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Economía

GAWA Capital transforma comunidades rurales a través de la inversión de impacto

Inviertir en pequeños agricultores es un motor clave de desarrollo internacional

GAWA Capital transforma comunidades rurales a través de la inversión de impacto

Agustín Vitórica, cofundador de GAWA, junto a beneficiarias en la India. | GAWA Capital

Según el Foro Económico Mundial, alrededor del 70% de las personas en pobreza extrema —aquellas que viven con menos de 1,90 dólares al día— habitan zonas rurales de países en vías de desarrollo. La mayoría de ellas se dedica a la agricultura, produciendo alimentos clave para el sistema mundial, aunque a menudo carecen de apoyo financiero y asistencia técnica para mejorar y proteger su producción. Para Agustín Vitórica, cofundador y director de GAWA Capital, la solución está en canalizar capital privado hacia estos pequeños productores rurales, no desde la caridad, sino mediante la inversión de impacto.

El enfoque pionero de GAWA

A los 38 años, Agustín Vitórica dejó su carrera en finanzas para lanzar GAWA Capital en 2009, convencido de que el sector privado podía generar tanto impacto social como beneficios económicos. «Soltar las riendas y perder el control te puede llevar a cosas fantásticas», reflexiona Vitórica sobre su decisión de cofundar GAWA junto a Luca Torre y otros socios. Desde entonces, la firma ha liderado la introducción de la inversión de impacto como un activo viable en España, incluso en plena crisis financiera, gracias al apoyo de Banca Popular, que creyó en su potencial para cambiar vidas más allá de los tradicionales criterios ESG.

Inversión en comunidades rurales

GAWA Capital gestiona fondos que combinan impacto social con rendimientos económicos para los inversores. Su misión es mejorar las vidas de las comunidades rurales de bajos ingresos, invirtiendo en empresas locales que les ofrecen oportunidades para impulsar sus medios de vida. Hasta la fecha, GAWA ha gestionado más de 220 millones de euros en cuatro fondos que operan en 17 países: GAWA Microfinance Fund, Global Financial Inclusion Fund, Huruma y el reciente Kuali. 

El fondo Huruma, por ejemplo, invierte en pequeños agricultores para facilitar su acceso a insumos agrícolas, capacitación en técnicas de cultivo y recursos para aumentar su productividad, lo que les permite aumentar sus ingresos. El fondo Kuali, lanzado en 2024, complementa este esfuerzo, ayudando a los productores a adoptar tecnologías agrícolas que mitigan los riesgos de producción ligados al cambio climático. 

Financiación combinada

Uno de los mayores retos que limita la inversión de impacto en países en vías de desarrollo es la alta percepción de riesgo. Frente a este reto, GAWA utiliza el mecanismo de Blended Finance, o financiación combinada, que combina el capital privado con fondos de ayuda al desarrollo para reducir el riesgo o aumentar el retorno para los inversores privados. A través de las inversiones de GAWA, los inversores privados pueden generar un 10% de retorno, recibiendo la caja de prioridad, mientras generan un impacto social tangible, explica Vitórica. 

Este modelo ha sido clave en el éxito del fondo Huruma, que cuenta con un tramo de primera pérdida de 10 millones de euros financiado por la Unión Europea, además de 20 millones de euros en deuda junior concesional de AECID-FONPRODE. Según Vitórica, a pesar de barreras burocráticas que limitan su adopción, la financiación combinada «es absolutamente primordial para atraer capital privado y ampliar la escala del impacto generado».

La clave del empoderamiento local

Para GAWA, la inversión de impacto trata de crear un ecosistema sostenible y autosuficiente donde las comunidades locales se empoderen y tomen el liderazgo de sus propios proyectos. Agustín subraya el ejemplo de Socorro, una agricultura peruana que consiguió transformar su tierra árida gracias a una inversión de Norandino, una empresa financiada por GAWA. A través de sistemas de riego impulsados por energía solar y prácticas agrícolas orgánicas, Socorro logró aumentar su productividad un 30% y vender sus productos con etiqueta «bio» a un precio superior.

«Empoderar a los productores locales y poner el control en sus manos es esencial para lograr un impacto duradero», enfatiza Vitórica, quien considera que el éxito a largo plazo depende de fortalecer las capacidades y el conocimiento local. A partir de allí, GAWA busca facilitar el aprendizaje «Sur-Sur», fomentando la replicación de soluciones efectivas en regiones y países con necesidades y condiciones similares. 

La empatía como motor de inversión

Con más de 14 años de experiencia en GAWA, Vitórica destaca la importancia de la empatía en la inversión de impacto: entender las necesidades reales de las comunidades y apoyarlas desde su contexto específico. «Hay una fuerte desconexión entre los inversores y las comunidades. Eso es una realidad de la inversión de impacto hoy», enfatiza Vitórica.

La experiencia de GAWA Capital demuestra que además de beneficios financieros, el capital privado puede impulsar un impacto social transformador para hacer frente a retos globales como el hambre, la pobreza y la inmigración consiguiente. 

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