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Economía

La falta de alquiler asequible obliga a los hoteleros a comprar casas a sus trabajadores

Las cadenas hoteleras de las principales zonas turísticas sufren para encontrar empleados por la crisis de vivienda

La falta de alquiler asequible obliga a los hoteleros a comprar casas a sus trabajadores

Protestas contra el turismo en Canarias. | Europa Press


Buscan viviendas, las compran y hasta las construyen. La dificultad de encontrar un alquiler asequible en algunas zonas de España está llevando a situaciones más propias de otros lugares. La escasez de vivienda disponible y los altos precios del alquiler dificultan que los trabajadores, especialmente los temporeros, puedan encontrar un lugar donde vivir cerca de su lugar de trabajo. Esta situación ha sido una realidad recurrente en Ibiza, una de las zonas más turísticas de España, pero en los últimos tiempos se está extendiendo a otras islas de Baleares y también al archipiélago canario. Una realidad que está dificultando cada vez más encontrar mano de obra al sector turístico.

Y es que un buen sueldo ya no es garantía de encontrar trabajadores, tal y como lamentan fuentes del sector a THE OBJECTIVE. Los hoteleros y hosteleros están desesperados por encontrar mano de obra que se pueda permitir permanecer en estas zonas varios meses al año. La cadena Meliá compró recientemente un hostal en Menorca para poder alojar a los trabajadores que contrata para la temporada y que no viven en las islas. Iberostar ha hecho lo propio aumentando la contratación de alojamientos para poder atraer más trabajadores que den el servicio deseado a sus clientes.

En Tenerife, la emergencia habitacional es de tal envergadura que una cadena hotelera está comprando edificios abandonados de la antigua crisis para hacer viviendas para sus empleados. «Hay hoteleros que ya están construyendo viviendas para que se puedan alojar sus trabajadores, porque si no es imposible», asegura Jorge Marichal, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos. «Están comprando esqueletos de edificios a la Sareb, de los que quedaron abandonados tras la burbuja, para poder hacer viviendas en las que se alojen sus trabajadores», añade. Sin embargo, apunta el presidente de la patronal, «el problema siguen siendo las licencias que tardan dos años y medio en un suelo urbano consolidado». 

Falta de mano de obra

La alta estacionalidad, unos salarios poco competitivos, las condiciones laborales poco atractivas para las nuevas generaciones y la dificultad de alojamiento en las zonas más turísticas han provocado una profunda crisis de talento que amenaza la sostenibilidad de uno de los pilares del país. El sector de la hostelería afronta una paradoja crítica en un momento en el que el turismo vive en récord histórico. En el mes de mayo la Asociación de Hostelería de España calculaba que había más de 100.000 vacantes sin cubrir. Además, el mismo informe señala que un 50% de las vacantes necesarias para el verano que podrían quedar desiertas.

«El sector turístico vive un momento de tensión sin precedentes. Nos enfrentamos a un serio problema estructural, cuesta mucho atraer y, sobre todo, fidelizar talento en hostelería», asegura Andreu Munné, Project Manager de Hostelería, Turismo y Eventos en Synergie. El sector demanda cada vez más perfiles cualificados y especializados, como camareros con idiomas, cocineros con formación técnica o recepcionistas con experiencia digital, pero la oferta formativa no cubre estas exigencias. Según el Observatorio de la Formación Profesional, el 42,9% de los trabajadores del sector no supera la educación obligatoria, frente al 32,3% de media en el resto de sectores.

Según Comisiones Obreras, la mala popularidad de las condiciones laborales de las personas que trabajan en el turismo en España, particularmente en la hostelería, ha ido restando atractivo a un sector que ha pasado a definirse como low cost, mal pagado, inestable y poco profesionalizado. Estas cuestiones, según el sindicato, están detrás de que el sector capte cada vez menos mano de obra.

Situación crítica en las islas

A la pérdida de atractivo del sector entre los más jóvenes hay que unir la aguda crisis de vivienda que se vive en las zonas más turísticas de España. Baleares se enfrenta desde hace años a una profunda crisis habitacional con escasez de alquiler. Según el último informe de la Asociación Española de Consultoría Inmobiliaria (ACI), la comunidad acumula un déficit de casi 7.000 viviendas respecto a los hogares creados durante 2024. Esta cifra sitúa al archipiélago entre las provincias españolas con mayor desajuste, en un contexto marcado por la escasez de suelo finalista, los elevados costes de construcción y el retraso en la tramitación urbanística.

En Canarias la situación no es mucho mejor y se caracteriza por un déficit de casas frente a una fuerte demanda tanto de alquiler como de compra, con un aumento de precios y dificultades para acceder a una vivienda asequible. La situación crónica que vive el archipiélago es tal que obliga a muchas familias a construir casas ilegales para poder vivir. El año pasado se abrieron más de 1.100 expedientes sancionadores contra quienes vulneraron las leyes de ordenación de su territorio. Se trata del dato más alto en veinte años. 

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