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Economía

Los nómadas digitales eligen España para teletrabajar: crecen un 42% y ya son 140.000

Tras la llegada de inversores y directivos, la prioridad ahora es captar emprendedores y teletrabajadores

Los nómadas digitales eligen España para teletrabajar: crecen un 42% y ya son 140.000

Un hombre teletrabaja desde su ordenador.

El Gobierno tiene contabilizados un total de 138.803 nómadas digitales, extranjeros que recurren a la tecnología para teletrabajar desde cualquier punto del mundo, en este caso desde España, donde cada vez más profesionales internacionales deciden instalarse al menos unos meses. La cifra ha aumentado un 42% en un solo año y se ha multiplicado por 15 en el úlimo decenio.

Así se desprende de los datos publicados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones correspondientes a diciembre de 2024. El principal origen de los nómadas digitales asentados en España es Europa, que aporta 51.750 profesionales. La siguiente región emisora es Latinoamérica (35.041), seguida de Asia (27.535) y América del Norte (15.724), aunque también hay 7.685 africanos y 1.052 personas procedentes de Oceanía.

Un tercio de las autorizaciones por teletrabajo de carácter internacional concedidas a personas extranjeras corresponden a inversores. 44.510 empresarios internacionales han llegado a España en los últimos años mediante esta vía. También hay 43.230 directivos o perfiles altamente cualificados, lo que corresponde a un 31% del total.

Los 27.875 teletrabajadores internacionales son el tercer grupo más presente entre los nómadas digitales, con un 20% del total. Le siguen, ya de forma más minoritaria, los 7.937 investigadores (6%), 4.427 trasladados dentro de su propia empresa (3%), 4.233 emprendedores (3%), 4.053 tarjetas azules, 1.099 en búsqueda de empleo o prácticas (1%), 1.004 trabajadores audiovisuales (1%) y 434 residentes vinculados a la Copa América de Vela que Barcelona acogió el año pasado.

Uno de los cambios más llamativos es que en 2021, los nómadas digitales latinoamericanos eran los más presentes en nuestro país, solo por delante de los asiáticos. Sin embargo, los europeos dieron el sorpasso a ambos grupos en 2023 y se sitúan ahora claramente en cabeza. Del mismo modo, directivos e inversores acumulan ya años de rápido crecimiento, pero desde 2023 se nota una subida aún mayor de teletrabajadores internacionales, que todavía no alcanzan, aunque se acercan cada vez más, a los otros dos grupos.

Dos leyes para los tuaregs del siglo XXI

El recuento elaborado por el ministerio de Elma Saiz resulta muy útil para observar la evolución de la presencia de estos trabajadores en España ya desde 2013. El motivo es que en aquel año, mucho antes de la pandemia que puso de moda el fenómeno de los nómadas digitales por el auge del trabajo, el Gobierno del PP aprobó una ley de apoyo a los emprendedores y su internacionalización que permitió conceder golden visa -hoy eliminadas- de forma masiva para inversores y trabajadores de alta cualificación.

Diez años después se aprobó la ley de startups, impulsada por la entonces ministra de Economía, Nadia Calviño, y su secretaria de Estado de Digitalización e IA, Carme Artigas. Esta norma fue efectiva para captar otros perfiles, como teletrabajadores y emprendedores.

Poco impacto en la vivienda

Aunque la presencia de los nómadas digitales en España sorprende por su crecimiento de doble dígito, no supone una realidad mayoritaria ni en el mercado de trabajo ni el residencial. Los extranjeros, tanto nómadas digitales como expatriados y compradores de segundas residencias, han sido señalados por algunos sectores políticos y sociales por su supuesto impacto en la crisis de vivienda. Pero los datos indican que esta incidencia es por ahora residual, si bien es cierto que existe una tendencia ascendente.

En el mercado inmobiliario e hipotecario, se ha observado en los últimos años un aumento de compradores extranjeros. En el primer semestre del año, su actividad se estabilizó, aunque se prevé un nuevo repunte ante el temor al impuestazo planteado por el PSOE para que los ciudadanos internacionales paguen el doble por los inmuebles. Ahora aproximadamente un 15% de las hipotecas las firman extranjeros, una cifra que también puede elevarse por los tipos bajos, que hacen atractivo financiar las operaciones aunque ya se disponga del capital necesario.

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