La máquina de hacer dinero de la UFC apunta ya a Madrid a rebufo de Ilia Topuria
El campeón georgiano, fuertemente vinculado a España, es hoy la mayor estrella de las artes marciales mixtas

El campeón hispanogeorgiano de la división de peso ligero de la UFC, Ilia Topuria, primer peleador en lograr dos cinturones sin conocer la derrota. | Mikael Ona (Zuma Press)
La UFC (Ultimate Fighting Championship) es, ante todo, una máquina de hacer dinero. El año pasado facturó 1.406 millones de dólares entre derechos de televisión, recaudación por taquilla, patrocinios y merchandising. Dirigida por el estadounidense Dana White y construida en torno a las artes marciales mixtas, la competición ha deparado asimismo nombres que trascienden el deporte. El caso más obvio, el del irlandés Conor McGregor, demuestra que más allá del fútbol o la NBA existen figuras capaces de convertirse por sí mismas en un lucrativo negocio.
Desde su debut en octubre de 2020, el georgiano Ilia Topuria (17 victorias, cero derrotas) marca una trayectoria comparable ya a la de los dos únicos luchadores que se retiraron invictos en la historia de la UFC: uno es el polémico Jon Jones (26-1, siendo su derrota en realidad una descalificación por usar ilegalmente un codo mientras vapuleaba a su oponente) y el otro Khabib Nurmagomedov (29-0). Además, Topuria, fuertemente conectado a España, donde reside y entrena, encadena una secuencia muy difícil de igualar, pues sus tres últimas víctimas, aplastadas todas por KO, han sido campeones mundiales (Alex Volkanovski, Max Holloway y Charles Oliveira).
El hecho de que Topuria emerja golpe a golpe como la estrella más rutilante de la UFC coloca a España en una posición interesante. White admitía hace unos días que el país debería acoger un gran evento «lo antes posible». No se trata, sin embargo, de un anhelo naif, sino de acatar un contrato de adhesión que incluye todo tipo de medidas. Por ejemplo, debe existir una comisión atlética que colabore con la UFC en aspectos como la seguridad, las pruebas antidopaje y la supervisión médica de los luchadores. Tal y como ocurre en Abu Dabi, White pide también la implicación de los gobiernos locales, incluyendo en el paquete de ventajas ciertas subvenciones y exenciones fiscales.
Un evento de máximo nivel suele rondar los diez millones de dólares de presupuesto e incluye la paga que se llevan los peleadores, el alquiler del recinto, la logística, la manutención de la plantilla y los competidores y la producción audiovisual. Por eso es necesario contar con un lugar en condiciones. Si Madrid acogiese al hijo adoptivo Topuria, el Santiago Bernabéu tiene todas las papeletas para ser el espacio elegido. Además, la UFC suele buscar alianzas con las cadenas de TV domésticas y siempre busca la presencia de nuevos patrocinadores y marcas. La predisposición de Madrid contrasta con la oposición de Barcelona, cuyo ayuntamiento se niega a promocionar las artes marciales mixtas al considerar que «la violencia es la protagonista».
Sobre este deporte suele posarse una nube de sospecha, especialmente cuando no se ha seguido su evolución. Como casi siempre, caben muchos matices. Una pista la deslizan campeones como Tom Aspinall (pesos pesados) o el propio Topuria y leyendas como Georges St-Pierre, Daniel Cormier o Chael Sonnen, todos ellos individuos muy inteligentes y en muchos casos entrenadores, empresarios y comentaristas de prestigio. El casi español Ilia exhibe además un buen nivel de inglés y es un embajador de primera del país, situado ahora en el mapa mundial de la UFC.
De entre todos los argumentos a favor de un evento en Madrid despunta precisamente el deportivo, circunstancia que a White probablemente le importe más de lo que parece. Tras perder repentinamente a Jon Jones y, con su adiós, la posibilidad de una mega-pelea entre este y Tom Aspinall, la ficha vencedora es Topuria, un tipo que polariza mucho por la seguridad que demuestra. Pronosticó que doblegaría a Oliveira en el primer asalto y eso fue lo que hizo. Noqueó a Holloway, cosa que jamás nadie había logrado. Y sepultó la leyenda de Volkanovski, durante un tiempo abonado al aura de la invencibilidad. Si quiere dinero, la UFC lo tendrá en España, pero pesa más la narrativa y nadie la escribe hoy mejor que Ilia Topuria, a quien Chael Sonnen compara ya con Mike Tyson por su temible y muy mediática pegada.