Los hoteleros estallan contra el registro de viajeros: «Pedimos más datos que un policía»
El registro lleva funcionando apenas 15 días con polémicas por los colapsos en el sistema y la pérdida de privacidad
El sector turístico no da por perdida la guerra contra el nuevo registro de viajeros impuesto por el Gobierno. El registro de datos de reservas de viajeros que ha puesto en marcha el Ministerio de Interior lleva funcionando apenas 15 días y la polémica continúa. Desde el inicio del mes es obligatorio para las empresas de alojamiento, agencias de viajes y de alquiler de vehículos. Este nuevo registro, que arrancó con la oposición unánime de todo el sector y con colapso en el sistema, y que no es obligatorio en ningún otro país del entorno, tiene soliviantado al sector hotelero. «Lo que está claro es que hay una perdida de competitividad, una suma de trabajo y una pérdida de intimidad de las personas», asegura Jorge Marichal, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT).
El presidente de CEHAT explica, en conversación con THE OBJECTIVE, que «la gente no entiende que tenga que dar tantos datos cuando en sus países no los tiene que dar». Es precisamente ese exceso lo que hace que el sector considere que se les convierte en una especie de comisaría. «Pedimos más datos de los que te puede pedir un policía si te para en la calle», lamenta el presidente de la patronal. La patronal ya ha recibido quejas de clientes y de asociados porque además «la operativa no está funcionando bien y eso es una falta de responsabilidad, estamos hablando de temas muy sensibles de seguridad nacional».
«Los hoteles no son comisarías. Las recepciones no son puestos fronterizos. Y los recepcionistas no deberían ser interrogadores formados en los servicios secretos. Ya nos han asignado el papel de cajeros cobrando tasas e impuestos turísticos. ¿Ahora quieren que actuemos también como policías?», argumenta Marichal, que considera que esta normativa no sirve para atrapar a criminales, pero sí para «generar un problemón monumental en la operativa diaria de los alojamientos turísticos, socavar la privacidad de los viajeros y aburrirlos hasta el hartazgo».
Solo el 0,018% de los huéspedes
Aunque la obligatoriedad de uso del registro comenzó a inicios de mes, en 2022 comenzaron las primeras aproximaciones de la medida y desde entonces esta normativa ha permitido localizar a 18.584 personas investigadas judicial o policialmente, apenas el 0,018% del total de los 102,7 millones de personas que se alojaron en nuestro país el pasado año, según los datos del INE. Esto implica que el 99,98% de los viajeros, sin relación con actividades ilícitas, están sujetos, según el proveedor global de ciberseguridad Lazarus Technology, a la recogida obligatoria de hasta 42 datos personales, incluyendo información sensible como métodos de pago.
«Esos datos se están pidiendo con otra intencionalidad que tiene que ver más con cruces que quiera hacer Hacienda», asegura en conversación con este diario el CEO de Lazarus Technology, Manuel Huerta. «Este gap entre la ingente cantidad de datos recopilados a los viajeros y los escasos casos de actividades ilícitas detectadas evidencia cómo la acumulación indiscriminada de datos personales no es una estrategia de seguridad efectiva para combatir la actividad terrorista o el crimen organizado, sino una brecha de seguridad esperando ser explotada por los ciberdelincuentes».
En el sector se muestran preocupados por la custodia de esos datos, ya que «toda esta información deberá guardarse durante un trienio». Desde Lazarus Technology, que lleva años trabajando en materia de ciberseguridad en el sector hotelero, destacan que este ha experimentado un incremento del 70% en intentos de ataques a nivel global, según informes recientes. «Esta cifra evidencia la vulnerabilidad de la industria frente a amenazas digitales que buscan explotar los datos recopilados, no solo para el robo de identidad, sino también para fraudes más sofisticados».
Mercado paralelo
Por otro lado, Huerta no descarta que este exceso de información solicitada por los hoteles y las dudas que está generando entre los turistas internacionales pueda provocar un aumento del alojamiento en establecimientos no regulados o en casas de conocidos, en perjuicio del sector. «Prefiero no ir a un alojamiento y que me deje la casa un amigo. Puede incrementar un mercado paralelo de alojamiento, pero solo basándose en confianza y pagando en efectivo», reflexiona.
«Puede pasar, pero no creo que esto lleve a que la gente cambie los hábitos. Podría pasar, pero no creo que sea una consecuencia tan directa, pero lo que está claro es que hay una perdida de competitividad del sector», lamenta el presidente de la patronal hotelera. Desde CEHAT han llevado el registro hasta la justicia europea y aseguran que acudirán «a cualquier instancia necesaria» para acabar con esto. Tienen claro que va a ser un «largo viacrucis jurídico».