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El Gobierno evita reunirse con el portavoz de los húngaros que quieren comprar Talgo

Tampoco ha habido encuentros con los tres operadores ferroviarios del país: Renfe, Ouigo e Iryo

El Gobierno evita reunirse con el portavoz de los húngaros que quieren comprar Talgo

El portavoz del consorcio húngaro Ganz-Mavag, András Tombor. | EuropaPress

Hace una semana, el portavoz del consorcio húngaro Ganz-Mavag, András Tombor, aterrizó en Madrid (España) para presentarse ante la opinión pública de nuestro país. Lo hizo en un céntrico hotel de la capital y contestó a todas las preguntas de los medios de comunicación. Sin embargo, y según ha podido saber este periódico, durante su visita no hubo ningún encuentro ni reunión con nadie del Gobierno.

Un escenario que solo confirma la compleja situación de los húngaros por lograr el sí del Ejecutivo a su opa (oferta pública de adquisición) por el 100% de la compañía española, Talgo. El pasado viernes, el presidente de Renfe, Raül Blanco, cuya compañía mira con gran atención esta operación por ser uno de los grandes clientes de la compañía, aseguró que «lo único que les pedían era compromiso con sus clientes a la hora de recibir los encargos», aunque reconocía la compleja situación de la compañía. Por otro lado, el operador Iryo, en ese mismo encuentro, aseguró «desconocer» sobre el tema.

Durante la visita de Tombor a España no hubo tampoco ningún encuentro con los operadores del país: Renfe, Ouigo e Iryo. Una realidad que se da pese a que Talgo está llamado a ser uno de los principales actores en la segunda fase de la liberalización del mercado por su capacidad de fabricar trenes de ancho variable (es decir, la tecnología que permite a un ferrocarril combinar vías ibéricas con las de estándar europeo).

Tono conciliador

Durante su visita, Tombor se deshizo en elogios hacia el tejido empresarial español y hacia los propios accionistas de la compañía Talgo. Además, se ofreció a negociar con el Gobierno español nuevas condiciones sobre la operación. Remarcaron además que la oferta de cinco euros por todo el capital de la compañía era «generosa y buena para los accionistas». De hecho, desde que comenzó el mes de julio, el valor de la acción se ha desplomado a los cuatro euros. Un devenir solo motivado por el pesimismo que existe en torno al éxito de esta operación por parte de los inversores.

Una de las medidas de mayor impacto que los húngaros trasladaron la pasada semana fue su compromiso de sacar al Gobierno húngaro del capital de Talgo en cuanto se efectúe la opa. Así, el plan de estos es que el fondo público Corvinus actúe solo como un vehículo que permita financiar la operación para, más tarde, dejar dentro del capital solo a la privada Magyar Vagon, o junto con algún nuevo socio, en el que no se descarta que este sea español, como así desea Moncloa.

A finales del pasado mes de junio, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, compartió una reunión con su homólogo húngaro, Péter Szijjártó, durante el consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE). Un encuentro que se daba a las puertas de que los húngaros se hagan con la presidencia del Consejo de la UE y en plena opa (oferta pública de adquisición) del consorcio húngaro Magyar Vagon. Desde el consorcio, el propio Tombor aseguró que no se iba a instrumentalizar esa presidencia para ayudar a conseguir luz verde en la operación, y trató de despolitizar al máximo la opa durante su rueda de prensa.

Carácter estratégico

El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha remarcado durante esta semana el «carácter estratégico» de Talgo en España. «Una vez se decida qué es lo que pasa con esta oferta por parte del grupo húngaro, ya se puede avanzar en cuanto a otras posibles soluciones, si es que hubiera de tenerlas», señaló.

El ministro Cuerpo enfatizó la importancia que iba a tener Talgo en la reconstrucción de Ucrania tras la guerra, reconociendo indirectamente a los recelos que tiene el Gobierno sobre la entrada de los húngaros por su proximidad al Kremlin. Una sospecha que el propio Tombor quiso aclarar desmarcándose al máximo de Vladimir Putin, y subrayando que Magyar Vagon (una de las empresas que forman el consorcio) fue una de las primeras en abandonar los negocios con los rusos tras la invasión de Ucrania.

«Hace escasamente tres semanas estuve en Ucrania acompañado de más de 20 empresas españolas y este es uno de los grandes proyectos que vendrá: ayudar a Ucrania a conectarse físicamente con la Unión Europea gracias a este tipo de tecnologías que ayudan a conectar el ancho de vía soviético, que es el que tiene Ucrania, con el europeo», sentenció el titular de Economía.

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