Una española muestra su compra en EEUU y los seguidores alucinan con los precios
Las regiones más caras, Hawái y Alaska, registran gastos superiores a los 300 dólares a la semana

Vivir en Estados Unidos. | Freepik
Un reciente estudio de la Oficina de Estadísticas Laborales revela un incremento del 20% en los precios de los alimentos en Estados Unidos desde 2020, el mayor aumento en décadas. Diversos factores, entre los que destacan la pandemia de COVID-19, las interrupciones en las cadenas de suministro globales y el alza en los costes de transporte, han contribuido a esta acelerada inflación alimentaria.
La disparidad en los precios de los alimentos entre los diferentes estados subraya la desigualdad económica y el impacto diferenciado que esta situación tiene en los hogares estadounidenses.
¿Cuál es el gasto semanal de la compra en EE.UU?
El gasto semanal en alimentos de un hogar estadounidense ronda los 270 dólares, según datos de Delish. No obstante, esta cifra es una media que oculta grandes disparidades regionales. Estados con altos costes de vida, como Hawái y Alaska, registran gastos superiores a los 300 dólares semanales.
Por el contrario, en regiones con una fuerte producción agrícola, como ciertas zonas del medio oeste, los precios de los alimentos suelen ser más bajos debido a menores costos de transporte y distribución.
¿De qué depende ese gasto?
El coste de llenar el carrito de la compra varía significativamente de un estado a otro en Estados Unidos. Factores como la dependencia de importaciones, el coste de vida y la ubicación geográfica influyen en los precios de los alimentos.
Los gastos según las regiones
La cesta de la compra en Estados Unidos no es igual en todos los estados. Hawái y Alaska encabezan la lista de los estados más caros para adquirir alimentos. La razón principal detrás de estos altos costes es la lejanía geográfica de ambos estados, lo que los obliga a depender en gran medida de la importación de productos agrícolas.
Los altos costes de transporte marítimo y aéreo, sumados a la falta de producción local, hacen que los alimentos en estos estados sean significativamente más caros que en el resto del país. Según datos de la Oficina del Censo, un hogar hawaiano gasta en promedio alrededor de 334 dólares a la semana en alimentos, mientras que en Alaska la cifra se acerca a los 329 dólares.
California y Washington, estados con un alto coste de vida e inflación constante, registran gastos promedio semanales en alimentos de USD 298 y USD 288 respectivamente. Estos elevados costes, según la Oficina de Estadísticas Laborales, son consecuencia de la dependencia de grandes áreas urbanas en extensas cadenas de distribución y de la concentración de actividades económicas en las zonas metropolitanas, lo que encarece no solo los alimentos sino también otros bienes y servicios esenciales.

¿Dónde es más barato?
Si buscas ahorrar en la compra de alimentos, el Medio Oeste de Estados Unidos podría ser tu destino. Esta región, con una fuerte tradición agrícola, ofrece precios más bajos en productos básicos gracias a la producción local y a la eficiencia en la distribución. Estados como Iowa y Nebraska son un claro ejemplo de cómo la cercanía a las fuentes de producción se traduce en ahorros para los consumidores.
Alabama y Mississippi, estados del sur con economías menos agrícolas que el Medio Oeste, ofrecen un coste de vida relativamente bajo. A pesar de la inflación en alimentos, con gastos semanales de alrededor de 272 y 291 dólares respectivamente, el coste total de vida en estas zonas sigue siendo más accesible. Sin embargo, los ingresos promedio en estos estados suelen ser menores.
¿Cómo es vivir en Estados Unidos?
El coste de vida en Estados Unidos varía considerablemente según la ciudad y el estilo de vida. Si bien una persona puede vivir con un promedio de 96.500 dólares al año, las familias con hijos suelen necesitar el doble o incluso el triple de esa cantidad, especialmente en las grandes metrópolis. Ciudades como Nueva York y San Francisco son conocidas por sus altos costes de vida, donde una familia puede gastar más de 300.000 dólares al año.