Los turistas británicos y estadounidenses son los más sensibles a las olas de calor en España
El gasto de los visitantes de estas dos nacionalidades cae notablemente durante episodios de altas temperaturas
A la espera de conocer los últimos datos del 2024, todo indica que España va a cerrar un año récord en el sector turístico con la llegada de más de 90 millones de visitantes. Unas cifras nunca vistas y que celebran en el sector, al tiempo que invitan a acelerar los cambios que requieren aprovechando esta época de bonanza. Un sector que no se ve exento de riesgos. A las subidas de precios y los factores geopolíticos se une la creciente turismofobia, una de las principales amenazas de 2025, tal y como ha informado THE OBJECTIVE.
Además de esto, y por sus efectos inmediatos en el ecosistema turístico, al sector también le inquieta el impacto del cambio climático. Caixabank Research ha estudiado cómo están afectando los episodios de fuertes olas de calor a la fidelización de los turistas que vienen a España a partir de datos internos de la entidad de pagos con tarjetas extranjeras en TPV de Caixabank. Como saben los expertos, el turista repetidor es especialmente valioso. Según las conclusiones del estudio, al que ha tenido acceso este diario, los visitantes que no sufren ola de calor extrema vuelven y gastan lo mismo que el año anterior.
Sin embargo, no ocurre lo mismo con los que sí han vivido episodios de muy altas temperaturas durante su estancia. Los turistas norteamericanos y británicos son especialmente sensibles a las olas de calor y se reduce mucho el gasto de los mismos, concretamente un 3,7% menos los estadounidenses y un -3,8% los británicos. Los portugueses y franceses son los menos sensibles a los episodios de fuertes temperaturas, según este estudio. En términos generales, los turistas que experimentaron una ola de calor durante su visita a España en 2022 tuvieron una menor propensión a regresar el verano siguiente.
El cambio climático como oportunidad
Al margen de los perjuicios que genera el cambio climático y las situaciones extremas, ya sea en forma de olas de calor o de lluvias torrenciales, desde el sector miran también el lado aprovechable de esta coyuntura. «El cambio climático tiene también efectos positivos para el sector. Se están ampliando más las temporadas al tener un clima favorable durante más tiempo», explica a este diario Marcos Franco, socio fundador de ObservaTUR, el Observatorio Nacional del Turismo Emisor.
Franco explica que en los últimos dos años está habiendo meses de septiembre y de octubre mejores que los de años atrás, «por poner el punto positivo a la situación». Esto, unido al incremento del teletrabajo o trabajo flexible en muchos países de Europa, está favoreciendo la tan deseada desestacionalización del sector.
Turismofobia, otro riesgo
Por otro lado, las crecientes situaciones de desencuentro entre residentes y visitantes en algunas zonas turísticas también suponen una preocupación, según se desprende del 14º Informe de Temporada ObservaTUR. Esta preocupación en cuanto al aumento de fenómenos como la turismofobia en algunos lugares ha crecido entre los agentes de viaje 22 puntos con respecto al informe del año anterior.
Las fricciones entre turistas y residentes en algunas zonas de España se sitúan como el tercer aspecto de preocupación entre los agentes del sector detrás de la situación geopolítica y la coyuntura económica. El informe señala que el aumento de estos roces en algunas zonas concretas se debe a la sobresaturación en los flujos. Por ello, «se urge a poner coto de raíz a esa falta de armonía y se insta a su resolución de forma conjunta tanto desde la esfera privada como desde la Administración».
«Hay que intentar abordar este problema desde una perspectiva profesional y sin politizar», asegura Franco. Por ello, son necesarios la «colaboración y el trabajo conjunto con todos los actores implicados en la cuestión». «Lo que más me preocupa es que esto se politice, tal y como hemos visto este verano en algunos lugares», lamenta el portavoz de ObservaTUR.