El Congreso tumba el impuesto a la banca por el caos negociador entre los socios del PSOE
Las enmiendas quedan vivas hasta el jueves, día en el que se celebrará en un pleno la votación definitiva
Después de dos aplazamientos consecutivos, por la falta de apoyos del Gobierno de Pedro Sánchez con sus socios de investidura, la Comisión de Hacienda del Congreso de los Diputados ha conseguido aprobar este lunes una subida de dos puntos porcentuales del IRPF para la rentas del ahorro superiores a 300.000 euros, del 28% al 30%. Una subida que no ha impedido, sin embargo, que se haya tumbado -al menos de momento, hasta la votación definitiva del jueves en el Pleno-, el mantenimiento del impuesto a los beneficios extraordinarios a la banca con la abstención, a última hora de ERC, Bildu y BNG, gracias a la transaccional 108, de PSOE, con Junts y Sumar.
La comisión, en la que se ha negociado y se han intercambiado enmiendas hasta el último minuto, también ha aprobado bajar el impuesto de Sociedades a las cooperativas y empresas que facturan menos de un millón de euros, además de una mejora de la tributación de las actividades artísticas. Por otra parte, se ha aprobado una bonificación de las cuotas a la Seguridad Social para los clubes y asociaciones deportivas sin ánimo de lucro.
El mantenimiento del impuesto a la banca ha estado en el aire hasta el último momento. De hecho, se ha llegado a registrar un texto alternativo, pactado por PSOE, Sumar y Junts, en el que se incluía un tramo adicional- y se ha producido, incluso, un empate a votos (debido a la abstención de ERC, EH Bildu y BNG). Pero, finalmente, el texto ha caído por el voto ponderado.
El interrogante de las energéticas
De esto modo, estas iniciativas quedan incorporadas al proyecto de ley que establece un tipo mínimo del impuesto de sociedades del 15% para las multinacionales, que todavía sigue pendiente de votación en la Comisión de Hacienda, al igual que el resto del paquete fiscal del Gobierno y de las enmiendas presentadas por el resto de los grupos, entre ellas las que piden mantener el impuesto energético.
El debate en la comisión se ha desarrollado en un ambiente de fuerte tensión y desconcierto, con recesos, largas discusiones técnicas y muestras de confusión por parte de todos los grupos parlamentarios sobre lo que se estaba votando.
Cabe señalar, no obstante, que las enmiendas que ha sido rechazadas, pueden quedar vivas -y, por lo tanto, pueden volver a ser debatidas y votadas en el Pleno que se celebrará este próximo jueves.
Del impuesto de sociedades a las enmiendas
La Comisión Hacienda se tuvo que aplazar la celebración del dictamen, hasta dos veces, la semana pasada, por la pretensión de PSOE, Sumar y del bloque de investidura de abordar en el proyecto un amplio paquete de medidas fiscales, a través de enmiendas, que han de ir reflejadas en los objetivos del próximo desembolso de los fondos Next Generation, así como en el borrador de Presupuestos Generales del Estado. Es por esto por lo que los socialistas han negociado a múltiples bandas las enmiendas a este proyecto, que originalmente solo tenía como objetivo fijar un impuesto mínimo del 15% para las empresas multinacionales, una trasposición de una Directiva Europea, que en sí no preocupa mucho a las empresas, ya que en España, la mayoría ya pagan por encima de ese 15%. No en vano, un retraso en el cumplimiento de esa directiva puede acarrear serios problemas a las filiales de las multinacionales españolas en otros países, como ya anticipó en su día THE OBJECTIVE.
Los primeros acuerdos que cerró el PSOE antes de iniciar las reuniones en ponencia y comisión fueron con PNV y Junts. Con los vascos acordó, entre otros asuntos, reformar el impuesto a la banca y hacerlo permanente, mientras que con los catalanes llegó a un pacto para dejar morir el impuesto a las energéticas por el riesgo que suponía para un inversión de 1.100 millones de euros de Repsol en Tarragona.
Esto no sentó nada bien a los socios de izquierda y tampoco a Sumar, aliado del PSOE en el Ejecutivo, que aseveraron que la permanencia del impuesto a las energéticas era una línea roja en la negociación. Para aprobar el informe de la ponencia, los socialistas optaron por incluir únicamente cuatro enmiendas de carácter técnico, dejando para la comisión la decisión sobre los impuestos más polémicos. La fórmula convenció y el texto se aprobó por mayoría, pero siempre con los socios manteniendo las espadas en alto.
La debilidad del Gobierno
La idea del PSOE era reunir la comisión al lunes siguiente, pero los socios se enrocaron y al Grupo Socialista no le quedó otra que suspender la reunión al no tener suficientes apoyos. Eso sí, desde el Gobierno vetaron diecisiete enmiendas de diferentes grupos, como rebajar el IVA a peluquerías, para evitar que pudieran salir adelante en contra de su criterio.
A cambio, anunció un acuerdo con Sumar para gravar artículos de lujo como ‘jets’ privados o yates, subir impuestos a las socimis o incrementar la fiscalidad a la sanidad privada. Pero lejos de allanarse el camino, el nuevo acuerdo con el grupo plurinacional añadió más incertidumbre, pues su petición para eliminar las exenciones fiscales a los seguros médicos privados es rechazada por PNV y Junts. Los de Carles Puigdemont también rechazan poner más impuestos a las socimis.
Y a esto hay que añadir las críticas de los partidos de izquierda al Gobierno por priorizar a la derecha del bloque, y todo en un momento en el que el Gobierno está ante la última oportunidad de acometer una amplia reforma fiscal este año, dado que no se pueden aprobar impuestos por decreto ley y que los Presupuestos de 2025 tienen un futuro incierto.