El Gobierno reconoce que no avanza en 15 de los 35 indicadores socioeconómicos clave
Hay retrocesos en pobreza energética, vivienda y PISA y la mejora del empleo no repercute en las clases más bajas
Las políticas económicas, laborales, educativas y sociales de los sucesivos gobiernos de Pedro Sánchez no han logrado avances en 15 de los 35 indicadores clave en esas áreas. En algunos de estos registros, que se utilizan para medir el desarrollo estructural del país y dejan constancia de los progresos a partir de las medidas ejecutadas, constan incluso retrocesos.
El análisis realizado por THE OBJECTIVE, que deja fuera las políticas de gasto que realizan las comunidades en educación y sanidad y medidores de asuntos medioambientales, muestra que el empleo y la mejora económica no repercute sobre las franjas más bajas de la población. A partir de los datos de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia, dependiente de Presidencia de Gobierno, se evidencia que la pobreza energética se ha disparado, que las hipotecas siguen pesando demasiado en los más pobres y que hay un retroceso en materia educativa.
En el informe del Ejecutivo se muestran luces y sombras. El mayor gasto en educación, sanidad y protección social de las comunidades autónomas y del Gobierno ha tenido un impacto limitado. Mientras, la mejora en indicadores laborales y económicos sí es patente a partir de la mera estadística. Sin embargo, pero una parte muy importante de la población sigue sin beneficiarse de esos avances.
Para poner en contexto estos datos, se deben tener en cuenta las situaciones extremas que se han vivido en los últimos. El análisis parte del desembarco de Pedro Sánchez en Moncloa tras la moción de censura. Durante este periodo ha tenido un efecto devastador la pandemia y la crisis como la relacionada con la guerra en Ucrania. Esto no impide reflexionar sobre si a partir de estas situaciones extremas se han tomado decisiones correctas. En el aspecto positivo, los fondos europeos, aunque mal ejecutados, han sido trascendentales para evitar peores registros.
Empleo, educación e igualdad social
El ámbito educativo y el referido a la igualdad social son los que más se han devaluado. La pobreza energética ha pasado en 2022 al 17%. El objetivo, claramente ambicioso, es eliminarla en 2050, pero, la previsión que había para 2023 era una reducción de apenas un punto. Uno de cada seis español no puede mantener su casa a una temperatura adecuada por falta de recursos. El porcentaje se ha incrementado en diez puntos porcentuales desde 2019. También es el mayor porcentaje de la serie histórica, que comienza en 2007. Para encontrar el segundo peor indicador hay que remontarse a 2014 -11,1%-.
En 2023, las personas en riesgo de pobreza o exclusión social se incrementó con respecto a 2022 en medio punto porcentual. El Gobierno asegura que el alza de precios de productos e insumos básicos a consecuencia de la invasión de Ucrania ha disparado la pobreza severa. Esta ha pasado de un 7,4% a un 9%.
Análisis de Moncloa
El Gobierno también asume considerables retrocesos en la evolución de la sobrecarga financiera relacionada con la hipoteca. El indicador muestra que el porcentaje de población que vive en hogares en los que el gasto en la vivienda representa al menos el 40% de la renta disponible alcanza el 9%. El Gobierno reconoce en su examen voluntario de implementación de la Agenda 2030 que, además, es este ámbito existe brecha de género. En 2022, el porcentaje de personas con gasto elevado en vivienda fue 0,8 puntos porcentuales superiores en el caso de las mujeres.
Economía y Empleo
La educación es, sin duda, el área con más asignaturas pendientes. Si bien un porcentaje menor alumnos de menos de 15 años repiten curso, debido a la reforma educativa que prevé que se puede pasar de curso sin límite de suspensos, o se constata la disminución de la tasa de abandono escolar, los rendimientos evaluados por PISA muestran el lado más negativo. Los porcentajes de rendimientos bajos en matemáticas, lectura y ciencia se disparan y caen drásticamente los altos en matemáticas.
Mientras, en el ámbito de la economía y empleo hay avances, pero también reseñables estancamientos. El balance de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia muestra que no hay avances en los últimos cinco años en la reducción de la brecha de renta per cápita con la Unión Europea. El distanciamiento supera el 21% y es ligeramente superior al que se encontró Pedro Sánchez cuando desembarcó por primera vez en Moncloa.
También se constata que no hay mejoras en productividad, horas trabajadas, reducción de la economía sumergida o personas satisfechas con su vida. Este singular indicador señala que el 87% de la población estaba satisfecha con su vida en 2023. El porcentaje es el mismo al de 2019 y ha retrocedido un punto con respecto al recogido en 2022. Sí se constatan avances en la tasa de empleo. Esta se situaba en un 67,6% en 2023, frente al 63,9% de 2018. Además, se producen avances en tasa de actividad, caída del desempleo y en reducción de la temporalidad. En este caso existe un espejismo a partir de la creación de los fijos discontinuos que enmascaran la realidad de la eventualidad y la temporalidad de los trabajadores en España.