Sanidad pone al fin en marcha su costoso robot Da Vinci dos años después de comprarlo
Ingesa señala que el aparato comenzará a funcionar la semana del 19 de mayo

Robot Da Vinci del Hospital de Ceuta.
El Ministerio de Sanidad pondrá en marcha su robot Da Vinci en la semana del próximo 19 de mayo. Así lo ha confirmado a THE OBJECTIVE un portavoz del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), que asegura que este sofisticado sistema de alta tecnología comenzará a funcionar en los próximos días en el Hospital Universitario de Ceuta para ofrecer, en términos generales, una asistencia sanitaria más precisa, eficaz y con menores complicaciones para los pacientes.
Según el Ingesa, esta semana dos cirujanos generales están recibiendo la formación en Ámsterdam (Holanda) para recibir la certificación de la casa comercial y comenzar a trabajar con el aparato, que llegó en julio de 2023 a Ceuta y desde entonces, denuncian desde el propio centro hospitalario, ha estado sin uso por falta de «casuística ni personal experimentado en su manejo».
Ahora, con dos cirujanos en formación y el quirófano también preparado para acoger este robot, este dispositivo –que permite al especialista obtener una visión tridimensional del campo quirúrgico mediante una óptica de alta definición– comenzará a usarse en las próximas semanas. La primera operación está programada para el próximo 15 de mayo y será de vesícula. En cambio, sanitarios del propio hospital en conversación con este medio ponen esta afirmación en cuarentena, ya que el Da Vinci –que fue adquirido por 2,1 millones de euros– se emplea especialmente en cirugía urológica y ningún urólogo ha recibido la formación para usar el aparato.
En Ceuta cuentan con un urólogo a jornada completa, otro a media jornada y otro sin homologación del título, por lo que prescindir de uno de estos profesionales durante el tiempo que dure la formación es complicado. No obstante, desde el Ingesa aseguran que estos urólogos van a recibir la formación para el uso del Da Vinci «cuando ellos quieran». «Resulta inaudito que se critique el nuevo Da Vinci» por parte de algunos especialistas del centro, hacen hincapié, y señalan que este sistema también se puede emplear en diversos procedimientos de cirugía general (colon y recto, hepatobiliopancreática, esófago y cirugía bariátrica), y se va implementando en otras especialidades como Ginecología, Otorrinolaringología y Cirugía Torácica.
Sin embargo, las fuentes expertas consultadas aseveran que «si los urólogos no lo usan porque no están recibiendo formación y solo lo usan los cirujanos generales no llegarán a realizarse en el Hospital de Ceuta ni diez cirugías al año». En este sentido, recientemente, en una importante cumbre de medicina oncológica, se puso de manifiesto que el volumen mínimo de operaciones necesarias para que la inversión inicial del Da Vinci (2,1 millones de euros) comience a ser rentable tiene que ser 200 cirugías al año. Además, a esos 2,1 millones, hay que sumar el gasto en productos para esterilizar el aparato (98.446,50 euros anuales, según la licitación ya adjudicada), el gasto en material fungible (658.408,67 euros anuales) y el gasto en el servicio de mantenimiento integral del robot (461.160 euros hasta 2027, según los datos del Portal de Contratación). El Da Vinci tiene una vida útil de cinco años.

«El Da Vinci no fue demandado»
El robot Da Vinci es un dispositivo de cirugía asistida por ordenador que mejora la precisión de los gestos quirúrgicos en cirugía mínimamente invasiva, al ofrecer una visión 3D y un mayor grado de libertad de movimiento. El cirujano maneja los brazos y pinzas articulados del robot, a través de una consola, transmitiendo los movimientos de sus manos y dedos al instrumental, posibilitando un amplio grado de libertad de acción y mayor precisión al eliminar cualquier tipo de temblor, especialmente en intervenciones que requieren una disección minuciosa o en lugares de difícil acceso.
Es por ello que los cirujanos requieren de una formación previa, además de una destreza que deberán adquirir con el uso cotidiano. Es en este sentido donde las fuentes hospitalarias consultadas aseguran que en Ceuta no hay casuística para ello. «El problema del Da Vinci es que necesita de un número de enfermos para que el cirujano, en su curva de aprendizaje, adquiera una destreza. Y ni Ceuta ni Melilla tienen esa casuística por su población», explican estos expertos, que manifiestan que el robot se compró «sin que fuera demandado por los profesionales de Ceuta ni de Melilla». «Apareció de la nada, ni el servicio de Cirugía ni el de Urología lo pidió. Tampoco pasó por la Comisión Clínica de Tecnología, y estas son las consecuencias: un aparato muy caro que sigue generando gasto y que vino impuesto de Madrid», agregan.
Desde el hospital, son varios los facultativos que aseguran que el Da Vinci correrá la misma suerte que la sala de hemodinámica de Ceuta, que con un coste de 1,5 millones sigue cerrada un año y medio después de su instalación por no tener cardiólogos capacitados para su uso. Y las resonancias han tenido que ser externalizadas al instalar una máquina de resonancia de tres teslas para la que sus profesionales de radiodiagnóstico carecen de la formación adecuada.