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Economía

Guerra abierta entre CEOE y Cepyme que gana de momento Gerardo Cuerva

La patronal que dirige este último hace uso de un informe jurídico que pondera el voto personal y presencial

Guerra abierta entre CEOE y Cepyme que gana de momento Gerardo Cuerva

Gerardo Cuerva y Antonio Garamendi, presidentes de CEOE y Cepyme. | Europa Press

Guerra abierta entre CEOE y Cepyme. La patronal de los pequeños y medianos empresarios se ha partido en dos en la noche de este martes, a raíz de la votación que se ha producido en el seno del Comité Ejecutivo y de la Junta Directiva. Una ruptura que se ha saldado con el triunfo reñido de los partidarios de Gerardo Cuerva, con 65 votos a favor, 55 en contra y tres en blanco.

La decisión por parte de Cepyme de eliminar de los estatutos la delegación del voto ha suscitado tensiones, gritos y pareceres contrariados, dando una imagen de desunión. Según testigos presenciales con los que ha podido charlar THE OBJECTIVE, causará un daño inmenso a todas las organizaciones. Por otra parte, esto se podría haber evitado si los dos protagonistas, Antonio Garamendi, y Gerardo Cuerva, hubieran llegado a un acuerdo durante la negociación.

Hay que remontarse oficialmente a la vuelta de las vacaciones de Navidad, cuando el diario Abc publicaba cómo Antonio Garamendi estaba dispuesto a presentar a un candidato alternativo a Gerardo Cuerva -recuerdan fuentes relacionadas con estas dos organizaciones-, por las discrepancias que había entre ellos a raíz del posicionamiento con la reforma laboral.

La contienda que en estos momentos libran los líderes de las dos patronales empresariales, CEOE y Cepyme, no ha dejado de recrudecerse. Sucede en el año electoral en el que Cepyme tiene que renovar su dirección. Esta situación ha llevado a la organización que dirige Gerardo Cuerva a convocar este lunes a su Comité Ejecutivo y a su Junta Directiva para abordar, entre otros puntos del día, «las presiones» a las que están siendo sometidas algunas organizaciones que dependen de Cepyme, y a quienes -según fuentes de este organismo- se les está pidiendo, desde CEOE, el voto delegado que decida finalmente quién tripulará los designios de la organización que representa a la pequeña y la mediana empresa.

Aprobada la modificación de estatutos

En plena proliferación de otras patronales apadrinadas por el Gobierno, y a las puertas de unas nuevas elecciones -habiendo anunciado Antonio Garamendi que podría presentar a un candidato alternativo a Gerardo Cuerva-, Cepyme ha planteado a los miembros de su organización que se pueda someter a votación la modificación de dos artículos de sus estatutos (el artículo 13 y el 26), para que, de este modo, cada elector pueda ejercer libremente su voto en una urna, o bien, que las delegaciones de voto sean limitadas.

En este empeño, la organización empresarial ha solicitado un informe jurídico a la asesoría que comparte con CEOE y cuyos resultados indican que lo conveniente sería revertir esta situación, para no desvirtuar el propio concepto de representación. Una conclusión en la que no entra a debatir CEOE. Fuentes de esta patronal consultadas por este diario señalan que éste es un tema propio de Cepyme.

Este martes, sobre las nueve de la noche, la Junta Directiva de Cepyme comunicaba la aprobación del cambio de su
Reglamento de Régimen Interior, limitando la delegación del voto en términos similares a las organizaciones empresariales CEOE y ATA. Dicha modificación -sostiene el comunicado- tiene como objetivo promover la libre participación de las asociaciones miembros en los procesos decisorios de Cepyme, garantizando que el voto sea libre y secreto, tal y como establecen los Estatutos.

Voto personal y presencial de CEOE y ATA

Es el propio informe jurídico -al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE– el que observa que «el otorgamiento de representaciones para los órganos de gobierno y las asambleas electorales de Cepyme, debido a la inexistencia de límites en su número, puede dar lugar al ejercicio de presiones con el fin de transferir el sentido del voto y, en definitiva, el resultado de una adopción de acuerdos o elección a una o pocas manos, infringiéndose así los principios democráticos por los que deben regirse las organizaciones empresariales».

A este respecto -valora el informe firmado el 14 de febrero-, «resulta significativo que las organizaciones hermanas de Cepyme, es decir CEOE y ATA, establezcan ambas en sus normas electorales que el voto deberá ser personal y presencial, quedando expresamente prohibidas las representaciones o delegaciones de voto, así como el voto por correo». Al tiempo que, «en cuanto a las representaciones para las reuniones de los órganos de gobierno, la CEOE limita su número en los Estatutos a un máximo de seis».

«La eliminación o reducción al mínimo de la posibilidad de otorgar representación -determina el estudio jurídico- debería lógicamente instrumentarse a través de una previa modificación del Reglamento de Régimen Interior, y concretamente de sus artículos 13 y 26. A esos efectos , el art. 57 de los Estatutos de Cepyme establece que el Reglamento de Régimen Interior y sus sucesivas modificaciones serán aprobados por la Junta Directiva a propuesta del Comité Ejecutivo, y serán ratificados por la Asamblea General, sin perjuicio de lo cual, las normas pendientes de ratificación serán provisionalmente ejecutivas. Asimismo -apostilla el informe-, el art. 28 del Reglamento de Régimen Interior prevé que el acuerdo de la Junta Directiva para modificación del Reglamento deberá ser adoptado por mayoría simple de sus miembros».

Las «presiones» de Cepyme

Según fuentes de Cepyme, desde la organización empresarial CEOE se han hecho llamadas a distintos representantes de patronales que pertenecen a Cepyme, pidiéndoles la delegación de su voto para rivalizar contra Cuerva. Una práctica que se ha repetido en varias ocasiones y con posibles amenazas, que sería el germen de la determinación del empresario granadino de plantear una solución drástica a una relación que ha querido encauzar de manera pacífica con Antonio Garamendi, pero que, según estas mismas fuentes, ha sido imposible.

Unas presiones -mantienen fuentes económicas- que recuerdan la tensa campaña que hubo, precisamente también con motivo de las elecciones en Cepyme, entre Jesús María Terciado y Jesús Barcenas. Terciado, respaldado por Gerardo Díaz Ferrán, entonces presidente de CEOE, fue el que finalmente se quedó con la dirección de la patronal de la pequeña y la mediana empresa. Entonces, Antonio Garamendi fue el número dos de Terciado, aunque fuentes económicas afirman que fue este quien, en noviembre de 2014, le forzó a dimitir, una vez que el presidente de Cepyme fue imputado por el cobro de 300.000 euros en casi dos años. De 2014 a 2019, Antonio Garamendi ocupó la dirección de Cepyme.

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