¿Cuánta fianza se puede pedir para alquilar un piso?
La cantidad de fianza que se puede pedir al alquilar un piso varía según la legislación de cada país y región
Qué función cumple. | Freepik
La fianza es una cantidad de dinero que el inquilino entrega al propietario al inicio de un contrato de alquiler. Esta cantidad se establece como una garantía para asegurar el cumplimiento de las obligaciones estipuladas en el contrato, como el pago puntual de la renta, el buen estado de conservación de la vivienda y el cumplimiento de las normas de convivencia. La fianza suele ser equivalente a uno o dos meses de renta, aunque esta cantidad puede variar según lo establecido en la ley local y en el contrato individual.
La finalidad principal de la fianza es proteger al propietario ante posibles daños o desperfectos que el inquilino pudiera causar en la vivienda durante el periodo de alquiler. Sin embargo, es importante destacar que la fianza no es un pago adicional a la renta, sino una garantía que se devuelve al inquilino al finalizar el contrato, siempre y cuando la vivienda se encuentre en las mismas condiciones en las que fue entregada, salvo el desgaste normal por el uso. En caso de que existan daños, el propietario podrá descontar de la fianza el importe necesario para su reparación.
¿Cuánta fianza se puede pedir?
La cantidad de fianza que se puede pedir al alquilar un piso varía según la legislación de cada país y región. Sin embargo, en muchos lugares existe un límite establecido por ley para proteger al inquilino.
Generalmente, la fianza equivale a una mensualidad de la renta. Es decir, si el alquiler mensual es de 1000 euros, la fianza sería de 1000 euros.
En algunos casos se puede llegar a pedir más
- Garantía adicional: en algunos contratos se puede incluir una garantía adicional, que suele ser equivalente a una o dos mensualidades más de renta. Esto significa que, en total, podrías tener que entregar hasta tres meses de renta como garantía.
- Tipo de inmueble: para locales comerciales o viviendas con características especiales (por ejemplo, amuebladas o ubicadas en zonas exclusivas), podrían establecerse condiciones diferentes.
Si el propietario no devuelve la fianza en el plazo establecido
Si el propietario no devuelve la fianza al inquilino en el plazo establecido por ley o por lo acordado en el contrato de alquiler, el inquilino tiene derecho a reclamarla.
¿Qué acciones puede tomar el inquilino?
Reclamación extrajudicial
- Notificación formal: lo primero que debe hacer el inquilino es enviar una notificación formal al propietario, por escrito y mediante un medio que deje constancia (burofax, correo certificado), recordándole su obligación de devolver la fianza y fijándole un nuevo plazo para hacerlo.
- Mediación: si el propietario no responde o se niega a devolver la fianza, el inquilino puede intentar una mediación con el propietario o con una agencia inmobiliaria si fue intermediaria en el alquiler.
Reclamación judicial
- Demanda: si la vía extrajudicial no funciona, el inquilino puede interponer una demanda ante el juzgado de primera instancia correspondiente. En la demanda, el inquilino deberá acreditar que entregó la fianza, que ha finalizado el contrato y que el propietario no ha devuelto el dinero.
- Prueba: el inquilino deberá presentar como prueba el contrato de alquiler, el recibo de la fianza y cualquier otro documento que acredite su reclamación.
- Intereses legales: además de la devolución de la fianza, el inquilino podrá reclamar los intereses legales desde la fecha en que debió haberse producido la devolución.
Si aumenta el precio del alquiler durante el contrato
Generalmente, la fianza no se ajusta automáticamente al aumento del precio del alquiler durante el contrato.
La fianza suele establecerse al inicio del contrato y corresponde a un determinado número de mensualidades de la renta inicial. Su función es garantizar el cumplimiento de las obligaciones del inquilino, como el pago de la renta y el buen estado de conservación de la vivienda.
¿Por qué no se suele ajustar?
- Naturaleza de la fianza: la fianza es una garantía y no un pago adicional a la renta. Su objetivo es cubrir posibles daños o incumplimientos por parte del inquilino, no las variaciones en el precio del alquiler.
- Protección del inquilino: un ajuste automático de la fianza podría suponer una carga adicional para el inquilino, especialmente si los aumentos de alquiler son frecuentes o muy elevados.
Si el inquilino se va antes de que finalice el contrato
Si un inquilino decide abandonar la vivienda antes de que finalice el plazo establecido en el contrato de alquiler, se produce un incumplimiento contractual. Las consecuencias de esta situación varían según la legislación de cada país y las cláusulas específicas del contrato.
Generalmente, las consecuencias para el inquilino pueden ser las siguientes:
- Pago de las rentas pendientes: el inquilino estará obligado a pagar las rentas correspondientes a los meses restantes del contrato, incluso si no ocupa la vivienda.
- Indemnización por daños y perjuicios: en algunos casos, el propietario puede reclamar una indemnización por los daños y perjuicios causados por la rescisión anticipada del contrato.
- Pérdida de la fianza: si el contrato así lo establece, el propietario puede retener parte o toda la fianza para compensar los perjuicios causados.
