Trump nos devuelve al siglo XIX
‘El Gris Importa’ analiza el impacto de los aranceles impuestos por el nuevo presidente de EEUU
En anteriores entregas de El Gris Importa hemos analizado el programa de Donald Trump y cómo han reaccionado a su elección los mercados y los diferentes agentes, pero ya disponemos de las primeras órdenes ejecutivas, y hay que decir que el hombre ha empezado a recoger trapo.
Nadie cree, por ejemplo, que vaya a deportar a 10 millones de inmigrantes. También la amenaza de imponer aranceles a todo bicho viviente se ha diluido. No es que hayan quedado descartados. En absoluto. Pero sí es verdad que su magnitud podría ser más moderada de lo inicialmente anticipado.
De hecho, en el servicio de estudios de Arcano Research no prevén «un impacto dramático» de las medidas de Trump en la marcha de la economía mundial, cuyo escenario central se mantiene: Estados Unidos crecerá un poquito menos, Europa crecerá un poquito más y China seguirá estancada.
Donde las perspectivas son algo más inquietantes es en el ámbito geopolítico. Para empezar, Trump no ha traído a Ucrania la paz en horas 24, como había asegurado que haría. Y luego su retórica imperialista recuerda a la de los gobernantes del siglo XIX.
Como observa The Economist, Trump ya no considera que Estados Unidos «sea una superpotencia benigna, esa idea nacida de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial». Para Trump, Estados Unidos es una superpotencia tradicional, cuyas fronteras deben estar en permanente expansión. En su discurso inaugural dijo a propósito del canal de Panamá: «Lo estamos recuperando». Y el único de sus predecesores al que dedicó tiempo fue William McKinley, al que se refirió como ese «gran presidente» y que fue un mandatario claramente imperialista. A los españoles nos arrebató Puerto Rico y Filipinas y nos echó de Cuba, convirtiendo el golfo de México en un mar estadounidense.
Finalmente, Trump ha jurado su cargo rodeado por la plana mayor de la oligarquía de Silicon Valley: Elon Musk, Mark Zuckerberg y Jeff Bezos. Parafraseando al «complejo militar-industrial» que, según Dwight Eisenhower, manejaba como a un títere a John Kennedy, Joe Biden habla hoy de un «complejo tecnológico-industrial» que movería los hilos de Trump.
¿No estamos retrocediendo décadas en todos los ámbitos: en el económico con los aranceles, en el geopolítico con la expansión territorial y en el moral con el regreso de los barones ladrones?
Sobre ello debaten Javier Díaz-Giménez, profesor del IESE, y Miguel Ors Villarejo, corresponsal económico de THE OBJECTIVE, en este nuevo episodio de El Gris Importa.