Cómo invertir en bolsa y no morir en el intento
‘El Gris Importa’ analiza las posibilidades a la hora de obtener rendimientos en la renta variable
La semana pasada, tras abordar la situación del sistema de pensiones y manifestar las serias dudas que plantea «sobre la capacidad del Estado para atender a sus compromisos con los jubilados del futuro», quedó claro que hoy importa más que nunca ahorrar.
También se indicó que la mejor alternativa era la inversión en renta variable.
Esto quizás asustara a los profanos.
La bolsa es, probablemente, una de las actividades económicas que más impone. ¿Cómo se puede detectar con antelación a las compañías que van a prosperar?
La verdad es que es bastante complicado.
Hay quien se fija en las gráficas de los valores y, a partir de las curvas que describen, dependiendo de si adoptan la forma de un diamante o de una bandera o de un rectángulo, entran o salen. Es un método que puede ser de ayuda para detectar tendencias, pero no me parece el más aconsejable para el profano.
Luego está Warren Buffett, que lo que hace es empollarse los balances de las empresas, hablar con sus responsables, visitar sus fábricas y oficinas y, a partir de toda esta información, calcular si el precio de sus acciones es el que se merece y, si no lo es, las compra. Es más científico que mirar grafiquitos, pero exige muchos conocimientos y mucho tiempo y, al final, es igualmente desaconsejable para quien no tiene conocimientos ni tiempo ni ganas.
Afortunadamente, para estas personas existe lo que se llama la inversión pasiva, en la que, como su propio nombre indica, no hay que hacer nada y que, mágicamente, arroja una rentabilidad superior a la del 90% de las carteras activamente gestionadas.
¿Cómo es posible?
De todo ello debaten en este nuevo episodio de El Gris Importa el profesor del IESE, Javier Díaz-Giménez, y el corresponsal económico de El Liberal/THE OBJECTIVE, Miguel Ors.