THE OBJECTIVE
Economía

El parón económico de China amenaza el auge en la inversión de hiperlujo

La guerra comercial y la debilidad del gigante asiático reducen el mercado de las marcas de alta gama

El parón económico de China amenaza el auge en la inversión de hiperlujo

Turistas chinos en el paseo de Gracia de Barcelona. | EP

La inversión en artículos de hiperlujo no ha dejado de crecer en los últimos años. Sin embargo, uno de sus mercados relevantes, la emergente clase alta china, ha frenado este tipo de transacciones en una economía que atraviesa turbulencias. El incremento en este segmento se ha observado en los últimos años en todo tipo de sectores, desde el inmobiliario, donde la gama más exclusiva ha recibido una demanda creciente, hasta la inversión en coches de alta gama, artículos de coleccionista o incluso botellas de whisky de decenas de miles de euros.

Uno de los motivos es la inestabilidad económica de la última década, que ha provocado un aumento en el número de grandes fortunas. Uno de los lugares donde más ha crecido la clase acomodada ha sido precisamente el gigante asiático, tanto por su desarrollo económico como por sus magnitudes demográficas, pues aunque los millonarios representan una porción pequeña de la población, hay que recordar en China ya viven más de 1.400 millones de personas, con una pujante clase media y alta.

En paralelo, crisis como la de la pandemia o las sucesivas guerras hacen buscar a los inversores bienes seguros, que no fluctúen tanto en precio, y a menudo los bienes de lujo son percibidos como un refugio en tiempos de incertidumbre. Otro factor que ha intervenido ha sido la democratización de muchos servicios que antes solo estaban disponibles para unos pocos, lo que a su vez provoca que los ricos busquen distinguirse con el hiperlujo o bienes y servicios aún más exclusivos.

Las marcas caras dependen de China

Miguel Uceda, director de Inversiones de Welzia, explica que «los años de incrementos bursátiles y la buena marcha económica general hacen que todos aquellos que han tenido invertidos porfolios generan plusvalías muy grandes». Además, «hay gente relacionada con la industria tecnológica que ha tenido mucho impacto en su salario, hay un gap m grande y los millonarios consumen mucho lujo», señala.

«Por ejemplo, nosotros invertimos en Ferrari y tienen una lista de espera de dos o tres años, da igual lo que pase en el mercado y los ciclos económicos, tienen las ventas ya hechas, es un caso paradigmático», subraya el gestor de fondos. Sin embargo, recuerda que «gran parte de las empresas de lujo que conocemos hoy en día, Hermès, Luis Vuitton y otras marcas europeas, sobretodo francesas, una buena parte de sus ventas viene de China, donde ha habido un auge de la clase media y rica».

Según Uceda, la guerra comercial entre China, Europa y Estados Unidos hace que «se esté dando la vuelta al auge de la demanda de lujo», ya que los aranceles afectan a productos como coches o bolsos de alta gama. Todo ello ha restado empuje a un segmento del mercado muy favorecido en los últimos ejercicios. Resulta significativo que compañías como Burberry hayan presentado unos resultados negativos.

«Han sido fuertes en la última década, pero en los últimos dos meses está habiendo dudas porque los chinos están un poco más débiles y al Gobierno no le interesa que en un momento en que no va bien la economía, haya gente presumiendo de bolsos por la calle». El ejecutivo indica que los aranceles pueden afectar también a bebidas como el coñac y a sellos como Pernod Ricard.

La amenaza del proteccionismo

Otras fuentes financieras contrastan esta situación con la que se daba hace aproximadamente dos años, en plena incertidumbre por la guerra de Ucrania, cuando «el lujo se benefició de ser un sector refugio en momentos de ciclo económico débil». También se benefició del incremento de consumo de las clases medias asiáticas, que crecían, aunque ya entonces se preveía que el cambio de tendencia con los tipos de interés podía acabar jugando en contra de ese segmento del mercado. Es precisamente ante este escenario que algunas firmas optaron por compensar este cambio reforzando su presencia en China, algo que puede acabar jugando en su contra.

En este contexto, Uceda destaca que «la antiglobalización, los localismos y los aranceles llevan a un juego pernicioso y aún no hemos visto la cara de las divisas», ya que «cuando se acaba la reciprocidad de los aranceles, los estados pueden jugar con devaluaciones de moneda». Advierte que, en un escenario así, «se incrementa la inflación» y «en la época de la globalización, no se veían estos juegos peligrosos que pueden volver a la palestra con una victoria de Trump».

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D