Duro Felguera busca una inyección de liquidez urgente para evitar el preconcurso
El regulador bursátil suspendió este lunes su cotización tras las informaciones sobre su mala situación financiera
El equipo de Duro Felguera -sin consejero delegado desde hace dos semanas- busca a contrarreloj una solución para evitar un preconcurso de acreedores que en mercado dan por descontado. La situación es compleja ya que la caja se ha agotado y el margen de maniobra para seguir funcionando en los próximos meses es escaso. Según ha podido confirmar THE OBJECTIVE, sobre la mesa hay varias opciones que pasan por una inyección de capital de los nuevos dueños de la compañía, los mexicanos de Prodi y Mota-Engil, un crédito avalado por el Estado o una aportación del Ministerio de Hacienda, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
Duro Felguera fue la segunda empresa rescatada por el fondo de la SEPI activado en pandemia -después de Air Europa- lo que llevó a recibir 120 millones de recursos públicos que debe de comenzar a devolver en 2025. Precisamente, sus problemas de generar caja impidieron que pudiese pagar su primera amortización en 2024 y el Estado acordase postergar los pagos. Es así como deberá realizar el primer abono de cinco millones en 2025, 30 millones en 2026, 36 millones en 2027 y 49 millones en 2028. Hoy por hoy nadie cree que podrá hacer frente a este calendario.
Es así como en medio de los rumores de una solicitud de preconcurso, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) decidió suspender cautelarmente, con efectos inmediatos a media mañana de este lunes, la negociación en bolsa de la empresa de ingeniería asturiana Duro Felguera, mientras es difundida una información relevante sobre la sociedad.
Riesgo de preconcurso
La CNMV ha adoptado esta decisión después de que Duro Felguera haya comunicado (con quince días de retraso y tras una importante subida en bolsa la semana pasada) que la argelina Sonelgaz presentó ante la Cámara de Comercio e Industria de Argelia una solicitud de arbitraje contra la empresa de ingeniería asturiana por la suspensión del contrato de Djelfa en Argelia. Una demanda en la que se piden 413 millones de euros. La española ha anunciado que recurrirá y aunque se espera que provisione este impacto contable, el varapalo no afecta a sus cuentas de manera inmediata.
Es por ello que en el mercado se da por hecho que la suspensión de Duro Felguera es por el riesgo real que tienen de presentar el preconcurso de acreedores. Según la última normativa aprobada, este preconcurso es un periodo de tres meses en el que la compañía que lo declara deja de pagar a la espera de conseguir liquidez o reorganizar sus deudas y su pasivo. De no conseguir resolver los problemas financieros en este periodo, se declara el concurso.
En el caso de Duro Felguera este diario ya informó hace dos semanas de la crítica situación de la compañía. La empresa consumió el 69% del rescate público antes de que finalizara el primer año de su concesión solo pagando costes operativos y sin ninguna inversión en proyectos relevantes. Y de los 90 millones que inyectó Prodi y Mota el año pasado queda menos de la mitad, consumiendo la caja y las provisiones con gastos corrientes. En cuanto a resultados, ganó 22,6 millones en 2021, por el impulso del rescate, pero en 2022 los redujo a 5,4 millones y en 2023 entró en pérdidas de 21,9 millones, las que subieron a 26 millones en los primeros seis meses de este año.
Arbitrajes de Duro Felguera
Al final de 2022 y después de recibir todo el montante de la SEPI, la compañía apenas contaba con 24 millones en efectivo «y otros activos líquidos», una cifra que se elevó a los 109 millones en 2023 tras la inyección de Prodi, pero que volvió a caer a los 45 millones a finales de junio. A este ritmo es probable que queden menos de cinco millones en caja, una situación alarmante para una empresa del tamaño de Duro Felguera. Para agravar aún más este escenario, a finales de 2023 había gastado 70 de los 80 millones en avales garantizados por el Cesce que se consiguieron con el préstamo del Estado.
Duro Felguera tiene provisiones por apenas 50 millones de euros, cantidad insuficiente para costear los litigios en los que está envuelta. Solo en el proyecto Jebel Ali Power Station (Abu Dabi) tiene comprometidos 47 millones, pero es que además tiene litigios en Costa Rica (Recope) por 87 millones y otros 40 millones en el proyecto Aconcagua (Chile). En este contexto, el arbitraje planteado por Argelia le podría sumar 413 millones a esos pasivos latentes.
Cesce o ICO
En este contexto, Duro Felguera tiene todas las opciones abiertas y la primera es una inyección de sus dueños. Sin embargo, es difícil que Prodi pueda garantizar nuevos recursos tras invertir 90 millones hace solo un año. La opción de la SEPI tampoco está clara, porque significaría entrar en el capital de una compañía rescatada en la que ya podrían participar en el futuro si es que la asturiana no paga los créditos pendientes de la pandemia en un préstamo participativo.
En este escenario, lo que cobra más sentido es el préstamo de un pool bancario que pueda inyectar el dinero necesario, aunque siempre con el aval del Estado, a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO) o el Cesce. En el caso del ICO para conseguir liquidez y en el del Cesce para lograr avales que le permitan seguir contratando. La compañía trabaja en soluciones desde la salida del anterior CEO, Jaime Argüelles, aunque la situación actual es compleja y no llama a demasiado optimismo.