Ribera denegó ayudas contra las inundaciones al Parque Natural del Turia, Alzira y Picassent
La Fundación Biodiversidad repartió 75 millones de los fondos Next Generation entre 37 proyectos seleccionados
La Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico de Teresa Ribera, descartó en el mes de septiembre de 2022 conceder ayudas de los fondos Next Generation al menos a tres proyectos solicitados para luchar contra el riesgo de inundaciones en la zona devastada de Valencia. Unas ayudas articuladas con una dotación de 75 millones de euros que fueron presupuestadas en 2021 para esta institución, dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
La Fundación Biodiversidad, de la que Teresa Ribera es presidenta, fue la encargada de tutelar el reparto de este dinero entre 37 municipios españoles. Un reparto del que quedaron fuera zonas y localidades que también concurrieron a las ayudas, y que hoy se han visto seriamente afectadas por la DANA que asoló a la provincia de Valencia.
Se trata del proyecto de reducción del riesgo de inundación y puesta en valor de un tramo del parque natural del Turia a su paso por el término municipal de Ribarroja de Turia (Valencia); del encauzamiento en tierras de tramos sensibles, recuperación ambiental e incremento de capacidad hidráulica en los barrancos Casella (Tanca Sant Antoni CV-41), Estret (enlace Tanca Sant Antoni y aguas arriba Vilella) y Vilella (tramo final previa incorporación Vilella-Estret a Casella) en las inmediaciones de Alzira (València) y, de la restauración del ecosistema fluvial en el Barranco de Picassent.
Tres puntos tocados por la DANA del pasado 29 de octubre, y que no fueron valorados por la Fundación Biodiversidad, que sí concedió 3,7 millones de euros al proyecto Caña a la Caña en la Cuenca baja del Júcar, del Consorci de la Ribera y la Fundación Limme, que en septiembre firmó un convenio con la Confederación del Júcar de custodia del territorio para la conservación, restauración, mejora y divulgación del patrimonio natural y la biodiversidad en el tramo bajo del río Turia.
La peso de la renaturalización de los ríos
Dentro del Plan de Restauración de ecosistemas fluviales y la reducción del riesgo de inundación en los entornos urbanos a través de soluciones basadas en la naturaleza -así reza el crédito de esta actuación-, la Fundación Biodiversidad valoró prioritariamente los proyectos centrados en la restauración del ecosistema fluvial y los proyectos de rehabilitación y renaturalización del curso de los ríos, así como las recuperaciones ecológicas.
Lo que no se ponderó tanto ponderación en esta relevante partida fueron las infraestructuras. Sí en cambio a estrategias, memorias, custodias y proyectos que restan protagonismo a la obra civil, con dotaciones en las subvenciones, que no son lo suficientemente relevantes para acometer esas ejecuciones, tal y como explica un técnico de una confederación hidrográfica.
Lo cierto es que las ayudas del PRTR, a la que se presentaron 230 proyectos, están planteadas «para mejorar la biodiversidad en los entornos fluviales urbanos y la resiliencia ante el cambio climático», incidiendo en la renaturalización de los ríos, que es el punto central que impregna la filosofía de actuación de la aspirante a candidata a comisaria de la Comisión Europea.
El Júcar en los Next Generation
Más allá de estos 75 millones distribuidos por la Fundación Biodiversidad, en una búsqueda activa de consulta en el portal que el Gobierno ofrece sobre la evolución del Plan de Recuperación se puede comprobar que, hasta la fecha, el Ejecutivo solo ha designado 28 subvenciones específicas a la cuenca del Júcar por un montante de menos de 30 millones, de las que 17 son para Valencia y el resto, para Albacete y Cuenca.
Ayudas cuyos principales órganos convocantes han sido TRAGSA, Tragsatec, Seiasam, Acuamed y la presidencia del Consorci de la Ribera -dirigido por un exedil de Compromís, Josep Mur Díaz Hellín-. Como ocurre con las subvenciones concedidas para el fomento de actuaciones dirigidas a la restauración de ecosistemas fluviales y la reducción del riesgo de inundación en los entornos urbanos españoles a través de soluciones basadas en la naturaleza, tampoco aquí aparecen grandes infraestructuras.
