El candidato griego de la OMT: «El secretario general muestra desdén por las normas»
Harry Theoharis promete fijar un tope de dos mandatos, como el resto de agencias de Naciones Unidas

Harry Theoharis, exministro de la República Helénica. | Cedida
Harry Theoharis, exministro de Turismo de Grecia y actual diputado del partido conservador Nueva Democracia, lanza una advertencia frontal contra lo que considera una deriva autoritaria en ONU Turismo, que celebrará elecciones a finales de mayo. “No puede haber un tercer mandato [de Zurab Pololikashvili]. No es una reelección: es una nueva elección. Y el secretario general actual ha cambiado todas las reglas para perpetuarse, muestra desdén por las normas”, denuncia. Desde Valencia, donde asistió a la reciente cumbre sobre turismo sostenible, se presenta como “el candidato de la reforma” y promete un cambio de rumbo en una organización que, asegura, ha dejado de escuchar a los Estados miembros.
Theoharis no es un recién llegado. Como responsable de Turismo durante la pandemia, dirigió una de las reaperturas más ordenadas de Europa, promovió el certificado Covid europeo y fortaleció la conectividad internacional de Grecia. También fue antes jefe de la agencia tributaria helena y modernizó uno de los aparatos más ineficientes de la administración. “He hecho reformas reales. No vengo del turismo para calentar una silla más. Vengo a transformar”.
Su diagnóstico sobre la situación actual de la OMT es severo: “La organización necesita transparencia, rendición de cuentas y devolver el poder a los Estados miembros. No se puede transformar el turismo hacia la sostenibilidad si seguimos atrapados en una burocracia opaca”. Promete que, si gana, limitará su mandato a un máximo de dos legislaturas y someterá a revisión los procedimientos internos para alinearlos con otras agencias multilaterales: “Los miembros tendrán voz. No podemos seguir como hasta ahora, en un clima de desconfianza”.
En su visión para el futuro del turismo, Theoharis apuesta por una cooperación intergeneracional, regional y multilateral, en especial con entidades financieras internacionales: “Necesitamos movilizar financiación para infraestructura y resiliencia. Bancos de desarrollo y multilaterales deben implicarse más. Turismo es desarrollo, no solo ocio”, explica. Cita como ejemplo el trabajo de la Comisión Europea, a la que propone como aliada para compartir conocimiento con África: “Europa tiene experiencia. Podemos construir puentes entre regiones”.

Respecto a la proliferación de oficinas regionales de ONU Turismo, que ha generado fricciones entre países, responde con cautela: “El problema no es cuántas oficinas hay, sino si funcionan para los Estados miembros. Deben estar al servicio de todos, no de unos pocos”. En este sentido, insiste en que habrá salvaguardas para que ninguna oficina interfiera con las prioridades nacionales.
Uno de los pilares de su campaña es la necesidad de pasar del “greenwashing” a un turismo verdaderamente regenerativo. “Ya no basta con que la operación turística no destruya más. Hay que restaurar lo que se dañó. Eso es el turismo del futuro: un turismo que mejora el entorno que toca, que devuelve más de lo que toma”, defiende. Asegura que ya hay proyectos activos en esta línea, especialmente en el norte de África, y que la OMT puede catalizar muchos más.
La gestión de los flujos turísticos, otro de los grandes retos globales, también está en el centro de sus propuestas. Desde su experiencia en Grecia, plantea una estrategia de diversificación tanto temporal como territorial: “Todo el mundo quiere ir a Santorini la primera vez. Pero la segunda, podemos orientarles hacia otros destinos. La tecnología ya nos permite gestionar los picos, como hace Dubrovnik controlando el número de cruceros”.
No elude las tensiones que genera el turismo masivo en algunas ciudades europeas. Desde protestas con pistolas de agua en Barcelona hasta debates sobre vivienda en Valencia, reconoce que la percepción del turista se ha degradado. “Es un tema sensible, y no somos gobiernos. Pero podemos dar recomendaciones. Si se percibe al turismo como amenaza, es que algo se ha hecho mal”. Enfatiza que el equilibrio entre industria turística y bienestar local debe guiar todas las políticas.
También aborda la cuestión de la vivienda turística: “Es la primera vez que se vincula de forma seria la política de vivienda con la de turismo. En Grecia ya estamos viendo cómo afecta el alquiler a corto plazo al mercado. Es una tendencia europea que necesita coordinación”. Insiste en que ONU Turismo no dictará políticas, pero puede fijar estándares y buenas prácticas.
En el plano geopolítico, Theoharis anticipa que Europa sufrirá un descenso de la renta disponible y que la demanda se desplazará hacia nuevos polos: “La clase media africana y asiática va a crecer. Debemos prepararnos para gestionar esos flujos, con respeto a las comunidades locales y equilibrio ambiental”. También alerta de los efectos de la inestabilidad global: “Las guerras y la fragilidad geopolítica son ya causas de fragilidad económica en el sector”.
Su campaña ha ganado fuerza en Europa, donde cuenta con varios apoyos explícitos, y también ha encontrado buena recepción en Asia. Reconoce que no es el favorito en África, aunque cuenta con simpatías, y que América Latina es un terreno más difícil: “Es más distante para mí, pero estoy intentándolo”, afirma. Sobre España, destaca su papel clave: “Es uno de los países que más ha invertido en la OMT. Tiene que ser más visible y tener un rol más relevante”.
En cuanto a una posible candidatura de unidad frente al actual secretario general, Theoharis es diplomático pero firme: “He hablado con otros candidatos. Hay conversaciones. Es como un baile. Pero lo importante es que no haya dinámicas viciadas. El cambio debe tener una oportunidad real”, asegura, aunque cree que, si bien hay opciones de unidad en ciertos temas, son discusiones difíciles entre países. Si gana, promete no aferrarse al cargo: “No repetiré esta situación. Campaña por campaña, país por país. La organización no puede volver a pasar por esto”.