Aranceles de Trump: ¿realmente impulsaron la inflación?
La narrativa predominante sobre los impuestos del magnate dice que estas medidas encarecieron los productos

El presidente de los Estados Unidos Donald Trump. | Ilustración de Alejandra Svriz
Ya saben que la inflación es uno de los mayores enemigos del ahorrador. Sin embargo, estudios recientes, incluido uno del Federal Reserve Bank of Boston y otro del National Bureau of Economic Research (NBER), sugieren que la realidad es más compleja. Y, lo más interesante, es que algunos hallazgos parecen ir en contra de la intuición común. Los modelos que utilizan no son sencillos, de esos que gustan a los académicos y quedan muy lejos del común de los mortales. Más que para bien, para mal, mi faceta de investigación me obliga a tratar de destripar estos modelos para ver qué hay detrás de ellos. La ventaja, es que se pueden explicar luego de forma sencilla.
Imaginemos que una empresa estadounidense importa bicicletas desde China. Si el gobierno impone un arancel del 25%, cabría esperar que el precio final de la bicicleta suba en la misma proporción. Pero aquí entra en juego un factor crucial: los márgenes de ganancia de los minoristas y los importadores. Los dos estudios muestran que, si bien los costes de importación aumentaron casi en su totalidad por los aranceles, el traspaso de estos aumentos a los consumidores fue, en muchos casos, sorprendentemente bajo. Es decir, los minoristas absorbieron parte del impacto reduciendo sus márgenes de ganancia en lugar de trasladarlo directamente a los precios.
Este comportamiento es especialmente visible en productos donde la competencia es feroz y los consumidores tienen alternativas. Por ejemplo, las lavadoras experimentaron un fuerte aumento de precios tras la imposición de aranceles, pero en otros productos los aumentos fueron apenas perceptibles.
Además, los estudios han mostrado que la velocidad de transmisión del impacto de los aranceles varía dependiendo del sector. En mercados con una estructura oligopólica, donde pocas empresas dominan la oferta, es más probable que los costes se trasladen a los consumidores. En cambio, en sectores altamente competitivos, los vendedores pueden verse obligados a asumir parte del coste para no perder cuota de mercado.
Aunque existen casos como el del acero o el aluminio en donde se beneficia una muy reducida minoría americana a costa de miles de empleos de otras industrias relacionadas, la conclusión fácil no es tan correcta.
Otro hallazgo clave de estos dos estudios es que los aranceles no solo afectan a los productos importados directamente, sino también a aquellos fabricados en EE.UU. que dependen de componentes extranjeros. Tomemos como ejemplo la industria automotriz. Un camión ligero ensamblado en EE.UU. puede tener una gran cantidad de piezas importadas. Según el estudio del Federal Reserve Bank of Boston, los hogares estadounidenses gastaron aproximadamente 20.000 millones de dólares en importaciones indirectas dentro de la categoría de camiones ligeros, además de los 56.000 millones gastados en camiones ligeros importados.
Esto implica que el impacto de los aranceles puede extenderse a productos que el consumidor percibe como «Made in USA». Sin embargo, al igual que con los bienes importados, la transmisión de estos costes a los precios finales depende de cómo las empresas manejan sus márgenes de ganancia.
Otra consecuencia relevante es que muchas empresas han optado por redirigir sus cadenas de suministro para evitar los aranceles. En algunos casos, esto ha llevado a que ciertos productos sean importados desde otros países con menores restricciones comerciales, lo que ha amortiguado parcialmente el impacto de los aranceles.
Una de las sorpresas más grandes del estudio del NBER es la respuesta de los exportadores estadounidenses a los aranceles de represalia impuestos por otros países. Mientras que los exportadores chinos mantuvieron estables sus precios a pesar de los aranceles de EE.UU., los exportadores estadounidenses redujeron significativamente los precios de los bienes afectados por represalias extranjeras. Este fenómeno se dio principalmente en bienes agrícolas y productos no diferenciados, donde la competencia internacional es intensa y los compradores pueden sustituir fácilmente un proveedor por otro.
En términos generales, el estudio encontró que el traspaso de aranceles estadounidenses a los precios de importación fue casi del 95% después de un año, mientras que el traspaso de aranceles extranjeros a las importaciones extranjeras fue de solo el 25%. En otras palabras, EE.UU. terminó absorbiendo en gran medida el coste de sus propios aranceles.
La percepción de que los aranceles causan inflación inmediata no siempre se refleja en la realidad. Si bien algunos sectores vieron aumentos de precios más marcados, en general, el impacto ha sido moderado. En algunos casos, los minoristas y fabricantes optaron por diversificar sus fuentes de suministro, importando productos de países no sujetos a aranceles. Este fenómeno ayudó a reducir el impacto inflacionario, aunque también incentivó la reestructuración de cadenas de producción globales.
Desde el punto de vista de la política económica, este tipo de medidas proteccionistas pueden tener efectos contraproducentes a largo plazo. Si bien pueden parecer una estrategia para fortalecer la producción nacional, en muchos casos generan distorsiones que afectan tanto a empresas como a consumidores. El desplazamiento de importaciones a otros países, la reducción de márgenes de beneficio en sectores clave y la disminución del poder adquisitivo de los consumidores son algunos de los efectos secundarios que han sido identificados en estos estudios.
A medida que la administración actual evalúa la continuidad o modificación de estas políticas comerciales, es importante considerar varios factores:
- Reacciones de los socios comerciales: la posibilidad de nuevas represalias comerciales o acuerdos bilaterales que puedan modificar el impacto de los aranceles.
- Comportamiento de las empresas: cómo las empresas continúan adaptando sus cadenas de suministro y estrategias de fijación de precios para minimizar los efectos de los aranceles.
- Impacto en el consumidor: la evolución del poder adquisitivo y el nivel de inflación en función de los cambios en los costes de importación y producción.
Aunque los aranceles sí tuvieron un impacto en la inflación, no fue tan directo ni homogéneo como se podría suponer. Más allá del debate político, estos estudios nos recuerdan que la economía es más compleja de lo que parece y que las reglas del mercado pueden generar resultados contraintuitivos. Además, las decisiones de política comercial deben ser evaluadas considerando sus efectos a largo plazo en la competitividad y estabilidad económica del país. Veremos qué sucede con Trump y sus aranceles. No se trata tampoco de blanquear a Trump, pero recordad que la Unión Europea es la primera en tener aranceles desorbitados.
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