Cepyme desvela que el divorcio con la CEOE se debe a sus críticas al Gobierno
La patronal de la pequeña y mediana empresa llevará el cambio del voto delegado a la Asamblea

Imagen de archivo donde se puede ver al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, entre Antonio Garamendi y Gerardo Cuerva. | Europa Press
El tono crítico que Cepyme utiliza cuando valora las políticas económicas de Pedro Sánchez podría ser una de las grandes claves que explica la creciente tensión que ha fracturado las relaciones entre los dirigentes de las dos principales organizaciones empresariales de España, Antonio Garamendi (CEOE) y Gerardo Cuerva (Cepyme).
Así se lo han desvelado a THE OBJECTIVE fuentes de la patronal de la pequeña y mediana empresa, afirmando que el único argumento de Garamendi contra Cuerva -así se lo hizo saber en la reunión que mantuvieron en enero, y en la que el dirigente vasco le adelantó que estaba considerando presentar un candidato alternativo a la dirección de Cepyme- es que no acepta el «tono crítico» que el empresario granadino utiliza cuando se refiere al Ejecutivo. Por esa razón, le habría pedido que lo bajara y, también, según la CEOE, le ha ofrecido un cargo de relevancia internacional dentro de la organización.
Un tono crítico que se suma al manifiesto que Cepyme promovió en la primavera del año pasado con el respaldo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. En aquel momento, la organización que encabeza Cuerva aprovechó un acto público para hacer una encendida defensa de la libertad empresarial y en contra de las injerencias del Gobierno. In situ, el presidente de Cepyme recibió el apoyo de múltiples organizaciones empresariales, pero no la rúbrica de Garamendi. Un día -señalan las fuentes consultadas- en el que quedaron marcadas las distancias y la prueba es que Garamendi se marchó antes de que concluyera aquel acto.
Ese manifiesto fue determinante. Supuso una denuncia en toda regla del «hartazgo y la radicalidad de las políticas del Gobierno de Pedro Sánchez por el daño sobre las pequeñas y medianas empresas», señalan. Cuerva acusó al Ejecutivo de prácticas comunistas, sobrerregulación, hostigamiento, falta de respeto a la negociación colectiva y políticas fiscales perjudiciales para las empresas. Horas más tarde de aquel manifiesto, Garamendi dijo en Espejo Público que, como «responsable de los empresarios», eso que dijo Cuerva él no lo iba a decir; que entendía parte de su enfado y su discurso, pero apelaba a «la diplomacia económica y a la palabra moderación» para no cerrar puentes y poder seguir negociando.
Un paso previo al divorcio
Pasadas las vacaciones de Navidad, Garamendi y Cuerva mantuvieron un encuentro previamente retrasado varias veces en un escenario desconocido. El encuentro fue largo. En ningún momento, Garamendi reconsideró una marcha atrás. Y Cuerva salió de aquella cita adivinando que la presión del aparato de la organización iba a ser fuerte hasta la cita con las urnas.
Cepyme afirma que desde entonces empiezan a llegar a la patronal de la pequeña y la mediana empresa quejas de miembros de la Junta Directiva que indican que están recibiendo presiones y coacciones, con chantajes de pérdida de patrimonio sindical -por ejemplo una sede- para delegar su voto a CEOE.
Presiones
Esas presiones, según Cepyme, se dan incluso antes de que se haya convocado la fecha de las elecciones, lo que aún no ha sucedido. Este hecho fue determinante para pensar que algo raro estaba pasando y de ahí que se estudiara el régimen interno que rige Cepyme. Un régimen según el cual existe la posibilidad de entregar un voto delegado, y de forma ilimitada, de modo que es una carta ventajosa que podría utilizar CEOE para conseguir voluntades y cercenar el paso a Cuerva.
En ese instante, Cepyme acude a su asesoría jurídica -el despacho Moreno Cateba & Venturi- que en su día fue contratada por Garamendi cuando éste presidía esta patronal. La circunstancia de que no haya ninguna organización que tenga esa disponibilidad de un voto delegado -que normalmente utiliza la cúspide del aparato- promueve la búsqueda de una interpretación legal que avale que lo más justo es garantizar el voto secreto y la limitación del voto delegado a no más seis votos por persona.
Concluido el informe jurídico, Cepyme convocó la semana pasada al Comité Ejecutivo y a la Junta Directiva para abordar la votación que impulsara la modificación de los artículos que constriñen de manera ilimitada el voto delegado.

El primer triunfo de Cuerva
La sombra de un boicot a la celebración de la Junta Directiva es lo que empujó a Gerardo Cuerva a conocer la opinión, previamente, de los 29 miembros que confirman el Comité Ejecutivo, con una votación que no es vinculante y que daría paso a la posterior celebración de la Junta.
Desde CEOE y desde Cepyme se advierte el ambiente duro, tenso y a veces más que elevado de tono en el que tuvieron lugar tanto el Comité Ejecutivo como la Junta Directiva, que acabó con una primera victoria por parte de Gerardo Cuerva, con 64 a favor de que se modifiquen esos artículos que bloquean el voto delegado, 55 en contra y tres abstenciones. Del total de votos, hasta 60 fueron delegados.
La interpretación legal
Abc afirmó a las pocas horas, que la votación sería impugnada porque, entre otras circunstancias -también sostiene la propia CEOE-, no se había respetado la voluntad del Comité Ejecutivo, cuyo resultado de la votación fue de 15 votos en contra y de 11 a favor, ganando quienes están al lado de la organización que preside Antonio Garamendi.
En este punto, Cepyme rebate la impugnación, pues no se puede impugnar el resultado de una votación del Comité Ejecutivo que en todo caso no es vinculante. Además, recuerdan, se trata de modificar una parte del articulado que afecta al régimen interno y no a los estatutos; por eso el voto del comité no determina nada. Sostiene Cepyme también que la votación del comité tuvo lugar por la «consideración» de Gerardo Cuerva, que quería conocer la opinión de su comité. Pero -remarcan- esta votación no era ninguna caso condición sine qua non para proceder después al voto de la Junta Directiva.
Garamendi interrumpe a Cuerva
Un día más tarde, y ya en la Junta Directiva de CEOE, la tensión se mantuvo en las difíciles relaciones entre parte de la directiva de Garamendi y Cuerva. Un vicepresidente tomó la palabra, haciendo alusión a Cuerva, razón por la que éste pidió un turno de intervención que se vio interrumpido Garamendi a mitad de discurso.
Acalladas las discusiones y los puntos de vista de Cepyme, por la noche Garamendi tuvo ocasión de cenar con los representantes autonómicos de las patronales. Ahora, la carrera electoral de Cepyme está en la vía de la interpretación legal de lo que aprobó la Junta Directiva de Cepyme, intentando -según las fuentes consultadas- que las aguas se calmen antes de convocar la Asamblea. Finalmente, será este órgano el que despeje el camino.