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Economía

Un ex alto cargo argelino desmonta la causa del corte de gas a Rabat: «El tubo no era rentable»

La principal razón que se esgrimió fue siempre por la tensión geopolítica que existía entre los dos países

Un ex alto cargo argelino desmonta la causa del corte de gas a Rabat: «El tubo no era rentable»

El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune. | Europa Press

Finales del año 2021. Argelia anuncia que pone punto y final al gasoducto Magreb-Europa, que salía de los yacimientos argelinos de Hassi R’Mel y atravesaba todo el reino alauita hasta llegar a España a través de Gibraltar. La razón que se dio por entonces fue por motivos políticos. Rabat y Argel enseñaban así su crisis diplomática tanto fuera como dentro de sus fronteras. Ahora, un ex alto cargo argelino que llegó a tener una posición muy relevante dentro de la empresa Sonatrach (compañía que explota hoy el otro gasoducto), asegura a THE OBJECTIVE que la causa de esta decisión no fue política, sino meramente económica: «Había dos tubos hacia España y uno de ellos no era rentable ya».

Así, según señala el exdirectivo a este periódico, «Argelia nunca ha cortado el suministro de gas a Marruecos porque el gas se entregaba a España. Marruecos autorizó el tubo a España a cambio de cobrar el 7% del gas en tránsito. En cuanto disminuyó la demanda de gas y dejaron de ser necesarios dos gasoductos, lo lógico era elegir el que mejor pagaba las pocas cantidades de gas entregadas».

Unos meses después, comenzó a ponerse el foco sobre el otro gasoducto, llamado Medgaz y que desembarca en la costa de Almería, después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reconociese el Sáhara Occidental, histórico aliado de Argelia, como autonomía de Marruecos. De nuevo, tanto fuera como dentro de Argelia se lanzaron amenazas, pero esta vez sobre un posible corte de gas a España si llegaban moléculas del gas argelino a Rabat. «Lo que se destacó fue que Argelia había exigido que nunca se aceptara un acuerdo que permitiera que el gas argelino fuera a Marruecos. Esto es un error, porque la transacción es comercial entre Sonatrach y Naturgy. No puede haber tal consideración en un acuerdo comercial», apunta.

Sobre las palabras del poder ejecutivo de Argelia, señalando que las causas eran principalmente políticas, el ex alto cargo afirma que «es importante comprender que el poder político puede expresar una posición que puede no ser compatible con las normas internacionales. El suministro de gas es un contrato comercial. La posición dogmática de Argelia ha sido siempre la de respetar sus compromisos contractuales. El discurso político se dirige al consumo interno».

Hoy desembarca gas natural líquido (GNL) comprado por los marroquíes en las regasificadoras de Huelva (Andalucía) y Bilbao (País Vasco). Una vez que se inyecta en la red no se puede discernir si ese gas procede de un país u otro. Algo de lo que son conscientes en Argelia: «No se puede demostrar técnicamente que se pueda enviar gas argelino a Marruecos. Es un debate falso», sentencian. Aun así, desde Rabat ya tienen proyectos para construir sus propias regasificadoras y acabar con su dependencia de España.

En los últimos meses, según los datos de exportación de gas, el envío de gas procedente de España hacia Marruecos ha caído con respecto al año anterior: en mayo disminuyó un 5%, en abril un 6%, en marzo un 13% y en febrero un 32%.

La pelea por exportar energía a Europa

Marruecos y Argelia aspiran a ser grandes actores energéticos en las próximas décadas y tienen a Europa como su potencial cliente. De esta forma, ambos territorios cuentan con ambiciosos proyectos para exportar energía. Por un lado, el reino alauita prepara junto con la empresa Xlinks un proyecto multimillonario que instalará un cable eléctrico submarino para unir Marruecos con Reino Unido. Además, continúa con su plan para unir a través de un gasoducto Nigeria y Marruecos, con el objetivo último de conectar también el tubo a nuestro país.

Por otro lado, Argelia busca convertirse en un gran productor de hidrógeno renovable y exportarlo a la Unión Europea a través de un gasoducto con la ambición de cubrir hasta el 10% de las necesidades del continente. El nombre del proyecto es SoutH2Corridor, un tubo que será menos largo del que prepara Nigeria con Marruecos, pero que alcanza la cifra de los 3.300 kilómetros.

Hace unas semanas, tres países europeos, Italia, Alemania y Austria, firmaron un acuerdo de cooperación para desplegar este gasoducto. De hecho, el pasado 30 de mayo, la agencia de noticias Reuters recogió las siguientes declaraciones del Gobierno alemán: «El corredor de hidrógeno del sur conectará con los principales centros de demanda de hidrógeno en Italia, Austria y Alemania». Además, el pasado año consiguió ser denominado como proyecto prioritario para la Comisión Europea.

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