Alerta de BBVA a los socios del Sabadell: se quedarán atrapados si no van en masa a la opa
Avisa de que si la oferta tiene éxito, pero no alcanza el 90% del capital, el valor y la liquidez podrían caer con fuerza
BBVA ha lanzado una advertencia a los accionistas de Banco Sabadell para que acudan en masa a la oferta pública de adquisición de acciones (OPA) planteada en mayo con carácter hostil. La entidad alerta de que se podrán quedar atrapados si la aceptación supera sus objetivos de tomar el control de la entidad catalana, pero no alcanza el 90% del capital, nivel que le permitiría llevar a cabo una propuesta de exclusión forzosa en Bolsa para materializar el posterior proyecto de fusión.
El grupo vasco considera en una guía explicativa para los inversores, a la que ha accedido THE OBJECTIVE, que «como resultado de la oferta, el número de acciones en circulación del Sabadell en poder de otros accionistas distintos de BBVA se podría reducir significativamente, y en consecuencia, durante el periodo en el que continúe siendo una entidad cotizada, la liquidez de sus acciones podría verse afectada». Es decir, que sus posibilidades para deshacerse de los títulos en el mercado se mermarían y, en caso de necesidad, tendrían mayores dificultades para venderlos o a precios inferiores. «Es posible que ya no exista un mercado activo de negociación para las acciones del Sabadell y que su valor sea afectado de manera relevante», avisa la entidad con sede en Bilbao.
Para enfatizar este punto, añade que «como consecuencia de lo anterior no se debe suponer que las acciones del Sabadell seguirán cotizando, ni que existirá un mercado de negociación líquido y activo, ni que se mantendrán los niveles actuales de precios de dichos títulos una vez finalizada la oferta de canje».
BBVA, con este mensaje, intenta atraer al mayor número de titulares de acciones de la firma que preside Josep Oliu, para alcanzar el mayor porcentaje del capital y superar el 90%, que le facilitarían promover la integración de ambos bancos y lograr las sinergias y rendimientos esperados. Eso sí, para materializar la unión necesita la autorización del Gobierno y Moncloa hasta la fecha mantiene su rechazo a la fusión. Si bien, en las últimas declaraciones, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha suavizado las críticas a la transacción.
Hay que tener en cuenta que el Sabadell tiene una base importante de accionistas minoritarios que además son clientes, y que podrían posicionarse del lado de la entidad catalana, que se opone con uñas y dientes a la oferta de compra planteada. Pero la mayoría de su capital está en manos de grandes fondos e inversores que, a priori, son proclives a la operación y la entidad catalana no cuenta con un núcleo duro para defenderse. El último censo detallado, de finales de marzo, indicaba que tan solo veinticuatro firmas tenían una participación del 46,6%. Un porcentaje que habría subido después de los movimientos de los últimos meses, como el aumento exponencial de Blackrock, hasta casi el 7%, y la merma de socios que ha tenido el banco en el segundo trimestre.
En este periodo, en plena opa de BBVA, el Sabadell ha recortado en 9.013 el número de accionistas, lo que supone un 4,38% decidió deshacerse de toda su posición y no esperar a que se abra el proceso formal de adhesiones de la oferta puesta sobre la mesa, consistente en un canje de 1 título de nueva emisión del grupo vasco por cada 4,83 del catalán.
El conglomerado que preside Carlos Torres no ha despejado aún algunas dudas sobre el procedimiento y los rendimientos que lograría en el supuesto de que tomara el control del Sabadell, pero no pudiera alcanzar ni el 90% del capital para ejecutar una opa de exclusión ni poder efectuar la integración. Lo que sí ya ha comunicado es que si sobrepasa dicho umbral, las condiciones económicas de la oferta serían las mismas para aquellos accionistas del Sabadell que mantendrían en poder sus títulos.
El calendario que maneja BBVA es que a finales de este año se pueda abrir el proceso de adhesiones, una vez reciba las autorizaciones tanto del BCE como de la CNMV y la CNMC, por un plazo máximo de 70 días. Y que a mediados de 2025 pueda abordar la integración. Estos periodos se podrían dilatar en función no solo de cuando y cómo se produzcan las aprobaciones de los reguladores, sino también del veredicto del Gobierno sobre la fusión y del resultado de la opa.
Por el momento, el mercado descuenta que la propuesta saldrá con éxito, aunque existen dudas de si BBVA mejorará las condiciones. Este agosto las probabilidades que daban los inversores han subido hasta casi la totalidad, ya que la prima se ha reducido a menos del 3%, frente al 30% inicial, y a la horquilla del 8-10% de los meses de junio y julio. Con ello, la ecuación ofrecida encaja prácticamente por completo con las cotizaciones actuales.