La condonación de deuda de Sánchez no valdrá para que Cataluña se financie en los mercados
Los expertos afirman que el sector financiero privado no se fía de una región con un déficit de 3.800 millones

María Jesús Montero, este martes en una intervención en la sesión de control del Senado. | Fernando Sánchez / Europa Press
La condonación de deuda de 82.252 millones que el Gobierno de Pedro Sánchez ha anunciado que acometerá en tres fases -después de pasar por el Congreso de los Diputados- no servirá para que Cataluña aminore su déficit de forma considerable, por lo que le resultará prácticamente imposible financiarse en los mercados de capitales y no a través del FLA (Fondo de Liquidez Autonómico), como hasta ahora viene haciendo.
Es decir, que los 17.104 millones de euros destinados a la región catalana para ir recortando su deuda pública, como le exigió ERC a Sánchez en su acuerdo de investidura -explican expertos fiscalistas a THE OBJECTIVE– tendrán un resultado escaso o un efecto prácticamente nulo. Su capacidad financiera apenas aumentará menos del 1% de sus presupuestos, teniendo en cuenta que hoy tiene un déficit de 3.875 millones de euros. Un déficit primario brutal que con esa condonación apenas restará 300 millones de euros sobre un total de los 1.413 millones que hoy paga de intereses al año.
Esos datos -apunta a este diario el inspector de Hacienda del Estado, Francisco de la Torre– no permiten reducir el déficit. Por tanto, esta ayuda «no va a servir para que los catalanes vean que tienen mejores servicios en Educación, Sanidad o Vivienda social ni tampoco para que les reduzcan los impuestos. Más bien -señala- va a generar una guerra política, pero desde un punto de vista económico, con un efecto ilimitado».
“Y los mercados financieros -recuerda De la Torre- lo que piden es tener la seguridad de poder volver a cobrar. Lo que no ayuda mucho, en este sentido, es tener un déficit como el que tiene el Gobierno catalán, con la amenaza latente de una reivindicación de independentismo, con el anuncio de una Agencia Tributaria Catalana y con un mal ejemplo de irresponsabilidad cuando el Ejecutivo del Estado decide premiar a Cataluña perdonándole deuda, pese a que no consigue reducir su déficit y gasta más de lo que ingresa».

«Una condonación cosmética»
El economista Javier Santacruz coincide con el inspector de Hacienda. En su opinión, «el déficit de Cataluña es tan grande que no va a poder financiarse en los mercados de capitales, debido a que nadie se fía de esta región que no cumple. Ni siquiera los fondos buitre se fían. Solo hay que señalar -rememora- el tiempo de los fondos patrióticos que fueron calificados como deuda impagada y subterránea, y que no quiso nadie».
Por eso, «la decisión de condonar corresponde más a una cuestión cosmética, una operación inútil y efectista que, políticamente, sirve para tensionar a las comunidades autónomas del Partido Popular». Además -afirma Santacruz- “la condonación es una trampa, porque aunque pueda beneficiar a algunas comunidades reduciendo su deuda, a medio plazo éstas saldrán perjudicadas, ya que financiarse fuera es prácticamente el doble más caro que como lo están haciendo hasta ahora a través del FLA».
Para Daniel Lacalle, «la quita de la deuda es una estupidez. Porque hay que ver que se le va a hacer una quita a Cataluña y encima ésta va a salir gigantescamente beneficiada, pese a que es la región que más ha tirado de deuda y, además, ha recibido más recursos de las Administraciones públicas en los últimos años». Por otro lado -añade el economista jefe de Tressis-, la quita porcentual que propone el Gobierno al resto de las comunidades autónomas primero se queda en nada, y segundo, lo que hace literalmente es asumir esa deuda el Estado. Esto significa -resume el economista- que «los contribuyentes de las comunidades autónomas que han hecho los deberes van a pagar mucha más deuda».
Una deuda consolidada
Los expertos consultados dan mucha importancia a «una deuda consolidada que en realidad es un préstamo entre administraciones y, por tanto, en términos de deuda no va a suponer un incremento de deuda en la contabilidad nacional».
Durante el rescate bancario -señalan las fuentes- el déficit que asumía el Estado se plasmaba contablemente durante años, señalando primero el déficit de las cuentas nacionales y segundo, con un asterisco o renglón que detallaba el dato del déficit con ayudas financieras. «En puridad -determina Santacruz-, ahora se debería hacer lo mismo». Pero -apostilla-, lo que ocurrirá es que el Estado hará un apunte al déficit de la Administración central, pero no al conjunto. Por tanto, en términos globales, la deuda no aumentará. En todo caso, la única transacción que dejará de recibir es el pago de intereses, si se condonan estos, pero lo cierto es que según la documentación oficial que ha podido cotejar este diario, el Ministerio de Hacienda no tiene intención de perdonar el pago de intereses. Actuará sobre la deuda total, y al reducirse ésta, los intereses a pagar serán menores.
De no ejecutarse la contabilidad de la deuda de esta manera, «la Administración central tendría que aflorar alrededor de cinco puntos de déficit, que deberían sumarse a las previsiones de déficit que se ha de enviar a Bruselas». Claro que -señalan desde una de las comunidades que supuestamente se verían más beneficiadas- «el Gobierno tiene ahora la excusa de no tener que dar tantas explicaciones a la UE, porque se va a levantar la mano del gasto con la necesidad de invertir más en Defensa».

