The Objective
La otra cara del dinero

Elegir carrera sin la red de una buena herencia

La universidad está desconectada del mercado laboral y estamos agotando la prosperidad de antaño

Elegir carrera sin la red de una buena herencia

Jóvenes estudiando. | Freepik

Nervios entre la muchachada. Hoy arranca en varias comunidades autónomas la Prueba de Acceso a la Universidad. La PAU. Lo que el año pasado era la EBAU. Y antes, la PAEG. Y antes… La selectividad de toda la vida, en fin. Qué recuerdos. De un examen (en realidad, una especie de gincana de cuatro o cinco exámenes, según la comunidad autónoma), depende hasta qué punto se abrirá el ramillete de opciones universitarias, y por lo tanto vitales, se abran en el horizonte. 

El año pasado, España hizo récord de estudiantes matriculados (341.831), presentados (95,8%) y aprobados (90,2%) en la prueba, según el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. El 52% sacó una nota superior al 7 en la fase general y un 6,5% pasó del 9. Se salieron los chavales. Brillantez deslumbrante. Enhorabuena. Ahora, a descansar en el verano más largo de vuestras vidas. Porque después…

InfoJobs y Esade han tenido el mal gusto de publicar estos días el ‘Informe sobre el Estado del Mercado Laboral en España‘ para responder a la pregunta de si existe un equilibrio entre la oferta académica a la que va a acceder la muchachada y la demanda del mercado. El aguafiestas estudio comienza recordando que España cuenta con una de las tasas de paro juvenil más altas de la UE: un 26,6% en marzo, según Eurostat, 12 puntos más que el promedio de la UE. 

Tras el truculento spoiler, matiza que el 31% de los candidatos que se inscribieron en alguna oferta en la plataforma en 2024 tenía estudios universitarios, mientras que solo el 11% de las vacantes publicadas en este periodo demandaba ese nivel de formación. En el caso de la Formación Profesional, la diferencia prácticamente desaparece: un 27% había completado estos estudios y un 22% de las vacantes los requerían. 

Dice Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs, que «la realidad del mercado laboral español exige cambiar cómo vinculamos la formación con las oportunidades profesionales. No se trata solo de que los jóvenes accedan a estudios superiores, sino de garantizar que esa formación se traduzca en talento y en empleos que realmente aprovechen sus capacidades y aporten valor».

Cierto que la titulitis en el país de los hidalgos, la honra y el qué dirán desajusta el asunto de la empleabilidad juvenil. La eterna insistencia en poner en valor (uf) la Formación Profesional. Pero tras ese 26,6% de paro frente al 14,5% de la media europea se intuye algo más profundo. La chavalería las pasa canutas para ingresar en el mercado laboral, mientras que, en el otro extremo del arco demográfico, los mayores (o incluso seniors, apurando el eufemismo) cada vez demandan más. 

El informe ‘Formación, transición digital y calidad de vida de los mayores en España‘, que acaban de publicar la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), muestra que la renta media de los mayores de 65 años españoles es un 6,4% superior a la del conjunto de la UE… mientras que la población en edad de trabajar es un 7,3% inferior. Hasta el politólogo (y/o fontanero) menos informado sabe que los jubilados son los reyes del one issue vote, esa tendencia a votar teniendo en cuenta una sola cuestión. En este caso está claro: que le suban las pensiones. Los segundos en el escalafón de lealtad son los funcionarios. Por aquí ya celebramos el magnífico hito laboral con el que asombramos al mundo: por primera hay en nuestro país más empleados públicos que autónomos. 

Cada vez hay más sueldos que pagar, pero a la sangre nueva le cuesta un mundo aportar su granito de arena. ¿De dónde sale el dinero entonces? De los impuestos, no deflactados pese a la inflación, dismorfia financiera que ya explicamos con detalle. Con el gobierno de izquierdas, el Íbex 35 se sale. The Economist alucina con su poderío y abría en abril un reportaje con una cita de lo más sugerente: «El futuro es brillante». Su autor es José Manuel Entrecanales, CEO de Acciona, que el rotativo semanal define como «empresa familiar que ha transformado de negocio de la construcción a otro centrado en la infraestructura de energía renovable». 

Lo de «brillante» adquiriría su punto de humor negro (nunca peor dicho) con el apagón nacional de un mes después. La mayoría de los españoles pasamos un susto importante. El Íbex sigue viento en popa. El otro día nos enteramos de que ha cerrado mayo subiendo el 6,5%: lleva una revalorización del 22% en 2025. ¿Recuerdan cuando eran los malos detrás de Ciudadanos? ¿Dónde está Ciudadanos? ¿No debería haber caído el Ibex con ellos? Además, otros izquierdistas a la izquierda de Marx (Karl, ojo), los bancos españoles, están a punto de batir el récord de los 40.000 millones de beneficios en 2025.

Si los chavales no pueden trabajar, los salarios de quienes sí lo hacen apenas dan para soportar la inflación y los jubilados y funcionarios públicos cada vez funden más dinero, ¿quién puñetas está manteniendo el chiringuito? Según el INE, en España se heredan un 53% más de inmuebles que hace 15 años. El problema no es solo español. The Economist tituló en marzo ‘Inheriting is becoming nearly as important as working‘. Nos estamos comiendo la prosperidad de nuestros padres. «Más riqueza significa más dinero para los baby-boomers. Esto es peligroso para el capitalismo y la sociedad», sostiene el artículo.

En la mayoría de países de la UE han deflactado sus impuestos y están intentando ajustar sus economías a lo que viene. La cigarra, la hormiga, las pilinguis… Los miembros de la generación X e Y podemos seguir sobreviviendo pese a la evidente depreciación de nuestros títulos universitarios tirando de los ahorros. Pero, ¿quién está comprando los pisos de nuestras herencias? El pueblo representado por la izquierda, claro, con la juventud en su vanguardia.

Sin embargo, un informe de la Funcas explica que «el problema de acceso de los jóvenes a la vivienda es particularmente acusado en España y parece haberse agravado en los últimos años». Añade que «este puede ser uno de los factores que explique otros problemas socioeconómicos, como el aumento de la edad de emancipación de los jóvenes españoles, que supera los 30 años, frente a los 26,4 años de la media de la UE».

Según un informe de IDRA, el número de propietarios con más de diez viviendas ha aumentado un 20%, y el 70% de los inquilinos de Madrid y Barcelona no espera heredar una vivienda. Un análisis de El Mundo muestra que las 200 mayores fortunas de España aumentaron su patrimonio un 16,4% el año pasado, 0,3% puntitos por encima del anterior. 

Españolito que apruebas la PAU te guarde Dios…

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