La parálisis presupuestaria de Sánchez ahoga ya el futuro del Corredor Mediterráneo
Según el IEE, la Administración debería aumentar su inversión en 15.000 millones para converger con Europa

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. | Europa Press
La parálisis o la tercera prórroga consecutiva de los Presupuestos Generales de Pedro Sánchez están amenazando importantes inversiones públicas, como la del inacabado Corredor Mediterráneo. Una evidencia que responde a una máxima económica, que mantiene que la prórroga continuada de las cuentas públicas, como le sucede a España en estos momentos, tiene implicaciones económicas y sectoriales importantes que podrían afectar directamente a la planificación y ejecución de proyectos de infraestructuras, y por su efecto locomotor, a la inversión privada y al crecimiento económico.
Eso es lo que le puede suceder al Corredor Mediterráneo, una infraestructura ferroviaria que acumula más de 27 años de retrasos. Es una obra clave para el arco mediterráneo y fundamental para mejorar la conectividad en transporte y competitividad de la economía española. Una nueva parálisis presupuestaria -subraya el Instituto de Estudios Económicos que preside Íñigo Fernández de Mesa- va a suponer una grave amenaza para la planificación y ejecución de proyectos de infraestructuras como este y muchos otros.
Así lo explican a THE OBJECTIVE catedráticos y profesores de Hacienda Pública y de Economía Aplicada como Juan José Rubio Guerrero, Santiago Álvarez Díaz y Santiago Lago Peñas, que han reflexionado sobre las consecuencias de la prórroga presupuestaria de 2025 en un informe alentado por el think tank de CEOE, que dirige Gregorio Izquierdo. En el informe afirman que «para converger con Europa, nuestras Administraciones públicas deberían aumentar su inversión en un orden mínimo de 15.000 millones de euros respecto a los niveles actuales».
En opinión de estos expertos, sin la asignación de nuevos fondos «es probable que fases cruciales de este proyecto se retrasen o incluso se paralicen. Y esto no solo afectaría a las empresas constructoras involucradas, sino también a la industria auxiliar, cientos de subcontratistas y proveedores, generando un efecto dominó en la economía».
Las infraestructuras en juego
La falta de mantenimiento y modernización de infraestructuras existentes «podría generar un deterioro en la calidad de estas, aumentando los costes de reparación futura y disminuyendo la competitividad de España como destino para la inversión extranjera».
No solo acabará afectando al Corredor Mediterráneo, por el que 1.800 empresarios alzaron ya su voz en 2023 para reivindicar la finalización. Además, hay otros casos ilustrativos, como son las obras de mantenimiento y modernización de las redes ferroviarias y carreteras en áreas rurales, que suelen depender de la asignación anual de fondos. Sin un nuevo presupuesto «es probable que vean recortados o aplazados los trabajos necesarios, lo que podría deteriorar, aún más, la calidad de las infraestructuras en estas zonas y aumentar la brecha entre áreas urbanas y rurales».
Asimismo, subraya el documento del IEE, tampoco podemos olvidar las necesidades inversoras derivadas de la catástrofe sufrida por la Comunidad Valenciana como consecuencia de la dana de octubre de 2024, «que exigirá cantidades ingentes de inversión pública para recuperar las infraestructuras básicas de los territorios que sufrieron ese dramático episodio».
«Una anomalía democrática»
En este punto, el Instituto de Estudios Económicos se pregunta si un país puede avanzar sin nuevos presupuestos. Y señala que «la prórroga para 2025 de los PGE no es técnica ni inocua, sino, simplemente, una anomalía democrática, económica e institucional».
El IEE advierte de que la parálisis presupuestaria de Sánchez es un obstáculo para las empresas multinacionales que pueden considerar establecerse en España o expandir sus operaciones, porque podrían reconsiderar sus planes ante la falta de un marco presupuestario claro, especialmente si su actividad depende de licitaciones y contratos con el sector público. Esto «podría traducirse en una disminución de la inversión extranjera directa y, consecuentemente, en una ralentización de la creación de empleo y valor en el país».
El efecto inmobiliario
El sector inmobiliario, con el extraordinario problema añadido de la vivienda en España, podría ser otro de los grandes perjudicados de estos tres años de prórroga de cuentas públicas. Cabe recordar -señalan los autores del estudio del IEE- que el sector inmobiliario se encuentra un momento crítico en la oferta de vivienda asequible como elemento estructural grave de la sociedad española, y también se vería afectado por esta incertidumbre presupuestaria.
La falta de un marco financiero estable «puede llevar a una reducción en la inversión pública en viviendas asequibles y proyectos de renovación urbana». De hecho -remarcan-, «sin el apoyo del Gobierno, estos proyectos podrían ralentizarse o detenerse, afectando negativamente a las empresas dedicadas a la promoción y construcción de viviendas». Además, «si la incertidumbre se traduce en un aumento de los costes de financiación debido a la percepción de riesgo por parte de los inversores, esto podría encarecer las hipotecas y préstamos para los compradores de vivienda, reduciendo la demanda en el mercado inmobiliario, exigiendo un esfuerzo adicional de inversión pública en vivienda asequible».