España desaparece del 'top 10' de los principales destinos del inversor extranjero
La falta de eficacia de los procesos legales y regulatorios penaliza a España, que acaba de ser superada por Italia

De izquierda a derecha, Emilio Guevara, Terry Toland y Gregorio Izquierdo. | THE OBJECTIVE
Hasta 2024, España había formado parte de los diez principales destinos de IED (Inversión Extranjera Directa), lo que había logrado por cuarto año consecutivo desde el año 2021. Sin embargo, hoy ha retrocedido del puesto 8 de 2023 al 11 de los 25 mercados internacionales con mayor potencial de inversión del mundo, ampliándose así la brecha con Estados Unidos, cuya calificación supera en un 23,3% a España.
Estos resultados son parte de las conclusiones del último Índice de Confianza elaborado por la consultora estratégica Kearney, que, en colaboración con el Instituto de Estudios Económicos, pone de manifiesto cómo España ha desaparecido del top 10 de este ranking, además, viéndose superada por Italia, que ha ganado posiciones y sube hasta el nivel 9 del índice total.
La burocracia y la carga regulatoria, que obstaculizan las licencias y los permisos, así como, la elevada presión fiscal que soportan las empresas en Españas, son factores -en opinión de los autores de este informe presentado por Emilio Guevara y Terry Toland, socio de Kearney y director de la división del Consejo de Política Comercial Global, respectivamente- que agravan las debilidades españolas para la inversión extranjera directa.
Nuestra posición rezagada en innovación y digitalización -especialmente la baja inversión en I+D-, los retos estructurales aun sin concluir, como la transición digital y ecológica y la sostenibilidad fiscal, y la inestabilidad política que genera incertidumbre entre los inversores y obliga a aplazar las operaciones comerciales, constituyen el mapa de factores que están deteriorando el atractivo de España para la inversión extranjera.
Italia supera a España
«El tamaño importa y España es un gran país, aunque ahora mismo se encuentre en el número 11 de 25 del ranking de Confianza para la Inversión Extranjera Directa». Así se pronuncia Emilio Guevara Echepare, socio de Kearney.
De hecho, destaca entre sus fortalezas que España cuenta con una economía diversificada: turismo, automoción, tecnología y biotecnología. Es líder en energías renovables y referente mundial en solar y eólica. Tiene también infraestructuras avanzadas y mano de obra cualificada, además del apoyo del ICEX-Invest in Spain.
Sin embargo, los italianos han subido de posición, y ello puede deberse -explica Gregorio Izquierdo a THE OBJECTIVE– a la estabilidad institucional que viven desde hace unos años. Por otro lado -señala Guevara-, «Italia nos gana en innovación. Nos ganan en cualificación de mano de obra y también tienen mayor facilidad para hacer negocios», apunta este directivo consultor de gestión, destacando que España se ha visto perjudicada en los últimos años con respecto a Italia por su inestabilidad normativa y porque son más competitivos en el mercado laboral y atraen mejor el talento extranjero.
Las oportunidades
En líneas generales y desde hace cinco años, la UE -apuntan Kearney y el IEE- ha perdido atractivo para los inversores extranjeros. Pero lo que es evidente -subrayan- es que España ha perdido posiciones relativas frente a sus principales socios europeos. Y, hoy, en efecto, Italia es más atractiva para la inversión extranjera directa que España, revirtiendo la tendencia positiva de años anteriores, «pese a su sólido crecimiento económico en 2024».
España tiene oportunidades como receptor de la inversión extranjera directa y debe aprovechar el crecimiento de su sector tecnológico con la oferta de centrales de bases de datos, IA y ciberseguridad, así como la expansión en América Latina.

Una política fiscal prudente
Antes, reiteran Izquierdo, Guevara y Thomas, España debería fijarse en los incentivos fiscales de socios como Irlanda y Portugal, y reforzar la confianza institucional, clave para mejorar la competitividad futura. Cuestiones que pasan también por modernizar el control de las inversiones, proporcionar estabilidad jurídica y proteger la propiedad privada, evitando intervenciones regulatorias que generen incertidumbre, especialmente en la vivienda.
Mantener una política fiscal prudente, mejorar la coordinación entre niveles de gobierno y crear un canal fast track, para inversiones superiores a 50 millones de euros, consideradas estratégicas, con plazos administrativos máximos, así como consolidar un plan de inversión público-privada, coronan las 15 recomendaciones del informe para afianzar el posicionamiento de España en este ranking y volver a ocupar un lugar entre los diez primeros puestos.
Los efectos de la globalización de la economía
En el último decenio, la inversión extranjera directa ha perdido el carácter procíclico que le caracterizaba. De hecho, entre 2015 y 2023 se han reducido un 35%.
La globalización económica, las tensiones geopolíticas y la reactivación de políticas proteccionistas están teniendo efectos sobre el redireccionamiento de los flujos de IED. Según los datos de la ONU de 2024, los mercados emergentes, entre ellos Brasil, están superando a las economías desarrolladas en atracción en IED por cuarto año consecutivo.
Estados Unidos (26%), Japón (12%) y China (10%) son los principales emisores de IED en los mercados internacionales, suponiendo cerca del 50% de la IED emitida a nivel global, mientras que España solo alcanza el 2% del total, por debajo de algunos de nuestros principales socios europeos, como Alemania (7%) y Francia (5%).