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Economía

El Estado tiene cedidos 238 inmuebles a los sindicatos y busca comprador para 69 de ellos

Un total de 144 edificios ya han sido vendidos o traspasados; algunos, muy exclusivos, habían quedado abandonados

El Estado tiene cedidos 238 inmuebles a los sindicatos y busca comprador para 69 de ellos

Algunos ministros del Gobierno acompañando a UGT y CCOO el Primero de Mayo. | Fernando Sánchez / Europa Press

El Estado tiene cedidos a los sindicatos y organizaciones empresariales un total de 238 inmuebles -solares, edificios, viviendas…- distribuidos por toda España. De estos, 69 están listos para su venta o permuta. La intención del Estado es hacer caja y reordenar un inventario que incluye edificios infrautilizados y destinados para fines diferentes a los previstos.

Los datos facilitados a THE OBJECTIVE por el Ministerio de Trabajo y Economía Social a través del Portal de Transparencia muestran solo una parte del patrimonio inmobiliario de los sindicatos, que sigue siendo muy elevado en un contexto de desmovilización social. Los enumerados son los inmuebles propiedad del Estado, incluidos en el Patrimonio Sindical Acumulado (PSA). Estos fueron asumidos tras la desaparición del Sindicato Vertical, el único que reconoció legalmente la dictadura de Francisco Franco.

Los sindicatos actuales también cuentan con un importante número de viviendas y edificios de los que ya eran propietarios antes de la Guerra Civil. Algunos han sido vendidos o permutados. Estos inmuebles fueron incautados por el régimen de Franco cuando accedió al poder a través del golpe de Estado. El proceso de devolución se aprobó en 1986 –ver ley 4/1986, del 8 de enero-, pero el reparto no contentó por igual a todas las centrales. Algunas, como la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y la Confederación General del Trabajo (CGT) siguen criticando cómo se asignó el patrimonio. Además, los sindicatos han conseguido nuevas sedes para adaptarse a los cambios y nuevas fórmulas de organización.

Un inventario variopinto

Según el listado, en la actualidad, el Estado tiene cedidos a los sindicatos 169 inmuebles, más otros 69 que están en gestiones para ser vendidos o permutados, según recoge Trabajo en su web. A lo largo de los últimos años, el Estado ha conseguido deshacerse de 143 edificios enteros. Algunos eran inmuebles singulares y exclusivos, incluso palacetes, y muchos se encontraban en zonas con el precio más caro de las ciudades. Hasta 15 enajenaciones han tenido lugar tras el desembarco de Pedro Sánchez en La Moncloa.

Es el caso del Palacio de la Trinidad, ubicado en la calle Francisco Silvela (Madrid). Durante la dictadura fue una sede de los Sindicatos Verticales; en 1946, fue adquirido por el Estado. Ya en democracia, acogió al Ministerio para las relaciones con las Comunidades Europeas. Más tarde, fue sede, hasta 2008, de la Secretaría de Estado de Política Exterior y del Instituto Cervantes. El siguiente inquilino del inmueble fue la CEOE, pero su conservación fue descuidada y en 2015, la finca, que ocupa más de 3.500 metros fue subastada. Lo adquirió Pescaderías Coruñesas por 1,5 millones debido a su mal estado, aunque estaba valorado en 6,5 millones.

Edificios semivacíos y ‘okupados’

Durante los últimos años, con Sánchez en La Moncloa, el Ministerio de Trabajo y Economía Social se ha desprendido de dos edificios emblemáticos. Se encontraban en zonas privilegiadas y con anterioridad habían estado cedidos a los sindicatos. Uno de ellos es el ubicado en la madrileña Plaza de Cristino Martos. Está en el distrito de Centro y al lado de la Plaza de España, a escasos metros de la Gran Vía. Este inmueble de siete plantas y más de 5.000 metros cuadrados albergó una sede de Comisiones Obreras durante más de tres décadas. El edificio fue abandonado por el sindicato en 2013. Sufría importantes daños estructurales. Ahora, será una residencia de estudiantes tras ser traspasado a un fondo sueco, propietario de Idealista. El inmueble estuvo ocupado durante más de un año por la organización neonazi Hogar Social.

Un exclusivo edificio ubicado en la calle Maldonado (distrito Salamanca-Madrid) salió a subasta en 2022, con Yolanda Díaz al frente del Ministerio de Trabajo. En plena milla de oro madrileña, fue sede de UGT y se vendió por casi 8,4 millones tras tres subastas anteriores fallidas. El inmueble tiene 2.600 metros -900 de ellos bajo rasante- y cuatro plantas; se ofrecía para varios usos, entre ellos residencial, hotelero y oficinas.

No todos los edificios que hasta ahora ocupaban los sindicatos y que están semiabandonados, muy deteriorados e incluso okupados tienen una venta fácil. Algunos llevan décadas en la cartera de enajenación del ministerio. Las provincias de Barcelona (12), Ciudad Real (5) y la comunidad de Asturias (4), desindustrializada, con población envejecida y sin minería, son las que más inmuebles tienen en oferta.

Inmuebles cedidos a los sindicatos

Los edificios en poder de las centrales sindicales están repartidos habitualmente entre diferentes organizaciones. Esto hace que el número de viviendas e, incluso plantas enteras en su poder, sea mucho mayor. Comisiones Obreras (CCOO) dispone de 305 pisos y locales cedidos, mientras que la Unión General de Trabajadores (UGT) cuenta con 200. CGT gestiona 13; CNT, 4; Unión Sindical Obrera (USO), 37 y ELA-STV, 33. También forman parte del listado pequeños sindicatos y patronales. Andalucía es la región que cuenta con mayor número de inmuebles cedidos, seguida de la Comunidad Valenciana. Por su parte, Cataluña tiene registrados 16 y Madrid, 21.

Buena parte de los inmuebles todavía en su poder, que ocupan millones de metros cuadrados, están abandonados o casi, porque se encuentran en sitios poco estratégicos en el actual contexto laboral. Los cambios en el mercado de trabajo, la apatía de los jóvenes -solo el 5% de los que tienen trabajo están afiliados- y las muy bajas cuotas de afiliación han obligado a repensar el esquema. Apenas un 10% de los ocupados está afiliado a una central sindical y, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el descenso de la afiliación en España ha sido más pronunciado en los últimos años. En cualquier caso, la afiliación está condicionada por diversos factores y se encuentra muy lejos de la que se registraba hace décadas y de las cotas de los países nórdicos.

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