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Estrategias de inversión

La crisis silenciosa del emprendimiento en España

Según las cifras recientes del INE, el número de nuevas sociedades mercantiles sigue cayendo

La crisis silenciosa del emprendimiento en España

Carlos Arenas. | Estrategias de Inversión

El tejido empresarial español está experimentando una transformación preocupante: cada vez se crean menos sociedades mercantiles y, al mismo tiempo, el número de disoluciones sigue una tendencia ascendente. Los datos recientes muestran que el problema no es pasajero y que sus raíces se encuentran en factores estructurales que llevan años lastrando la competitividad del país.

Según las cifras recientes del INE, el número de nuevas sociedades mercantiles sigue cayendo: «En enero se crearon 10.677 sociedades mercantiles, un 0,4% menos que en el mismo mes de 2024. El capital suscrito para su constitución registró un descenso anual del 44,6% y el capital medio suscrito (47.326 euros) disminuyó un 44,4%». Aunque este dato es casi anecdótico, no lo es la tendencia de largo plazo. De hecho, en los últimos años se ha intensificado hasta alcanzar niveles preocupantes.

El problema no es solo un indicador del menor dinamismo empresarial, sino también un reflejo de una economía que no ofrece las condiciones adecuadas para el desarrollo de nuevos proyectos. En otras palabras, el mercado de capitales, el marco regulatorio, la fiscalidad y el coste del empleo están generando un entorno poco propicio para el crecimiento de nuevas empresas.

Por cierto, si te preguntas por los dientes de sierra del gráfico, es normal. La constitución de sociedades y su disolución siguen un patrón estacional muy marcado y no hay datos desestacionalizados. 

Fuente: INE.

Mercado de capitales

Un grandísimo talón de Aquiles de la economía española es la dificultad de las empresas para encontrar financiación. A pesar de que existen alternativas como el venture capital o el private equity, el acceso a crédito sigue siendo complejo, especialmente para las pequeñas y medianas empresas. La banca, principal fuente de financiación en España, mantiene unos criterios estrictos para la concesión de préstamos, lo que dificulta la supervivencia y el crecimiento de muchas compañías.

Además, la falta de una bolsa de valores con un ecosistema robusto para pequeñas y medianas empresas impide que estas puedan captar capital a través de emisiones de acciones o bonos. En mercados más desarrollados, como el estadounidense, las empresas emergentes tienen más facilidad para conseguir inversión privada, lo que les permite escalar de forma más eficiente. Sabemos que la bolsa trabaja para mejorar esto, pero hace falta apoyo institucional o, al menos, que no pongan palos en las ruedas.

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Regulación excesiva

España se encuentra entre los países con mayor carga regulatoria para las empresas. La burocracia ralentiza la creación de negocios y supone un coste adicional que muchas compañías no pueden permitirse. Desde licencias y permisos hasta normativas laborales y fiscales, el entramado administrativo es un freno constante para la actividad empresarial.

La estabilidad jurídica e institucional es regular, por decirlo suave, lo que añade incertidumbre a la planificación empresarial. La inestabilidad regulatoria es un enemigo silencioso para los negocios, especialmente para aquellos que requieren inversiones a largo plazo. 

Impuestos elevados

El sistema fiscal español tampoco ayuda. La carga impositiva sobre las empresas es elevada, lo que reduce la capacidad de reinversión y crecimiento. El Impuesto de Sociedades, junto con las cotizaciones sociales y otros tributos, hacen que el coste de operar en España sea arduo cuando no imposibilite la formación de la compañía. Que me corrijan los juristas, pero desde la ley de Divorcio Express de 2005, la vinculación jurídica de un contrato indefinido es más fuerte que la del matrimonio. Y si nos cuesta tanto elegir una pareja, no digamos contratar a alguien. Esto es impensable en muchos otros países. 

Este entorno fiscal, lejos de fomentar la inversión y la creación de empleo, genera un efecto contrario: desincentiva el emprendimiento y empuja a muchas empresas a cerrar antes de tiempo o a buscar mercados más favorables.

El impacto del SMI

El Salario Mínimo Interprofesional es un arma de doble filo. Lo primero que hay que recordar es la impresionante subida que llevamos en el SMI desde 2028; un 60,87%, ni más ni menos. Aunque todos sabemos que es una medida que busca mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores, también sabemos que genera el efecto contrario en muchas ocasiones (como ya ha dicho el BdE) y muchas pequeñas empresas no pueden asumir estos costes sin reducir su plantilla o incluso cerrar.

En sectores de márgenes reducidos, como la hostelería o el comercio minorista, el incremento del SMI ha llevado a la reducción de contratos y al aumento de la economía sumergida. Esto no solo afecta a los empresarios, sino también a los propios trabajadores, que en algunos casos ven reducidas sus oportunidades de empleo formal.

En el último informe del Banco de España de 2025 sobre la Encuesta a las empresas españolas sobre la evolución de su actividad, «un 32% de las empresas afirman que las subidas del SMI habrían provocado una reducción de sus márgenes, mientras que un 26% manifiestan que han trasladado las alzas del SMI a sus precios de venta». Y del SMI también se dice que «un 21% de las empresas encuestadas declaran como relevante la reducción de nuevas contrataciones y un 10,1% el recorte de su plantilla vía despidos».

La combinación de dificultades en el acceso a la financiación, una regulación asfixiante, una elevada carga fiscal y un incremento de los costes laborales ha creado un cóctel letal para el tejido empresarial español. Si no se toman medidas para flexibilizar el mercado, reducir la burocracia y ofrecer incentivos reales a la inversión, la tendencia de menos creación y más disoluciones de sociedades seguirá agravándose.

España necesita un ecosistema más dinámico y competitivo que fomente la innovación y el crecimiento de las empresas. Solo así se podrá revertir esta crisis silenciosa que amenaza con debilitar el motor económico del país.Aprende a invertir a largo plazo para hacer crecer tus inversiones con el curso que organiza THE OBJECTIVE y Estrategias de Inversión.

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