Magyar ofrece a Moncloa sacar al Estado húngaro de Talgo cuando se consume la opa
Seducen a Moncloa afirmando que el fondo Corvinus serviría solo como vehículo para acometer la operación
András Tombor, portavoz de Ganz-Mavag. | Europa Press
Los húngaros, que se constituyen bajo el amparo del consorcio Ganz-Mavag, han propuesto al Gobierno una oferta con la que buscan acabar con sus recelos por la operación para comprar el cien por cien de la española Talgo. Este plan no es otro que la salida del fondo público Corvinus una vez que se apruebe la operación para dejar dentro del capital solo a la privada Magyar Vagon. A este escenario se le podría añadir la llegada de un socio español que alivie aún más las preocupaciones del Ejecutivo.
El consorcio tiene un capital privado del 55% mientras que el resto, el 45%, es público. El objetivo es, según sostienen fuentes de la compañía, que el fondo público solo ayude en la operación para hacerla posible, que esta se lanzó por 620 millones de euros. De esta forma, se evitaría que el Estado húngaro tenga alguna influencia sobre la compañía clave para los intereses de Renfe y que está llamada a ser el gran fabricante de trenes de ancho variable en España.
András Tombor, que es el portavoz del consorcio, quiso zanjar ayer durante una rueda de prensa los vínculos que relacionan la oferta con Rusia y también se ha desmarcado de cualquier movimiento político. Él se define como un «hombre de negocios y del mundo industrial» alejado de los intereses políticos. Además, señala que Magyar Vagon fue una de las primeras empresas de Europa que dejó de colaborar con las empresas rusas tras la guerra.
Pese a este distanciamiento, aún mantienen un proyecto con ellos en Egipto, que por «compromiso legal» deben cumplir. Por otro lado, señaló ante los medios que tienen el visto bueno de las instituciones financieras y que han mantenido debates con los representantes sindicales. «Espero que todo deje de centrarse en lo político porque no hay consideraciones políticas en esta transacción», aseveró Tombor durante la rueda de prensa de este miércoles.
De momento, el Ejecutivo sigue en su empeño de encontrar un socio alternativo a los húngaros. La opa se presentó ante el Gobierno el pasado 22 de marzo, desde entonces han transcurrido más de los tres meses reglamentarios para tomar una decisión por los dos requerimientos de información adicional. Desde el consorcio húngaro presionan al Gobierno porque «el tiempo es oro» y ya le marcan una fecha para que se decida: el 10 de agosto. Confían en que no saldrá adelante una contraopa porque, como ellos aseguran, son la «mejor oferta».
Subida en Bolsa
Las palabras de Tombor tuvieron un reflejo en la Bolsa en el día de ayer. Así, la acción pasó después de su intervención en la que aseguró su firme apuesta por la oferta de los 3,98 euros a los 4,18 euros. Aunque los valores siguen siendo bajos como los meses atrás. Esta situación se debe principalmente a la desconfianza del Gobierno para que los húngaros se hagan con la empresa, lo que está provocando la venta de muchas acciones por debajo del precio de la hipotética opa, que está en cinco euros.
La empresa que hoy preside Carlos de Palacio y de Oriol cuenta con el siguiente accionariado en Talgo: el 40% de las acciones son del fondo de Luxemburgo, Pegaso Transportation SCA (que es el vehículo inversor que usa de forma indirecta el fondo Trilantic en la compañía ferroviaria y donde participa también la histórica familia de la empresa, los Oriol y el empresario Juan Abelló). El segundo máximo accionista es la compañía familiar Torrblas, con el 5%, y por último la cúpula directiva, que amontona un 2,4%. El resto, el 52,5% de las acciones, son free float, formado por particulares o pequeños grupos inversores.
Tombor no cerró la puerta a la familia Oriol ni a ningún accionista que quiera seguir participando en la empresa en caso de que se consume la opa. «Tengo un gran respeto por la familia Oriol. He leído la historia de España y también sobre las grandes familias de este país y el abuelo del actual presidente fundó Talgo y también la eléctrica Iberdrola. Tienen una gran tradición y sería un honor trabajar en el futuro. El hecho de que pueda haber socios minoritarios que quieran participar solo demuestra lo interesante de esta operación», sentenció Tombor.
