamos sufriendo».

En una encendida defensa por la empresa, crítico con las «tesis comunistas» del Gobierno y con la «radicalidad» de las políticas del Ejecutivo, el líder de la patronal no ha ocultado que, en su opinión, y a tenor de los movimientos de estos años, el equipo gubernamental parece estar en la labor de «dinamitar el diálogo social, eludiéndolo, por un lado, y colonizándolo con interlocutores dóciles».

Las consecuencias

Una actuación que, para el dirigente de la asociación que representa a 56 organizaciones territoriales de ámbito provincial y autonómico, 3.000 organizaciones de base y 85 organizaciones de ámbito sectorial; supone un claro «asalto a la representatividad empresarial y un intento de deslegitimar. «Que, junto con la demolición del diálogo social y la negociación colectiva, no son hechos aislados», ha añadido.

El objetivo de todas estas actuaciones -ha dicho Cuerva- «es incrementar los costes salariales sin acuerdos, modificar la reforma laboral por la puerta de atrás, aplicar normativas cada vez más exigentes, hostigar con nombres y apellidos a empresarios o mantener la voracidad recaudatoria».

También ha añadido que «la intención del Gobierno es intentar generar en la sociedad la imagen, volviendo décadas atrás, de un empresario contrapuesto a las políticas sociales y el estado bienestar e -conectando con la actualidad- imponer una reducción de jornada sin memoria económica y sin ninguna propuesta de compensación y flexibilidad».

La reducción laboral

A propósito de la reducción laboral, el empresario se ha preguntado: «¿Cómo es posible que cuando la jornada en España se ha reducido en 20 años de 40,4 a 38,3 horas de media, haya sectores, como el comercio en el que el 95% de sus empleados está por encima de las 39,5 horas? ¿Es que los representantes sindicales de ese sector, en las decenas de mesas de negociación de toda España, son menos competentes, menos aguerridos o menos convincentes que sus colegas del sector de la construcción, por ejemplo, cuya jornada media está en 38,5 horas?».

En este sentido, ha explicado que «sencillamente las condiciones de esas empresas y esos territorios no han permitido la reducción —y los representantes de los trabajadores lo saben y por eso pactan— mientras que en otros sectores o lugares ya ha sido posible de manera natural».

Por eso -ha colegido-, «obviar esa realidad, testada a pie de obra, y sustituirla por una cifra no justificada por ninguna memoria o estudio, pero que queda bien en un titular es, además de una imposición, una medida que tendrá graves consecuencias para miles de empresas». «La reducción de la jornada -ha anticipado- es sólo el último ejemplo de cómo el Ejecutivo actúa de manera unilateral, sin evaluar sus medidas y perjudicando a la empresa».

El diálogo social tocado

En todo caso, Cuerva ha destacado que «negociar cuando se nos deja, mantener reuniones con el Gobierno para trasladarle nuestros argumentos, hacer declaraciones en los medios de comunicación explicando, incluso didácticamente, nuestra postura, siendo necesario, no parece suficiente».

«Como dije en la reciente presentación de la histórica cabecera El Empresario, que rescatamos hace unas semanas en defensa de la libertad de empresa, no es desde el silencio social y un apocado fatalismo como puede afrontarse un ataque tan masivo a lo que somos y a lo que representamos», ha agregado.

«Solo podremos enfrentarlo -invitó a los asistentes-, alzando la voz y levantando la cabeza con orgullo para reclamar nuestro papel protagonista en el crecimiento y el progreso de España, en la generación de innovación y por supuesto en la creación de empleo y en el sostenimiento del estado del bienestar».

«Gobernar en contra del progreso»

Casi al final de su discurso, Gerardo Cuerva animó a sus asociados a utilizar el instrumento del manifiesto, porque «no hay prácticamente ningún aspecto de la actividad empresarial que no esté intervenido o amenazado por el Gobierno de España».

De modo que -concluyó-, «la voz de la pyme española sea un clamor en todos los rincones de nuestro país. Porque -añadió-, «quien gobierna contras las pequeñas y medianas empresas, quien gobierna contra nuestra libertad, gobierna contra el progreso de España».

El manifiesto

El Manifiesto de la pyme española por la libertad de empresa recoge las líneas que, en opinión de la empresa, el Gobierno no debería transigir con el fin de no interferir en el buen funcionamiento de la actividad empresarial, evitando su coerción y estableciendo obstáculos a su desarrollo. En definitiva, defender la libertad de empresa, cesar el intervencionismo y la estigmatización de la figura del empresario. Cepyme defiende la obtención de beneficios por parte de las empresas. Un texto, como ha explicado el presidente de Cepyme, «en el que defendemos la dignidad y la libertad empresarial; en el que denunciamos la situación a la que se nos aboca desde el Gobierno a las pymes españolas; en el que señalamos aquellos ámbitos en los que se nos ataca reiteradamente: desde el diálogo social y la negociación colectiva, hasta la sobrerregulación o los intentos de control de la empresa, pasando por la intervención salarial, los costes sociales o la fiscalidad. En el que pedimos que esa actitud sea corregida».