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Economía

Jesús Gil Marín (Gilmar): «Al promotor hay que ayudarle fiscalmente y se hace lo contrario» 

El cofundador de Gilmar cree que no se está apoyando a los promotores para solucionar el problema de la vivienda

Jesús Gil Marín (Gilmar): «Al promotor hay que ayudarle fiscalmente y se hace lo contrario» 

Jesús Gil Marín, Ceo de Gilmar durante el SIMA 2025 | Gilmar

Jesús Gil Marín fundó Gilmar en 1983 junto a su socio Manuel Marrón. Desde entonces, esta inmobiliaria se ha convertido en una de las firmas del sector con más historia en España. La empresa ha transitado ya por varias crisis económicas y también del sector. «Somos una empresa que está en el mercado, hay más transacciones en el mercado y para nosotros también. Lo que no podemos entrar es en que sean de un segmento o de otro», apunta Gil Marín, en conversación con THE OBJECTIVE. El número de operaciones de la compañía durante el primer trimestre del 2025 está por encima del año pasado, con una facturación superior debido también al aumento de precios.

En plena semana grande por la celebración del Salón Inmobiliario Internacional de Madrid (SIMA), este diario habla con el CEO de Gilmar, sobre la situación que atraviesa el sector inmobiliario. El momento que vive ahora la vivienda vuelve a ser complejo, marcado por un exceso de demanda y una escasez de oferta que tensiona cada vez más los precios. «Si hay ahora mucho más movimiento en las viviendas medias/altas, nosotros estamos ahí, ojalá pudiéramos vender más baratas», apunta.

La feria, una de las más importantes del mercado inmobiliario, se ha vivido con total fervor ante el fuerte dinamismo de la demanda. Los anuncios de viviendas duran pocos días y se vende prácticamente todo, según apuntan. Se estima que el nivel de compraventas durante todo el 2025 será superior a las 750.000 unidades, lo que supondría la cifra más alta desde la burbuja inmobiliaria. Sin embargo, el problema de acceso a la vivienda para las familias más jóvenes está marcando la actualidad y es una de las principales preocupaciones de los españoles.

Incentivos a los promotores

«Hay varias cuestiones, es un problema para analizar desde distintos puntos de vista», apunta Gil Marín, cuya pasión por el ladrillo viene de familia. Por un lado, señala, el problema de la vivienda asequible o la primera vivienda para los jóvenes «no se puede resolver si no es ofreciendo a los promotores suelo prácticamente regalado, porque solamente poner los ladrillos estás hablando entre 1.200 y 1.500 euros. Calcula, es imposible», explica el directivo.

Por ello, «al promotor creo que hay que hacerle un monumento, ayudarle, incentivarle fiscalmente, y se está haciendo lo contrario, poco menos que criminalizarle como si fuese el culpable de todos los males», apunta Gil Marín al tiempo que recuerda que los promotores son los únicos que construyen en España. «O le pones las cosas fáciles, que pueda tener su mínimo margen para mantener a sus empleados, o si no, no va a construir. Si no se hace esto, la solución es que construya ‘papá Estado’ desde cualquier administración, que se ha hecho en otras ocasiones. Son las únicas maneras de resolver el problema habitacional de los jóvenes, no hay otras».

El problema del suelo

«¿El promotor, qué hace? Vender lo que puede vender; ¿Hoy que puede vender? Lo caro», apunta. El problema, tal y como señala el CEO de Gilmar y se apunta desde el sector, es la disponibilidad de suelo. «Si tú tienes un suelo y el de la vivienda asequible te puede ofrecer X y el que pueda ofrecer otro tipo de producto te ofrece X por 4, el pobre de abajo no va a construir en su vida», lamenta. «Es lo que creo que los que gestionan esto no entienden», añade. «No están profesionalizados», asegura Gil Marín y recuerda que en una transacción inmobiliaria intervienen más de 100 profesionales, desde «notario, registrador, comercializadoras, sociedades de tasación, bancos, luego te vas a los servicios de una obra, imagina, yeso, pintores, suelo…».

«Es algo tan sumamente importante para el PIB de un país que debería estar mínimamente cuidado y mimado», demanda y destaca la posición de España como atractivo para la inversión extranjera en inmobiliario en este momento. «Para el producto medio o alto somos la oferta más atractiva que puede existir en Europa».

Crédito promotor, en mínimos

Aunque el crédito a las empresas del sector comienza a recuperarse, lo cierto es que sigue muy lejos de los niveles de la burbuja inmobiliaria. En el último semestre, creció a un promedio trimestral de casi el 1%, según los datos del último Observatorio Inmobiliario de BBVA Research, situándose en torno al 6% del PIB (muy por debajo del 40% superado en 2008). Los incrementos son incipientes, tras varios años de descensos, y España sigue siendo uno de los países europeos con menor peso de esta cartera respecto al crédito total, según el informe.

«Son matices; generalizar en esto es complicado. La burbuja no fue inmobiliaria, fue financiera. En el momento que cortaron créditos se cayó abajo el castillito», apunta el cofundador de Gilmar. «El promotor es el más interesado en vender de la forma más ajustada porque es cómo se garantizan las ventas, el problema es que no se escucha al promotor y todo son cortinas de humo». Por ello, para Gil Marín lo más importante es la ley de la oferta y la demanda: «Si hay más demanda, los precios siempre van a subir y si hay menos al revés. Eso no se puede topar, sino que es, en vez de igualarnos por arriba, igualarnos por abajo».

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