España ha captado en el último lustro un 0,05% del dinero invertido en EEUU en IA
Ni el Gobierno destina fondos suficientes, ni existen empresas españolas con el tamaño necesario para marcar tendencia
Pese a que no todos tienen claro que el fenómeno de la inteligencia artificial generativa sea el huracán que parece ser, los países más poderosos y —en paralelo— también los más avispados trazan estrategias de Estado para inyectar en ese frente los recursos necesarios. No se trata de una decisión caprichosa. Las tecnologías de vanguardia propician posiciones ventajosas para los pioneros, del mismo modo que quienes llegan tarde a la fiesta terminan etiquetados en la categoría de meros países-cliente. Es lo que ha ocurrido con las redes sociales y los servicios de mensajería instantánea, en manos de EEUU y China y con millones de usuarios en Europa.
Según la OCDE, durante el último lustro los dos países citados han invertido ingentes cantidades de dinero en IA desde una perspectiva transversal que abarca, entre otros, robótica, salud, infraestructura de telecomunicaciones, finanzas y seguros, ciberseguridad, procesos de negocio, movilidad, coche autónomo y logística. Otras tres potencias mundiales, India, Alemania y Japón, no suman juntas ni un tercio de las cantidades movilizadas por los chinos.
La propia OCDE y el Banco Mundial facilitan otra estadística. Entre 2019 y 2023, Estados Unidos ha gastado a través de sus fondos de venture capital 328.548 millones de dólares (unos 294.000 millones de euros) en IA, una cifra sin parangón entre sus competidores. Sólo en 2023, el capital riesgo apartó en este terreno 60.800 millones de euros, un 65,9% más que en 2019.
Si se quiere completar la clasificación de los diez países más dispuestos a convertir la IA en un arma hegemónica (como lo son por ejemplo Apple con sus móviles, Google con su buscador o Amazon con su gigantesca plataforma comercial), por debajo de EEUU se sitúan, ordenados de mayor a menor importancia, China (118.800 millones apostados en el último lustro), Reino Unido (22.800), India (14.450), Alemania (12.800), Canadá (11.150), Corea del Sur (9.260), Francia (9.116), Suecia (7.412) y Singapur (6.270).
Peces en un mar de tiburones
Es curioso que el Observatorio de la Fundación Bankinter no rastree las inversiones en IA en España. Al considerarla una herramienta más que un sector, diluye ese dato en campos más específicos. El Referente, sin embargo, sí dispone del dato: entre 2019 y 2023, las startups nacionales dedicadas a vender soluciones de inteligencia artificial levantaron 169,2 millones de euros, un 0,05% de los números exhibidos en el mismo periodo por Estados Unidos.
Propulsión pública
No es que no se hayan hecho esfuerzos, obviamente. Clibrain fue el primer intento serio de crear desde España un gran modelo de lenguaje, pero cayó por la gigantesca disparidad de músculo con la competencia internacional. Clarity AI, que sí ha despertado el interés del inversor con rondas que en EEUU se consideran respetables, opera y paga impuestos allí. Aunque brillante, Magnific, comprada por Freepik, era demasiado pequeña para simbolizar una revolución en el mercado. De ahí que el Gobierno central quiera tomar cartas en el asunto.
Su Estrategia de Inteligencia Artificial administrará 2.100 millones entre 2024 y 2025. Como siempre que se está ante un instrumento burocrático, se habla de ejes, palancas y programas, se dan pinceladas presupuestarias (90 millones por aquí para la supercomputación, 160 por allí para formación y becas), y se proclama el diseño de una red de grandes modelos de lenguaje en castellano y las lenguas cooficiales. Ninguna de estas medidas tiene sentido sin scaleups y unicornios que lideren el proceso innovativo y se ganen la confianza de los grandes fondos de inversión. España, de momento, está a años luz de la vanguardia en IA y de los centros de poder donde se trasiegan los millones.