«Antes había listas de espera de cuatro meses, ahora hay un diagnóstico en cuatro minutos»
La empresa de cardiología e IA Idoven compra a Nvidia varias GPU como las que usa OpenAI para entrenar a ChatGPT
La semana pasada, la ehealth Idoven, especializada en cardiología, anunció la adquisición a Nvidia de varias unidades del servidor mejor preparado del mundo para entrenar a la IA. Cada unidad supera los 800.000 euros y tiene el tamaño aproximado de un buen salón. El data center se alojará en las instalaciones de Telefónica y confirma el prestigio internacional de Idoven, primera empresa que logra traer a España esas GPU con las que, explica Manuel Marina (CEO), «están creando la IA del presente gigantes como OpenAI y Meta».
PREGUNTA.- ¿Cómo se las han arreglado para comprar esos supercomputadores por los que tantas compañías se pelean?
RESPUESTA.- La crisis sanitaria que viene empuja tanto a las instituciones europeas como a la propia Nvidia a apostar por equipos y proyectos capaces de atraer talento en el campo de la ciencia de datos y de los ingenieros preparados para exprimir el jugo de esos data centers. La IA nos permitirá procesar muchos más datos de los 520.000 pacientes que han cedido sus latidos a Idoven, procesarlos más rápido, ahorrar costes al sistema de salud y reducir las listas de espera. Las unidades las ha pagado Idoven y son, por cierto, el mismo modelo que Joe Biden prohibió exportar a China.
P.- ¿Ese cardiólogo digital ya puede medirse al cardiólogo físico en precisión de diagnóstico?
R.- En casos concretos, sí, por ejemplo, en la lectura de un electrocardiograma. Pero además, la IA es tan potente que permite hacer una especie de zoom en cada corazón de cada paciente para descender al detalle. Experimentos que tardaban en concretarse un mes o dos se pueden completar ahora en unas horas.
P.- En sus comienzos, Idoven comercializaba un hardware que el paciente debía colocarse para que empezase el seguimiento. ¿Ha quedado atrás esa etapa?
R.- La idea siempre fue la misma: integrarnos con cualquier hardware. Hoy somos una empresa de software capaz de funcionar con multitud de dispositivos médicos y aquellos wearables que tengan ese sello (Apple Watch, Google Fitbit). Estamos en hospitales y ambulancias, en servicios de cardiología y oncología. Hemos apostado por ser una API, que es la puerta de entrada a esa infraestructura en la nube donde se analizan los datos.
P.- ¿Dónde quiere situar a Idoven gracias al salto cualitativo de la IA?
R.- Nos estamos convirtiendo en un líder europeo en IA de cardiología. El objetivo es obtener la FDA (necesaria para operar en EEUU) a finales de 2024. Queremos ser un apoyo para los médicos de todo el planeta y vamos en la dirección adecuada: hasta la fecha, ya hemos ayudado a diagnosticar en 31 países de los cinco continentes. La privacidad de los datos es un reto enorme, como lo es la seguridad. Como nuestro marco está muy regulado, el control es máximo. Hablamos de pacientes que pueden fallecer si el diagnóstico es erróneo.
P.- Quizás sea una pregunta manida, pero, ¿tan grandes son los riesgos asociados a la IA?
R.- No lo creo. Los ingenieros saben los límites y las capacidades de los software que están creando. En el campo sanitario, la eficiencia será indudable. Ya es así. Uno de los proyectos donde Idoven se ha involucrado, Mujeres con Cáncer, es testigo directo de la transformación. Donde había listas de espera de tres y cuatro meses (hay que evaluar el estado del corazón antes de iniciar el tratamiento de un cáncer), el diagnóstico se materializa ahora en cuatro minutos y medio. Es el poder de la digitalización.
P.- ¿Y la parte preventiva? Juan Martínez-Barea (Universal DX) habla siempre no de curar el cáncer, sino de adelantarse a él.
R.- Si tu software acierta tanto como un especialista, eso se traduce en que estás ayudando al médico de atención primaria a descubrir el problema anticipadamente. La medicina de precisión tiene ahí una oportunidad increíble.