Los economistas advierten: la reducción de jornada reventará el cuadro macro de Sánchez
Rebajará el PIB en 18.000 millones en dos años y hasta un punto porcentual menos en la tasa de empleo
Concluye el año y la primera fase de reducción de la jornada laboral de 38,5 horas ha sido un objetivo fallido por parte de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Y ello pese a las numerosas ocasiones en las que ha avanzado que la medida estaría en vigor en 2024, fuera como fuera. Los efectos de esta medida han sido analizados por diferentes instituciones de carácter económico, que aseguran que una reducción de la jornada laboral «reventará el cuadro macroeconómico» que Pedro Sánchez acaba de enviar a la Unión Europea. El daño a las cuentas públicas afectaría principalmente a indicadores tan importantes como el empleo -con entre ocho décimas y un punto menos- y el producto interior bruto -con 18.000 millones menos de PIB en dos años-, cuestionando así las últimas previsiones al alza del Banco de España.
El Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria repara en las consecuencias de la jornada laboral planteada por Yolanda Díaz. Sobre todo, si ésta viene como resultado de un acuerdo entre gobierno y sindicatos, prescindiendo de las patronales de empresarios. El organismo que dirige José María Rotellar pone el énfasis en el «efecto expulsión» por los costes adicionales que supone para las empresas, fundamentalmente las pequeñas, con más problemas para contratar a más trabajadores si quieren mantener la producción, sabiendo que los trabajadores cobrarán más por trabajar menos con esta medida. Por tanto -señala el OFV-, a los costes «habrá que añadir la caída de productividad y competitividad, además del impacto sobre la reducción de empleo, porque serán muchas las sociedades que no podrán soportar el sobrecoste de la iniciativa».
Es el empleo lo que también preocupa al Servicio de Estudios de BBVA Research y a su economista jefe, Miguel Cardoso. Este último ya estimó que la reducción de la jornada laboral acabará llevándose por delante un punto porcentual de la tasa de empleo, perjudicando en mayor medida a comunidades autónomas como Cataluña. El BBVA argumenta que en algunos sectores es posible que se pueda compensar esta medida, pero en otros será «imposible». Además -anticipan-, el sector servicios cuenta con muchas empresas en las que los empleados son su principal coste laboral, de manera que una actuación política como la que postula Díaz «puede ser limitante para su capacidad de crecimiento».
El Consejo General de Economistas, y en su nombre su presidente, Valentín Pich, también incide en los efectos de una reducción de jornada sin pactos entre sindicatos y empresas, con el consiguiente aumento de costes para las empresas, sobre todo para las pymes. Salvador Marín, responsable del Servicio de Estudios del CGE, advierte de otro problema que acucia a la estructura empresarial de este país, y es la dificultad que existe para captar talento. Fedea, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada que dirige el economista Ángel de la Fuente, estima que imponer la reducción de la jornada laboral restará 18.000 millones al PIB en dos años. Mantiene, además, que cualquier medida de este tipo se ha de alcanzar mediante la negociación colectiva, y no por ley. Asimismo, aventura el efecto que la reducción puede tener sobre los sectores menos productivos si estos acuerdos no se cierran, teniendo en cuenta cada uno de los sectores y cada una de las empresas. Entiende Fedea que ya hay una autorregulación colectiva entre sindicatos y empresas: solo hay que ver las 4.500 mesas abiertas.
Retorcer la reforma laboral
En el ámbito del Gobierno, la reducción de la jornada laboral ha sido objeto este miércoles de un rifirrafe verbal entre el ala socialista y el ala comunista que representa en el Ejecutivo la formación liderada por Yolanda Díaz, Sumar. El ministro de Economía, por su parte, resta importancia al calendario de ejecución de esta reducción, e incluso la desplaza a 2026, reconociendo que en este paso hay que acompañar a las empresas. En cambio, Sumar ha elevado el tono, tachando a Carlos Cuerpo de ser «la voz del Gobierno en la patronal». Piden además al Ejecutivo que cumpla con lo dispuesto en el acuerdo de coalición y aplique las 37,5 horas semanales de jornada laboral durante el año que viene.
En este clima, fuentes de la patronal insisten en los aspectos contradictorios de las políticas de Yolanda Díaz, que por un lado ha defendido una reforma laboral que fue consensuada en el diálogo social y, sin embargo, ha introducido por la puerta de atrás esa reforma con la pretendida reducción de jornada laboral, cuando el 10 de marzo de 2023 se firmó el V Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva entre las organizaciones sindicales CCOO y UGT y las organizaciones empresariales CEOE y Cepyme.
En opinión de estas mismas fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, un giro de este tipo, con sesgo político y radical, no solo pone de manifiesto el desacuerdo que hay en el seno del Gobierno entre las carteras de Trabajo y de Economía, sino que también coloca en un difícil papel subsidiario a los sindicatos. Si se ven en la tesitura de tener que apoyar esta reducción que defiende Yolanda Díaz, habrán mermado su propia autoridad en las mesas de negociación.
¿Apoyos suficientes en el Congreso?
Sin descartar que a última hora Díaz aproveche el final de año para imponer una reducción de la jornada laboral solo a dos manos, las fuentes empresariales insisten en la importancia de respetar las mesas de negociación que hay abiertas. Recuerdan la casuística de sectores y de empresas y señalan, al mismo tiempo, que hoy por hoy no tienen ni un solo papel que recoja con claridad cuáles son las propuestas del Ejecutivo en esta materia.
Añaden que un asunto como el de la reducción de la jornada, que atraviesa legalmente el Estatuto de los Trabajadores, no puede ser abordado con ligereza, sin precisar muchos aspectos, «de modo que mañana no venga el ministerio que dirige Yolanda Díaz diciéndote que, en lugar de reducir 37,5 horas, lo que quiere incluso son menos horas».
En cualquier caso -precisan a este medio fuentes parlamentarias- no parece que algunos de los partidos políticos que respaldaron a Sánchez en su última investidura rindan ahora pleitesía a esta medida brindando su apoyo, si es que la reducción de la jornada laboral llega al Congreso de los Diputados.