Rocket Digital: tecnología y ética para transformar la publicidad en motor de cambio
Hablamos con su CEO, Nacho Rodés, sobre el impacto positivo de optimizar las inversiones publicitarias

Nacho Rodés, CEO y fundador de Rocket Digital. | Cedida
En un sector históricamente opaco y dominado por las grandes cuentas como el publicitario, Rocket Digital se ha hecho un hueco gracias a una propuesta tan simple como ambiciosa: lograr que cada euro invertido en publicidad sea medible, eficiente y tenga un impacto positivo real. Con más de una década de trayectoria, la agencia ha trabajado con gigantes como el Fútbol Club Barcelona o Glovo, pero su fortaleza no reside en sus grandes clientes, sino en una estructura diseñada para resistir, adaptarse y, sobre todo, optimizar los gastos publicitarios de empresas de toda clase.
Según explica Nacho Rodés, CEO y fundador de la empresa, la clave ha estado en construir un modelo sostenible desde dentro. Ningún cliente supone más del 3 % del ingreso total, una estrategia que les ha permitido operar con autonomía, minimizar riesgos y acompañar a un ecosistema diverso de empresas medianas que buscan escalar sin perder el control de sus recursos. «La sostenibilidad empieza por uno mismo», insiste, y el crecimiento del 30 % interanual en 2024 parece darles la razón.
Esa sostenibilidad, añade, también se refleja en la forma en que entienden la publicidad digital: no como un arte oscuro, sino como una herramienta que, si se usa bien, puede redistribuir riqueza. En muchas compañías, el gasto en publicidad representa hasta el 40 % del presupuesto anual. Si ese dinero se invierte con precisión –algo que la tecnología permite hoy más que nunca–, puede liberar recursos para mejorar salarios, flexibilizar horarios o cuidar mejor al talento. En Rocket Digital lo han comprobado de primera mano: su equipo solo acude a la oficina dos días por semana y en verano trabajan en remoto total. Además, cuentan con medidas específicas de conciliación para empleados internacionales.
Desde sus inicios, Rodés apostó por el desarrollo tecnológico propio. En 2014, crearon su primer sistema automatizado para campañas en Google Ads, cuando aún no existía una solución comercial equivalente. Aquella visión temprana les permitió posicionarse en un mercado muy competitivo y ofrecer a sus clientes –incluso a los más pequeños– herramientas para competir en igualdad de condiciones. La historia de Olistic, una marca de nutracéuticos que pasó de idea a líder de ventas en solo dos años, resume bien ese potencial transformador.
Hoy, la publicidad digital representa menos del 40 % de los ingresos de Rocket Digital, lo que refleja su apuesta por la diversificación. La agencia ha ampliado su actividad hacia la analítica de datos, el e-commerce –donde son el partner más relevante de Shopify en España– y el acompañamiento estratégico de largo plazo. El objetivo, según Rodés, no es solo vender más, sino ayudar a construir marcas más sólidas, creativas y conscientes.
En esa línea, Rocket Digital está finalizando el proceso de obtención del sello B Corp, una certificación internacional que evalúa el impacto de la empresa en cinco áreas clave: gobernanza, trabajadores, clientes, comunidad y medio ambiente. Si lo consiguen, serán la primera agencia de medios española en lograrlo. El proceso, que ha durado más de un año y ha implicado el trabajo de una consultora especializada, exige justificación documental para cada compromiso adquirido. Para Rodés, no se trata de una medalla, sino de rendir cuentas: una manera concreta de demostrar que los valores sostenibles están integrados en la estructura de la empresa.
Su plantilla –más joven que la media del sector– se identifica con una ética que combina la eficacia con el respeto, y la rentabilidad con la transparencia. Una ética que también aplican al trabajo con influencers, donde auditan cada perfil antes de iniciar colaboraciones y priorizan la honestidad como base de cualquier campaña. «Nos aseguramos de que todos crean de verdad en el producto que van a publicitar», asegura Rodés.
Aunque no se consideran pioneros en todo, Rodés insiste en que el cambio empieza por dar el primer paso. Ya lo hicieron al apostar por la automatización cuando nadie lo hacía, y ahora quieren hacerlo también en sostenibilidad. «En 2012, cuando hablábamos de rendimiento y transparencia, era casi una rareza. Hoy es el estándar del mercado», recuerda.
Que la publicidad puede ser un motor de cambio positivo es algo que en Rocket Digital no solo creen: lo practican. Y si el futuro del sector va hacia un ecosistema más inclusivo, ético y eficiente, es en parte porque algunas agencias decidieron que ser rentables y responsables no era una contradicción, sino el único camino posible.