Solo una simple lectura, sin entrar a abrir los pliegos, revela que los proyectos distinguidos se han basado en el desarrollo de soportes técnicos, redacciones de estudios, proyectos de conducciones, suministros de lámina geotextil, acuerdos marco de suministro para proyectos de restauración de hábitats, servicio de redacción de proyecto o contrato marco derivado del acuerdo marco para el suministro de acero corrugado en las actuaciones de restauración de hábitats de interés comunitario de zonas fluviales de la Confederación Hidrográfica del Júcar.
El Consorci de la Ribera
Entre todas estas subvenciones, todas ya cerradas -salvo la que afecta al servicio de soporte técnico para la migración completa del sistema delft-fews Júcar existente en la confederación hidrográfica del Júcar (CHJ) desde el modo stand alone al modo cliente-servidor, abierta hasta el 21 de noviembre de este año-, destaca por su mayor precisión sobre la cuenca del Júcar y sobre la lucha contra las inundaciones el proyecto que convoca la Presidencia del Consorci de la Ribera. Junto a la Fundación Limne, son los dos únicos organismos que consiguieron subvención de aquellos 75 millones presupuestados en 2021 por la Fundación Biodiversidad, dependiente de Miteco.
Una resolución que atañe en su caso a la restauración del río Júcar para el restablecimiento de su funcionalidad ambiental, en el Marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) en los términos municipales de Sumacarcer, Antella, Gavarda, Alberic, Benimuslem, Alzira, Algemesí, Albalat de la Ribera, Polinya de Xúquer, Sueca, Riola, Fortaleny y Cullera (Valencia).
En ese proyecto, según la ficha técnica, el objetivo pasa por trabajos de construcción para proyectos hidráulicos, trabajos de protección de riberas fluviales, obras de protección contra inundaciones o servicios de repoblación forestal, que recaen sobre la empresa Trafisa Construcción y Medio Ambiente SA, con la que este medio no ha conseguido contactar después de varias llamadas telefónicas.
Una tramitación muy lenta
Con un presupuesto de 1,7 millones de euros -aunque la partida inicial era de 2,5 millones- y antes del 31 de octubre de 2025, Trafisa debería haber ejecutado esta obra a repartir entre 13 municipios, con una dotación media por municipio de unos 130.000 euros. El proyecto nace de la idea original de Caña a la Caña en la Cuenca Baja del Júcar, en cuya introducción se subraya lo siguiente: «En la Comunidad Valenciana, el aumento de la torrencialidad proyectado en escenarios futuros de cambio climático, se prevé un aumento en intensidad y frecuencia de precipitaciones extremas en regiones donde la precipitación media decrece. En este sentido, es crucial establecer medidas de mitigación, no sólo del daño de las inundaciones, sino restaurando el ecosistema a una vegetación acorde a dicho escenario».
Fuentes de las confederaciones hidrográficas de España aclaran a THE OBJECTIVE, que en las actuaciones contra el riesgo por inundación no todo consiste en levantar hormigón. «También hay acciones relevantes como quitar coches y casas de donde no debe estar, y esa caña exótica que viene de Australia y que encuentra un lugar idóneo en estas cuencas en las que hay mucho sol y pocos árboles. Por eso, lo recomendable -insisten- es quitarla, pero al mismo tiempo plantando árboles, porque en caso de riadas, estos frenan la velocidad del agua».
A propósito de este proyecto, cabe señalar que es también uno de los financiados por la Fundación Biodiversidad, con presupuesto de partida en el año 2021, que se extiende a 2022 en las ayudas -porque no se ha resuelto la licitación-, y que no llega a materializarse hasta octubre de 2023, señalando además, que su ejecución no concluirá -al menos oficialmente- hasta octubre de 2025.