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Economía

La presión de la vivienda en Madrid empuja al alquiler de camas en pisos compartidos

La tensión entre la oferta y demanda de alquiler está provocando situaciones nunca vistas, según el sector

La presión de la vivienda en Madrid empuja al alquiler de camas en pisos compartidos

Cartel de alquiler de viviendas en la fachada de un edificio, a 31 de diciembre de 2022, en Barcelona, Cataluña (España). | David Zorrakino (Europa Press)

‘Ofrecemos habitaciones compartidas por temporada o larga estancia en Barrio de Salamanca’ o ‘se alquila cama en habitación compartida, solo para chicas’. Estos son algunos de los anuncios observados por THE OBJECTIVE en diferentes plataformas. Se trata de un paso más con respecto a la habitación en piso compartido que muestra la fuerte presión que está viviendo el alquiler en algunas ciudades como Madrid, tal y como aseguran a este diario fuentes del sector inmobiliario.

«Es algo que estamos detectando, la presión del alquiler ha llegado a tal extremo en algunos sitios que se empiezan a alquilar camas», asegura el presidente de la Federación Nacional de Asociaciones inmobiliarias (FAI), José María Alfaro, en conversación con este diario. «Se alquila mucho por habitaciones, pero también se están separando salones en dos. Hay pisos que se alquilan todos por habitaciones, sin salón».

El sector, apunta Alfaro, está detectando el alquiler de camas de momento como una cuestión anecdótica. «En la típica habitación de matrimonio ponen tres camas de 90 y se alquilan por 200 euros. Esto está pasando. No necesariamente se publica. Mucho es de boca a boca», explica. Una situación extrema a la que se están viendo obligados algunos ciudadanos que no logran encontrar ninguna otra solución habitacional en algunos lugares. «La presión de la demanda provoca estas situaciones tan graves».

No se publican viviendas

Tal es la presión que está viviendo el mercado del alquiler en las principales capitales de España que se están generando situaciones inéditas. Las agencias inmobiliarias aseguran que están asistiendo «con estupor» a comportamientos en el mercado nunca vistos antes. Uno de estos comportamientos se traduce en que algunas agencias directamente no publicitan las viviendas en alquiler ante la alta demanda por cada propiedad que se pone en oferta y las listas de espera que se están generando.

Ante tal avalancha o presión de la demanda, con publicitar una vivienda de la misma tipología los profesionales generan contactos y demanda suficiente para alquilar cuatro o cinco más, explican fuentes del sector. Una situación que pone en evidencia el nivel de la escasez de vivienda en alquiler en las principales capitales españolas, pero fundamentalmente en Madrid y Barcelona. «Las demandas de alquiler suelen ser bastante efímeras, en menos de 15 días se resuelven», añade el presidente de AFI.

Por ejemplo, explica Alfaro, en Madrid una propiedad de 800 euros en la zona de Delicias puede generar en cinco días de publicidad 100 contactos. De esos cien contactos no todos pasan el filtro de condiciones y requisitos de exigencia financiera. «Pero si de esos 100 se quedan en 25, uno de cada tres de perfil validado se guarda en los registros de las inmobiliarias para los próximos inmuebles».

Compra de vivienda

Otro de los efectos que empiezan a detectar los profesionales de las agencias inmobiliarias debido a la saturación del alquiler afecta al mercado de compra. «En las principales ciudades, al contrario de lo que ha pasado siempre -que la gente que no podía comprar alquilaba- ahora, la gente que no puede alquilar la vivienda que quiere lo que hace es comprar una que no le gusta», asegura Alfaro. Este fenómeno que empiezan a observar las inmobiliarias se produce después de que los posibles inquilinos vean frustrada en varias ocasiones su intención de alquilar una vivienda que cumpla con sus expectativas. 

«Tú vas a un barrio residencial de Madrid y detectas una propiedad que puedes pagar para vivir con tu familia de entre 1.400 o 1.500 euros, con piscina, trastero, garaje y pádel. Un residencial de la zona de Las Rosas en San Blas», pone como ejemplo el experto. En estas zonas, en las que hay diferentes niveles de desarrollo urbanístico, «si tú eres incapaz de acceder a esa vivienda porque tienes que competir en ese casting de inquilinos con 50 perfiles, al cuarto intento ya te desesperas».

«Necesitas la vivienda y acabas yendo al barrio antiguo de San Blas a comprar una vivienda de 15o-200 mil euros. Evidentemente, no es residencial, no es una vivienda con piscina ni garaje, pero es lo que te puedes permitir para intentar solucionar esa necesidad habitacional y no alejarte de la zona», añade. Una decisión que lleva a comprar vivienda por debajo de las expectativas y de los requisitos que demandaban estas familias al alquiler y que se produce no porque no puedan pagar la renta, sino porque les es imposible acceder a esa vivienda.

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