Los españoles recortan un 13% los créditos con las tarjetas tras el 'boom' por la inflación
La financiación de los hogares por esta vía desciende desde el pico del pasado noviembre hasta los 10.675 millones
Los españoles están limitando tirar de créditos a través de las tarjetas, por lo general denominadas revolving, tras el boom que experimentó esta práctica en 2022 y 2023 como consecuencia de la subida de inflación y los apuros económicos derivados de la misma. La nueva financiación asociada a los plásticos se ha hundido casi un 13% desde el pico de noviembre del ejercicio pasado, según los datos recabados por THE OBJECTIVE en el Banco de España. Los préstamos de estas líneas a los hogares han caído desde los 12.013 millones de euros de entonces a los 10.675 millones de mayo, lo que supone, en concreto, una disminución del 12,53%.
Muchas familias tuvieron que agarrarse al dinero prestado a través de las tarjetas para poder afrontar sus gastos ordinarios por la escalada de los precios y llegar, así, a fin de mes, a pesar de que los tipos de interés elevados que conllevan este tipo de operaciones, sobre todo en las consideradas revolving. Las tasas, en este caso, superan el 18% sin tener en cuenta comisiones, generando deudas que a veces se convierten en impagables.
Esta financiación mantiene desde finales de 2023 una tendencia a la baja constante hasta niveles más normalizados y coincide en un momento en que todavía existen dudas sobre la usura aplicada por la banca tras el cambio de criterio del Supremo en la batalla judicial que libran desde 2020 los consumidores. Las entidades han tenido que resarcir a muchos usuarios al cobrarles unos intereses desorbitados, que ha llevado a algunas a sufrir pérdidas millonarias.
Las sentencias pusieron freno a las tarjetas revolving, que vivieron su etapa más dorada justo antes de la pandemia por la alta demanda por parte de los clientes. Su uso volvió a experimentar fuertes alzas a partir de las subidas exponenciales de los precios tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
En la actualidad la inflación se ha contenido y los ciudadanos pueden desengancharse a estos préstamos para sobrevivir. Pero los datos también demuestran que los españoles están ralentizando su consumo. El uso del efectivo y las compras que se pagan con tarjeta, sea de crédito o de débito, han frenado su escalada y apenas suben este año.
Las cifras indican que en el primer trimestre de 2024 la retirada de metálico en los cajeros automáticos alcanzó los 29.472 millones de euros, lo que supone un avance de solo el 1,51% interanualmente. Este porcentaje contrasta con el incremento del 4,25% de 2023 y del 7,80% de 2022. El comportamiento de las operaciones para sacar estas cantidades es, incluso, peor, ya que retrocedió un 1,47% entre enero y marzo del presente ejercicio, reflejando una cada vez un mayor volumen de fondos por transacción para evitar comisiones por parte de los clientes.
Por su parte, las compras en comercios registradas en los terminales punto de venta (TPV) y pagadas con las tarjetas ascendieron a 61.946 millones de euros, aumentando así un 7,9%. En 2023 se elevaron un 9,3%, pero en 2022 se dispararon un 19,6% manteniendo los ritmos tras los peores efectos de la covid.
Los créditos que sí están experimentando un fuerte impulso en lo que llevamos de ejercicio 2024 son las hipotecas, que han empezado a crecer antes de lo previsto por la bolsa de demanda que se había quedado guardada a la espera de que el euríbor iniciara su descenso ante los esperados recortes de los tipos oficiales, que han comenzado este junio con cierto retraso sobre los pronósticos. El BCE redujo un cuarto de punto las tasas, hasta el 4,25% y se calcula que llevará a cabo otros dos movimientos antes del próximo enero, para dejar el precio oficial del dinero en el 3,75%.
A diferencia de lo que ocurre con los préstamos a través de las tarjetas, las hipotecas están subiendo en torno a un 10% mensual de media. En noviembre del año pasado, las nuevas operaciones totalizaron unos 5.000 millones y en mayo del presente rozan los 5.500 millones. En abril, la cuantía para adquirir una vivienda gracias a los créditos superó incluso los 5.700 millones. Este avance se está produciendo al tiempo que los intereses exigidos por las entidades están decayendo, al pasar de más del 4% de media a menos del 3,6% actual. Hay que tener en cuenta que el euríbor cotiza ya a estos niveles, lo que permite a los bancos mermar las tasas.