El sector de la rehabilitación lamenta el escaso aprovechamiento de los fondos europeos
El número de visados para la rehabilitación de edificios se sitúa por debajo de los niveles de 2019

Un cartel que anuncia la rehabilitación de la fachada de la Tabacalera Espacio Promoción del Arte. | Eduardo Parra / Europa Press
El sector de la rehabilitación de viviendas lamenta el poco uso de los fondos europeos Next Generation aprobados durante la pandemia y llamados a ser la principal herramienta para dar un impulso al tejido productivo. Así lo denuncia la Asociación que representa a la distribución profesional de materiales para la edificación y rehabilitación (Andimac) que asegura que los datos muestran un evidente «escaso aprovechamiento del efecto tractor de los fondos europeos». No obstante, desde el sector hacen una distinción entre las dos líneas que concierne y su diferente evolución.
Por un lado, está la parte de visados de rehabilitación ligados a obras de eficiencia energética y, por otro, la deducción fiscal. «Han tenido comportamientos muy diferentes en estos años», reconoce Sebastián Molinero, secretario general de Andimac, en conversación con THE OBJECTIVE. «La deducción fiscal empezó con apenas 2.500 en el año 2021, pasaron a las 55.00o en el año 2022 y a las 110.000 en el 2023», expone. «Se espera que los datos en el 2024 sean buenos también, no esa lógica exponencial, pero se espera un crecimiento importante. Ahí se ve que la deducción, por alguna razón, funciona», añade el secretario general de la patronal de la rehabilitación.
Escasos visados de rehabilitación
Desgraciadamente, añade, en 2026, estas líneas de deducción, que debieran ser continuas y estables en el tiempo, podrían desaparecer, ya que están ligadas a la financiación europea de los fondos Next Generation. Sin embargo, no ocurre lo mismo con los visados de rehabilitación. «Estas cifras contrastan de forma irreconciliable con la evolución de los visados por rehabilitación». De hecho, en el capítulo de la rehabilitación de edificios es donde se evidencia un escaso aprovechamiento del efecto tractor de los fondos europeos.
«En términos absolutos, los fondos no han servido para impulsar este mercado», añade Molinero. En 2019 se rehabilitaron apenas 29.000 viviendas y en 2024 no se alcanzarán las 25.000. Es decir, este nivel de visados se encuentra por debajo de los concedidos para este tipo de reformas antes de que estallase la pandemia y, por tanto, se impulsasen los fondos europeos.
No obstante, Andimac se muestra algo optimista en este sentido y cree que los visados para la rehabilitación tendrán un aumento notorio cuando queda apenas un año para que expire el plazo de los mismos. La patronal estima un aumento del 7,5% este año con relación a 2024.
Un problema de modelo
El programa de rehabilitación residencial del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) estaba dotado con 3.420 millones de euros de los fondos NextGenerationEU y pretendía financiar actuaciones de renovación y mejora acreditada de la eficiencia energética de edificios residenciales y viviendas. En este sentido, la deducción, que sí ha tenido un cierto éxito, puede afectar a dos tipos de mejora: la individual de la propia vivienda o la del edificio.
Molinero cree que el éxito de la deducción radica en que es «muy fácil de entender por el usuario y es directa». Además, aunque implica una inversión inicial, el ciudadano no percibe riesgo y entiende que en tres años va a recuperar una parte mediante ese incentivo fiscal. Sin embargo, el caso de la subvención por visado de rehabilitación es algo más complejo y la burocracia, entre otras cuestiones, podría estar detrás de su escaso uso.
«En el plano de las subvenciones está el proceso, el periférico de incentivos a la actividad de reforma, y luego, por otra parte, tenemos la dificultad de poner razonablemente de acuerdo a una comunidad de propietarios», argumenta. «Tenemos un sistema de ayudas complejo y tenemos un modelo de habitabilidad de propiedad que complica las cosas». Además, otro de los problemas radica, según Molinero, en que no existe ningún vehículo financiero que esté pensado como un préstamo hipotecario garantista para la entidad y para el propietario respaldado con algún tipo de aval público. «Porque nos encontramos en muchas comunidades con muchas realidades. Hay quienes quieren, pero no pueden económicamente o son mayores o tienen un estado de salud en el que no consideran que es el momento de hacer una reforma de esta envergadura», añade.
Aumento de las reformas
Al margen de los fondos europeos, Andimac prevé que en 2025 se harán reformas en casi 1,9 millones de viviendas (1.854.907), lo que supone un 1,6% más que el año anterior; tal y como se desprende del Observatorio 360 que la consultora Arthursen elabora para la patronal cada año.