El Gobierno premia la mala gestión
Para César García Novoa, catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad Santiago de Compostela, «no estamos ante una condonación como tal, porque, con carácter general, no se pueden acordar condonaciones de dinero público. Y en algunos casos, ni siquiera el Estado es el acreedor, por lo que no puede condonar una deuda de la que no es acreedor. Por tanto -mantiene García Novoa-, «es una asunción parcial de deuda autonómica, con un método, caprichoso donde los haya, que consiste en una emisión especial de deuda del Estado (o una cancelación de deudas y créditos recíprocos), para que el Estado obtenga fondos y rescatar la deuda autonómica. Es decir -resume-, el Estado se endeuda y con cargo a esa deuda, asume parte de la deuda autonómica, pero no los intereses».
Cuestiones, se pregunta el catedrático, «¿qué pasa con los objetivos de estabilidad? Ya se ha dicho que no computa. ¿Qué pasa con el rating de España? Hay muchos que acaban contradiciendo eso de que no va a afectar porque deuda estatal y autonómica computan en la misma ratio». «Es verdad -continúa-, que a efectos contables, da igual que la deuda sea del Estado o de una Comunidad Autónoma y que de cara al exterior todo es deuda del Estado. Pero ello -aventura- va a generar turbulencias, sin duda. Otro aspecto importante -añade-, es que todo esto tendría sentido, a condición de que las Comunidades Autónomas en el futuro fuesen a los mercados y se las ingeniasen para financiarse (lo que les obligaría a una buena gestión). Pero el FLA va a seguir», subraya. O sea -concluye-, que de cara al pasado el sistema, premia la mala gestión y la subida de impuestos y lanza el mensaje de que la mala gestión no tiene coste porque el Estado está ahí para rescatar. Y de cara al futuro no premio tampoco la buena gestión».
El temor de un cupo a la catalana
Este lunes, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, anunciaba en el foro ‘Nuevos retos, nuevas respuestas’ organizado por Madrid Foro Empresarial, que los presidentes autonómicos de su partido van a votar en contra de la condonación de la deuda que el Gobierno ha comunicado para todas las regiones y que los populares consideran un «pago» a los independentistas para que Pedro Sánchez siga al frente del Gobierno. Al mismo tiempo, el líder de los populares, así como diferentes comunidades gobernadas por el PP, se han quejado de que la Conferencia Política Fiscal y Financiera no admitirá que se hable este miércoles de la reforma de financiación autonómica.
Un pago que para Francisco de la Torre está por ver si acaba con una sola condonación de deuda, y si no veremos sucesivas condonaciones hasta llegar a ejecutar un cupo catalán, que eufemísticamente el PSC llama financiación singular. Este viernes, como sucede desde 2011, se reúne la Comisión de Asuntos Fiscales formada por la Generalitat y el Gobierno de España.