La diana millonaria del mundial de dardos
El evento, que premia con 500.000 libras al ganador, consigue unas audiencias televisivas millonarias gracias a la profesionalización de su gestión
Lo ha podido ver en cualquier visita a la Pérfida Albión si ha tenido la excelente idea de salirse de los carriles del turismo convencional. Los auténticos británicos anidan en los pubs de barrio, donde básicamente practican tres deportes. El principal, nexo de toda la actividad tanto física como neuronal del sujeto, consiste en trasegar sustanciosas pintas de cerveza. El segundo, en contemplar a los millonarios de la Premier League jugando al futbol. El tercero implica cierto ejercicio físico: los dardos.
En estas fechas tan entrañables, la tríada de la working class británica se funde en una abigarrada estampa invernal: los consumidores de cerveza se dedican a ver por la tele cómo tipos bastante parecidos a ellos (con menos kilos de más, quizá) lanzan dardos a una diana. Aunque uno de ellos no solo no tendrá que pagarse las pintas, sino que se levantará 500.000 libras (605.000 euros al cambio). Para ello tendrá que ganar el PDC World Darts Championship, el Mundial de este deporte protodigital que arrancó la semana pasada y culminará con la gran final del 3 de enero.
El Mundial se celebra desde 2008 en el Alexander Palace de (of course) Londres y reparte un total de 2,5 millones de libras en premios. Es el plato estrella con el que la Professional Darts Corporation (PDC), una patronal británica montada por los principales jugadores de la British Darts Organisation (BDO), miembro de la Federación Mundial de Dardos, en 1992… justo el año en que arrancó la Premier League de fútbol, sabiamente liberada de la burocrática Football Association. Mientras aquí nos entreteníamos con la Expo y los Juegos Olímpicos, en el Reino Unido se dedicaban a profesionalizar su deporte.
El presidente de la PDC se llama Barry Hearn. Se trata de un señor de 76 años que fundó en 1982 Matchroom Sport, una promotora de competiciones deportivas centrada en deportes como el snooker (el billar británico), el boxeo, los bolos, el golf, el póker o el tenis de mesa, además de los dardos. De su capacidad para vender lo invendible nos quedan esas partidas de snooker por Eurosport que nos tragábamos en los años 90 los españoles más ociosos, fascinados por la maldad de un deporte cuya prioridad es propiciar el fallo del contrario.
Británico hasta la médula, Hearn tiene en los dardos la joya de la corona. Su Mundial lo patrocina Paddy Power, una lucrativa casa de apuestas irlandesa con sede en Malta (por lo que sea) que inyecta un buen dinero. Pero la parte del león viene de los derechos televisivos. Según SportBusiness, la gran cadena de pago británica, Sky, acumuló 4,8 millones de espectadores en la final del año pasado, récord en el mundo de los dardos y… ¡el pico de audiencia más alto de Sky Sports fuera del fútbol!
El espectáculo subió de temperatura con la tremenda irrupción de un jugador que parece hecho a medida. Tiene nombre de héroe galáctico, Luke. Y su apellido, Littler (¿más pequeño?) parece un mote: tenía solo 16 años cuando perdió la final ante otro Luke, de apellido Humpreys y 29 añazos. Todos los ojos estaban puestos en él. Ha conseguido estilizar la figura de esos tipos entre entrañables y patéticos, carne de pub, de los que hablábamos al principio hasta el punto de que Sky ha encargado una serie documental premium con las historias de los mejores jugadores. Que tiemblen Lebron James, Messi y compañía…
Porque, sorprendentemente, el éxito de audiencia televisiva del Mundial no se limitó a Gran Bretaña. En Alemania, Sport1 alcanzó un pico de 2,86 millones de espectadores durante la retransmisión en directo de la final en su canal de televisión abierta. La dardomanía se está extendiendo también por Países Bajos y Bélgica, y amenaza por extenderse más allá del epicentro cervecero. Pero el gran filón está, una vez más, en Internet. Los distintos canales de redes sociales de Sky Sports obtuvieron 27,6 millones de visualizaciones de vídeos en todo el mundo.
El astuto Barry Hearn lo ha visto venir… Otra vez. Dice su biografía que, a principios de los años 70 del pasado siglo, cansado de la rutina de su trabajo como contable, se dio a la adrenalina de la inversión inmobiliaria: compró una sala de snooker en Romford, a las afueras de Londres, justo cuando la BBC empezaba a retransmitir partidas del billar británico en color. De repente, todo el mundo quería entrar en su local a jugar.
Medio siglo después, ha creado la plataforma, PDCTV, que permite ver el Mundial desde cualquier parte, España incluida. También se puede ver desde Sky Sports, DAZN y Viaplay. Con una buena cerveza en la mano, la emoción gana enteros. Ayuda a identificarse con los colosos que se enfrentan por la corona… y que parecen tipos bastante normales. Seguro que usted podría ganarles si viera con un poco más de nitidez el centro de la diana.