Marruecos avanza en la regulación cripto
El país norteafricano avanza además en su propia divisa digital
Marruecos está a punto de dar un giro de 180 grados en su política hacia las criptomonedas. El gobernador del Banco Central, Abdellatif Jouahri, ha anunciado que el país está preparando un marco regulatorio para legalizar las criptomonedas, revirtiendo la prohibición que ha estado vigente desde 2017. Este cambio de postura, junto con el desarrollo de una moneda digital del banco central (CBDC, por sus siglas en inglés), marca un punto de inflexión en la política financiera del país y lo alinea con una tendencia global hacia la adopción de activos digitales.
De la prohibición a la regulación
Desde 2017, la compraventa de criptomonedas ha estado prohibida en Marruecos debido a las supuestas preocupaciones sobre riesgos financieros y su posible uso en actividades ilícitas. Sin embargo, el uso continuado de manera clandestina entre la población ha llevado al Banco Al Maghrib a reconsiderar su enfoque. Según Jouahri, ya se ha elaborado un proyecto de ley para regular los criptoactivos, que actualmente se encuentra en proceso de adopción creciente en el país como en el resto del panorama internacional.
Esta iniciativa busca establecer un marco legal que controle las transacciones y mitigue los riesgos asociados, al tiempo que responde a la creciente demanda del público por alternativas digitales seguras. El cambio de postura refleja un reconocimiento pragmático de la realidad, ya que las prohibiciones no han impedido la adopción de criptomonedas, y la regulación podría ser una mejor herramienta para gestionar los riesgos, y ante todo, tener un mayor control sobre su uso y favorecer la tributación.
La «criptomoneda» marroquí
Paralelamente a la regulación de criptomonedas descentralizadas, el Banco Al Maghrib está evaluando la implementación de su propia CBDC. Esta iniciativa forma parte de una tendencia global más amplia, en la que al menos 134 países están investigando el potencial de las CBDC, o incluso lanzando la suya propia, según datos del Consejo del Atlántico.
El banco central marroquí ve en las CBDC una herramienta más segura y útil para objetivos como la inclusión financiera, al estar bajo control directo de las autoridades monetarias. Marruecos se une así a los 66 países que ya se encuentran en etapas avanzadas de desarrollo, pruebas piloto o implementación de monedas digitales centralizadas.
Contexto global y tendencias
La decisión de Marruecos refleja un cambio más amplio en la actitud global hacia las criptomonedas. Varios países que anteriormente habían adoptado posturas restrictivas están reconsiderando sus políticas. China, por ejemplo, aunque mantiene la prohibición sobre el trading de criptomonedas, ha comenzado a mostrar apertura hacia la tecnología blockchain y lidera el desarrollo de CBDC con su yuan digital, lanzado en 2022.
Por su parte, el G20, que representa a las principales economías mundiales, está trabajando activamente en el desarrollo de marcos regulatorios para activos digitales, reconociendo su potencial para la innovación financiera mientras busca mitigar los riesgos asociados.
Desafíos y oportunidades
El cambio de política en Marruecos no está exento de desafíos. Las preocupaciones originales que llevaron a la prohibición, como son el supuesto lavado de dinero, la financiación del terrorismo o la volatilidad, siguen siendo relevantes. Sin embargo, el país reconoce que un marco regulatorio adecuado podría ser más efectivo para abordar estos riesgos que una prohibición total.
Además, la combinación de una regulación de criptomonedas con el desarrollo de una CBDC podría posicionar a Marruecos como un líder regional en innovación financiera, equiparándola a la postura de otras áreas más avanzadas como Europa con el desarrollo del reglamento MiCA. Esta estrategia dual del país africano podría fomentar la inclusión financiera mientras se mantiene el control sobre los riesgos sistémicos.
La decisión de Marruecos de regular las criptomonedas mientras desarrolla su propia CBDC representa un enfoque equilibrado hacia la innovación financiera. Al abrazar tanto las criptomonedas descentralizadas como las monedas digitales centralizadas, el país busca aprovechar los beneficios de ambas tecnologías mientras gestiona los riesgos asociados. Esta estrategia podría servir como modelo para otros países que buscan navegar la transición hacia un sistema financiero más digital e inclusivo.