Las aseguradoras confían en la presión de los sindicatos y las regiones para salvar Muface
Este jueves, el Gobierno se reunirá con UGT y CSIF para analizar la situación tras quedar desierto el concierto
Las compañías aseguradoras adscritas al último concierto de Muface han cumplido su amenaza y ninguna se ha presentado a la última licitación del Gobierno. El concierto ha quedado desierto, ya que tampoco ninguna otra se ha querido sumar para ofrecer esta cobertura, de forma que la sanidad privada de 1,5 millones de mutualistas queda en el aire. Muface, como órgano de contratación, ya ha anunciado que «iniciará los trabajos para una nueva licitación». Ahora, las aseguradoras confían en la presión que sindicatos, comunidades autónomas y hospitales privados puedan ejercer sobre el Gobierno para que la nueva licitación cumpla con sus exigencias: una financiación adecuada.
Este jueves, la dirección de Muface ha convocado a Gobierno y sindicatos (UGT y CSIF) para analizar la situación. Esta reunión tendrá lugar a las 12.00, según ha podido saber THE OBJECTIVE. En ella se tratarán aspectos de la nueva licitación que prepara el Ejecutivo. Todo ello en el contexto de las movilizaciones convocadas por CSIF para el próximo 11 de noviembre «en defensa de los derechos, condiciones laborales y la dignidad de los empleados públicos, abandonados por este Gobierno».
«CSIF seguirá luchando por el mantenimiento del modelo de MUFACE y tomará todas las medidas de presión que considere oportunas para garantizar su continuidad», avisan desde el sindicato más representativo de las administraciones públicas, que exige que el nuevo proceso de licitación anunciado por el Gobierno «garantice una subida de primas que permita la continuidad del modelo».
Y es que aunque el Gobierno ha señalado que ya trabajan en una nueva licitación, no se ha precisado si el nuevo concurso contemplará una sensible subida de las primas, un plazo diferente a los dos años planteados o ambas cuestiones a la vez.
Una subida mínima de un 30%
El pasado 8 de octubre, el Gobierno sacó a licitación pública el nuevo concierto de las tres mutualidades, con una subida en la prima del 17,12% y con un presupuesto de 2.681 millones de euros dividido en dos años. Una subida que tanto DKV, como Asisa y Adelas consideran «insuficiente» tras acumular 429 millones en pérdidas. Estas pedían un alza del 40% para no agravarlas. Ahora, con la cuerda a punto de romperse, compañías de seguros y Gobierno tendrán que encontrar un punto medio para asegurar que la asistencia sanitaria de los 1,5 millones de funcionarios afectados queda garantizada en las mismas condiciones que las actuales.
«El Gobierno tiene que ofrecer mínimo una subida de un 30%. Menos no van a aceptar las compañías, que están tensando el chicle y mantendrán su cabeza fría a la espera de acontecimientos», indican a este medio fuentes del sector próximas a las aseguradoras, que agregan que, «en algunos casos», las conclusiones «han sido positivas». «Se valora de forma muy rentable haber dicho que no, ya que la capacidad de ingresar nuevos asegurados en pólizas privadas de ese mercado de mutualista es muy alta», señalan.
THE OBJECTIVE ya contó el pasado viernes cómo las compañías de seguros privados de salud llevan semanas con intensas campañas publicitarias ofreciendo grandes ofertas para captar nuevos clientes ante la incertidumbre sobre la viabilidad de Muface. Ahora, además, las empresas de seguros barajan la posibilidad de hacer descuentos exclusivos para funcionarios.
El papel de las comunidades autónomas
Si finalmente Gobierno y aseguradoras no llegan a un acuerdo para salvar Muface, las comunidades autónomas se verían abocadas a armarse de conciertos, ya que serán estas las que tendrán que gestionar la sanidad de 1,5 millones de funcionarios en sus hospitales y centros de salud públicos, en un momento en el que las listas de espera baten récords con casi 850.000 pacientes sin operar.
En cuanto a porcentaje de mutualistas sobre la población total, Murcia lidera la lista, con un 12,56%, según un informe de la Fundación IDIS. Le siguen Castilla y León y Extremadura, con un 6,6% y un 5,5% de mutualistas sobre el total de la población, respectivamente. Si Muface desapareciera, la sanidad pública en estas comunidades se vería especialmente tensionada debido a la actual dispersión geográfica de las infraestructuras y una menor presencia de servicios sanitarios privados. Por el contrario, las comunidades autónomas con menor tasa de mutualistas son las Islas Baleares y Cataluña, con un 1,04% y 2,2% de mutualistas respecto al total dela población.
En números absolutos, Andalucía y la Comunidad de Madrid serían las regiones más afectadas, con 434.321 y 332.721 mutualistas, respectivamente, que se quedarían sin servicios de atención sanitaria privada tras una posible desaparición de Muface. Por ello, piden al Ministerio de Sanidad una memoria económica que justifique la desaparición del modelo. «Deberá ser el Ministerio de Sanidad, que es quien introdujo esa posibilidad –la desaparición de Muface–, quien reaccione. Al haberlo hecho entiendo que ellos tendrán un plan de costes y efectividad de la medida», indica un portavoz de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid a este medio.
21 hospitales privados, en peligro
La presión de los grandes grupos hospitalarios privados también va a ser clave en la nueva licitación que ofrezca el Gobierno. La pérdida del modelo de mutualismo administrativo podría suponer el cierre de hasta 21 centros sanitarios en 14 comunidades autónomas, como ya adelantó THE OBJECTIVE con datos del último informe de la Fundación IDIS. Basado en la información extraída de la Cátedra Extraordinaria Salud Sostenible y Responsable de la Universidad Complutense de Madrid, la pérdida del número de asegurados mutualistas provocaría la reducción de la utilización de las camas privadas en 2.140 unidades, lo que conllevaría el cierre de más de una veintena de centros sanitarios.
En aquellos casos en los que existe más de un hospital privado en la provincia, se desprende del informe ‘Impacto de las mutualidades en el Sistema Sanitario’, se ha asumido que uno de ellos desaparecería en el caso de que el excedente de camas fuera superior a su media de camas por hospital. Teniendo en cuenta que la ratio de camas por cada 1.000 asegurados es de 3,5, la estimación de cierre de hospitales es la siguiente: Canarias (1), Andalucía (2), Comunidad de Murcia (1), Comunidad Valenciana (2), Cataluña (3), Extremadura (1), Castilla-La Mancha (1), Castilla y León (1), Madrid (2), Aragón (2), Cantabria (1), Asturias (1), Navarra (1) y País Vasco (1). Solo Galicia, La Rioja, Baleares y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla se salvarían de cerrar algún hospital privado como consecuencia del fin de Muface.