Evolución de los principales activos en 2025: tendencias, oportunidades y riesgos
Este año está siendo testigo de movimientos, cuando menos, intrigantes en los mercados financieros

Bitcoin. | Jaque Silva (Zuma Press)
El comportamiento de los distintos activos en 2025 ha reflejado una confluencia de fuerzas macroeconómicas y dinámicas específicas del mercado que han generado oportunidades, pero también riesgos para los inversores. Desde la resistencia de las tecnologías de crecimiento hasta la incertidumbre en los bonos de larga duración, este año está siendo testigo de movimientos, cuando menos, intrigantes en los mercados financieros.
Los inversores deben aprender a moverse entre estas tendencias para hacer crecer sus inversiones a largo plazo, tal y cómo aprenden los alumnos del curso de inversión a largo plazo que organiza THE OBJECTIVE y Estrategias de Inversión.
En lo que va del año, la mayoría de los activos han generado retornos positivos, pero con niveles de volatilidad que han mantenido en vilo a los inversores. Bitcoin ($BTC) ha seguido demostrando por qué es el activo más especulativo de la década, con un crecimiento del 4,4% en el año y una variación desde final de enero del -5,6% y con oscilaciones que han puesto a prueba incluso a los más experimentados traders. Mientras tanto, el oro ha consolidado su posición como un refugio de valor, registrando un avance del 10%, en respuesta a un entorno de tipos de interés inciertos y una demanda creciente de activos tangibles.
Los mercados de renta variable han mostrado un repunte sostenido, con el Nasdaq 100 casi liderando la carga con un 5,3% de crecimiento, impulsado por la euforia en torno a la inteligencia artificial y la continua expansión de las tecnológicas más innovadoras. No obstante, la rotación de flujos que hemos visto ha hecho que el value esté casi a niveles del growth. Y no nos olvidemos de que las acciones de fuera de Estados Unidos (EAFE), ya han superado en más de tres puntos al mercado tecnológico americano y son las que lideran. Ya hablábamos de esta posible tendencia hace unos meses. Y tendremos que ver hasta qué punto se consolida.
El sector de los bonos, sin embargo, ha tenido una historia agridulce. Los bonos convertibles han demostrado ser una opción estupenda con un 4,5% de rendimiento, beneficiándose de un entorno de control de beta, de la volatilidad y las dudas. Sin embargo, los bonos de larga duración siguen sin dar respiro, debido a su sensibilidad extrema a los movimientos de los tipos de interés y a la incertidumbre en torno a la política monetaria futura. Si bien, ya no sufren las abultadas caídas del 2024, la volatilidad les persigue sin parar.
Desde el cierre de enero, algunos activos han experimentado avances notables, mientras que otros han sido golpeados por la volatilidad del mercado. Entre los que más han subido, destacan:
- Oro (+3,2%): con la Reserva Federal manteniendo un tono cauteloso sobre los tipos, los inversores han acudido al oro como protección contra posibles shocks financieros y como resguardo ante la volatilidad del mercado.
- EAFE Stocks (+3,6%): los mercados desarrollados fuera de EE.UU. han visto una recuperación notable gracias a datos económicos más alentadores en Europa y Japón, impulsados por la reapertura de sectores clave y una inflación más contenida.
- Nasdaq 100 (+3,1%): el auge de la inteligencia artificial, junto con las innovaciones en semiconductores y computación en la nube, han mantenido el entusiasmo de los inversores en las tecnologías de crecimiento.
Por otro lado, algunos activos han registrado retrocesos preocupantes:
- Bitcoin (-5,6%): a pesar de un inicio de año optimista, Bitcoin ha experimentado una corrección desde finales de enero, impulsada por la realización de beneficios y la creciente regulación en los mercados cripto.
- US Mid y Small Caps (-1,2% y -0,2%): las acciones de mediana y pequeña capitalización han sido golpeadas por un entorno de financiación más estricto de los esperado. Los tipos lo invaden todo. No obstante, es posible que se vean impulsadas por los aranceles.
A medida que avanza 2025, los inversores deben estar atentos a una serie de factores clave que podrían seguir influyendo en los mercados. En primer lugar, la política Monetaria. Cualquier señal de la Reserva Federal sobre la dirección futura de los tipos de interés podría tener un impacto inmediato en los mercados de bonos y acciones. Pero esta decisión irá íntimamente unida a un segundo factor que precede al primero, la inflación y crecimiento económico. Por último, aunque no menos importante, la geopolítica. Desde la evolución del conflicto en Europa del Este hasta las tensiones comerciales entre China y EE.UU., los factores geopolíticos seguirán jugando un papel crucial en la volatilidad del mercado.
Para los inversores, la clave seguirá siendo la diversificación y la comprensión de los riesgos inherentes a cada activo en este contexto macroeconómico en constante evolución. En los próximos meses el panorama seguirá siendo volátil y “desafiante” pero lleno de oportunidades para aquellos que sepan leer el mercado con precisión y estrategia. No se trata de hacer un timing perfecto, pero entender las dinámicas podrá hacer una diferencia esencial en tus rentabilidades.
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