El Gobierno prohíbe al BBVA fusionarse con el Sabadell durante los próximos tres años
El grupo vasco tendrá que mantener la gestión autónoma de la entidad catalana y no hacer despidos

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, junto a los presidentes del Sabadell, Josep Oliu, y de BBVA, Carlos Cuerpo | Europa Press
El Gobierno ha anunciado hoy las medidas que ha aprobado en Consejo de Ministros a BBVA para que pueda comprar el Sabadell. El encargado de la cartera de Economía, Carlos Cuerpo, ha sido el encargado de dar el detalle de las decisiones, que intentan torpedear la oferta pública de adquisición de acciones (opa) lanzada por el grupo vasco hace ya más de un año.
Según ha explicado, el ministro el Ejecutivo, BBVA no podrá fusionar en los próximos tres años si quiere seguir adelante con la operación y que sean los accionistas del Sabadell los que apoyen o no la opa una vez se abra el periodo de adhesión. Además, durante ese periodo tendrá que mantener la gestión autónoma de la entidad catalana, al igual que su patrimonio y capital.
Ahora el Gobierno tendrá que justificar de manera clara y precisa las medidas, ya que se enfrenta no solo a un posible expediente sancionador por parte de Bruselas, que quiere que la opa salga adelante, sino también al propio BBVA, que podría llevar los requisitos a la Justicia. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha reclamado al Ejecutivo horas antes de conocerse la decisión que las condiciones estén bien explicadas y justificadas para evitarse estos choques de trenes. De algunas de ellas, ha dado cuenta el ministro en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
El Gobierno, por tanto, ha autorizado la opa, pero impide a BBVA integrar ambos bancos. Una medida que podría ser ampliada otros dos años más (hasta cinco), de acuerdo con lo acordado por el Gobierno hoy. La decisión, según Cuerpo, cumple con el aval de la jurisprudencia europea marcada por el TJUE y está amparada bajo cinco criterios de interés general, con el fin de preservar los intereses sectoriales, el apoyo al crecimiento económico, la financiación a empresas, la protección de los trabajadores. Sobre este punto, el grupo vasco no podrá hacer despidos a través de un ERE, algo que tenía previsto llevar a cabo con su proyecto de fusión para obtener sinergias, y tendrá que mantener sus oficinas.
Las medidas endurecen los requisitos de la CNMC, que sirvieron para autorizar la operación de concentración, pero son más suaves de lo que se ha especulado en las últimas semanas, lo que da cierto aire para que la opa salga adelante. Los inversores ya estaban anticipando que la oferta no se iba a parar, atendiendo a las cotizaciones de ambos bancos. Y podría ser un jarro de agua fría para el Sabadell, que se opone frontalmente y que ya se había adelantado a unas medidas no tan severas con la puesta en marcha de la venta de su filial británica TSB.
BBVA tendrá que elaborar varios informes para detallar el grado de cumplimiento de las exigencias sobre la gestión autónoma del Sabadell. En función de eso, el Gobierno podrá ampliar de los tres a los cinco años el periodo de prohibición de una fusión.
Desde el Sabadell han exigido, tras conocer los detalles de la decisión gubernamental, que BBVA deberá analizar y proporcionar información sobre el impacto de las medidas, tanto en sinergias esperadas como en su capacidad para retribuir al accionista en el futuro. Además, fuentes del banco catalán señala que dicha información «es relevante». Y como desde hace un año, reiteran en la confianza y la solidez de «nuestro proyecto en solitario».
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